66 Amauta Trotzky sale rumbo a Alemania. No es cierto que Trotzky se muera de hambre. Con el producto de sus libros, que le es remitido puntualmente por el Soviet, puede vivir holgadamente.
Se recuerdan sus méritos contraídos con la revolución para hacer más resonante su caída. Se anuncia a los cuatro vientos que el régimen soviético toca a su fin. Se habla de un Napoleón rojo dispuesto a derribar la dictadura. El mundo comunista va a hundirse, por convenir así a los intereses del capital.
Estas y otras fábulas sirven de pólvora para disparar todas las baterías de la calumnia burguesa contra los Soviets. Desde París, Londres, Roma, New York, Tokio y Berlín, los corifeos y áulicos de los patronos soplan hasta reventar las trompetas del Juicio Final.
En el fondo, el empeño inmediato de la reacción es desconectar al pueblo ruso victorioso del resto del proletariado oprimido del mundo. Preparar el terreno para una colaboración obrero capitalista, utilizable en la agresión armada contra la República Socialista a que se lanzará en una actitud desesperada de vida o muerte.
En tal labor revolucionaria colaboran los social patriotas, los social demócratas, los católicos, los protestantes, los oportunistas de todos los países, los sedicentes revolucionarios y amigos de la clase obrera, los líderes de Amsterdam, de Washington, todos los asalariados del capital y mayordomos del imperialismo.
ESTABILIZACION CAPITALISTA ESTABILIZACION PROLETARIA Asistimos a una vigorosa reconstrucción capitalista, cuyos alcances no podemos marxísticamente desconocer. la vez, paralelamente se produce en Rusia un enorme crecimiento de sus recursos técnicos y económicos. La diferencia estriba en que la estabilización del mundo capitalista es falsa. Lenin decía que la evolución del capitalismo en las condiciones del imperialismo, constituye un doble proceso: de un lado, hay un desarrollo del capitalismo en algunos países y por otra parte, se da la putrefacción del capitalismo en los otros países. Esta tesis de Lenin es justa? En caso positivo. no es cierto que la estabilización del capitalismo no puede ser más precaria. Las contradicciones nacionales e internacionales aumentan. El afianzamiento del capital trae como consecuencia inevitable la creación de un proletariado cada vez más fuerte, mejor organizado, maduro para la conquista del poder. Al paso que disminuye el número de los potentados del capital, que usurpan y monopolizan todos los beneficios de este periodo de evolución social, aumentan la miseria, la opresión, la esclavitud, la degradación, la explotación; pero también aumenta la resistencia de la clase obrera, más numerosa cada vez y mejor disciplinada, unida y organizada por el propio mecanismo de la producción capitalista. El monopolio del capital ha llegado a ser un obstáculo para el sistema actual de producción, que ha crecido y prosperado con él y por él. La socialización del trabajo y la centralización de sus resortes materiales han llegado a un grado en que no pueden ya contenerse en la envoltura capitalista. Esta envoltura está próxima a romperse; la hora postrera de la propiedad capitalista ha sonado ya; a su vez, los expropiadores van a ser expropiados.