103 a Amauta nado en diarios y revistas, y se ha pa gado en los Ministerios del Estado. esto se ha reducido todo. Malversación de la confianza pública, entre el voto que es una vergüenza y la protesta un crimen.
Ahora, Chávez Aliaga nos filma una realidad, con dimensión y profundidad, en donde cuaja el grito y la acusación. Este libro representa un momento histórico del Indio. Acaso el más fuerte y el más puro. En todas sus páginas hay una nerviosidad de lucha. Tras la metáfora limpia y pulida cruza la pedradada reluciente y certera; tras el pico desnudo de una figura, pinta su trayectoria beligerante la afirmación ruda, la condenación vigorosa.
Este es un libro del indio y para el indio, porque se expresa con las voces redondas y lacónicas de los indios. Su estructura es una liberación y su libertad una causa. Todo el paisaje serrano se tuesta en cada poema y la condena y la acusación es martillada con amor y esperanza.
Si sobran palabras en este libro, si hay frases demás, nosotros nos quedaremos con ellas para bolearlas por el horizonte, nosotros nos haremos due ños de ellas, para salir también más tarde diciendo. La india Cata, tumbi al hombro y pollerón que plizado de auroras, chunga los sonidos del clarín y de la caja, desparramando kachuas en todos los contornos. De vez en cuando le ladra una pena lejana y se entornilla en la danza.
o también. Las hoces, relumbran, sobre los hombros remendados de los indios, co.
mo cuartos crecientes. El rastrojo ha quedado allá abajo hecho todo un altercado.
Chiclayo, 1928.
NIXA. cean el despertamiento del hombre.
Voces indecisas que no aciertan articularse en trazos resueltos. contraluz las imágenes se filman sin dejar huella persistente en la retina. veces la canción rompe en un grito diáfano para naufragar luego on la sombra turbia, en el hollín denso de un lugar común. Insinúase el salto elástico para quebrarse después en el desmanado volatín del aprendíz. Sendas claras y atajos extraviados, carrera de aliento y paso cansino. Llanos y baches.
El poeta tantea, busca, se introspecciona casi siempre sin éxito.
La falta aun la experiencia de la aventura literaria, carece aun de pun tos de referencia. No obedece todavía el instrumento; lo pulsa y da una nota falsa. Le falta caminar el viaje de la cultura; le falta ailegar recurSos de sabiduría.
La obra futura aun no se desvela en este libro, no hay todavía rendimiento de jorvenir. Sin embargo, la voz ha vibrado ya y los oídos sospechan más que conocen un nuevo camino hacia Bolivia.
Oigamos algunos trazos netos:. Ha envejecido tanto el parquecito donde el sol retorna que nuestra misma angustia se silencia El polvo peregrino que sigue nuestros pasos.
El polvo que se alza por todos los caminos y nos llena de abrazos. Tendía hacia los árboles mis brazos presurosos y sus frondas tupidas aromaban mis ávidos minutos clamorosos.
60 FERNANDO DIEZ DE MEDINA La Clara Senda. Poemas. La Paz.
1928.
Versos juveniles que apenas balbu.
el alevoso amor inseparable acurrucado en torno a mi abandono, improvisó un descanso junto a ella se alejó risueño. me dejó vencido