Amauta 99 en se no obstante, ser guerrero. No fué un ción de un pueblo: la levadura de ucapitán audaz, no tuvo la inspiración na religión, de una fe en un destino genial de los campos de batalla como colocado más allá de la propia perAníbal. Fué, más bien, un organiza sonalidad. Por eso se disgregó como dor, un político genial, un plasmador una fuerza sin objeto, como un alude razas a quien le faltó lugar y vión impelido por un cataclismo y lo tiempo para desarrollar todo el sig más que logró su raza, fué dejar ese nificado de su acción. Fué un héroe elemento sutil que aún persiste en la en el sentido nietzscheano que vivió en cultura de Occidente, y ese elemento persistente intensidad de tragedia. No asiático que supervive en todas las tuvo, como el guerrero, la impacien manifestaciones del espíritu y que se cia de los golpes certeros y súbitos; deja sentir hasta en las Sinfonías de pero tuvo, en cambio, la tenacidad del Beethoven y los Aforismos de constructor inteligente y la concep Nietzsche.
ción genial de suplir con su voluntad Eugenio GARRO.
esos elementos que sólo da el tiempo en la plasmación de un pueblo. Comme tous les grands politiques, Attila aimait pas la guerre. Elle lui André Coeroy. PANORAMA DE LA paraissait un moyen brutal et facile, MUSIQUE CONTEMPORAINE.
celui auquel les rois sans génie ont Editions Kra. París, 1928.
recours. Il avait un grand mépris pour les hommes qui ne pensent qu Bajo el signo de lo nacional tuer ou a faire tuer.
inicia el libro tan nutrido en juicios Por esta caracterización intrínseca certeros, tan vigorosamente concepido de Atila, de constructor y organiza tan claramente traządo de André dor de pueblos, vemos cómo las raí Coeroy. La música ya no es el lenguaces de su personalidad fincan en el je internacional que se creyera antes.
conglomerado amorfo de su raza. Pri El alma de la raza le da estilo. Un mero es una ambición inmensa que Fauré, músico puro, nunca será comle hace soñar. con la dominación del pletamente comprendido en el extranmundo, la que le inspira el trabajo de jero; no habla sino la lengua rousiunificar su raza, de librarla del soborcal de su país. Bruckner y a Wolf no de un imperio en decadencia; deslos comprenden mejor en Austria o en pués, los golpes, los descalabros, el Alemania que en Francia. Stravinski choque con las legiones romanas en los que domina toda la música contemcampos Catalaúnicos, le hacen ver la poránea, se alimenta de arte popuinferioridad de sus fuerzas, la desorga lar. Partiendo de este principio estu.
nización militar de sus tropas, la mo dia Coeroy la música de hoy. Estudio vilidad nómade de sus hordas que se sobrio y robusto; pensamiento potenrompen al chocar contra ese ídolo péte y original. Los rusos y los checos; rimée: el Imperio; y entonces con pa los españoles y los italianos; los inciencia genial, con tenacidad asiática, gleses y los alemanes; la música judia; concibe un proyecto que sólo pueden la escuela francesa; los portugueses y hacerlo los inmortales: organizar un los sudamericanos; con qué inteligenpueblo, educarlo, civilizarlo para po cia, con qué penetrante y serena luderlo enfrentar con éxito contra una cidez los juzga Coeroy.
civilización. Atila murió y su pueblo, falto de esa fuerza coercitiva, se disDebussy, el precursor, se enfrenta a persó como la brizna.
Wagner; el sueño de Pelleas y de Sin embargo, Atila no puso en peMelisarde. se opone al torrente geligro la civilización romana ni la culnial de la Tetralogía. Quién ventura de la latinidad. Atila le faltacerá, el genio latino voluptuoso y aba algo indispensable en la organiza ristocrático, o el grandioso espíritu