Amauta 51 factor, el cuantitativo y todas las predisposiciones humanas son cualitativamente idénticas y no difieren entre sí mas que por sus proporciones cuantitativas de tal manera que en la producción de las actividades suprarreales (así llamaremos a la fantasía, misticismo, arte, etc. habría que contemplar este último factor.
Una explicación que más ahonde en la verdad de estas tendencias ya ha sido expuesta, y se pretende resolver el problema de su genética penetrando en la intimidad secreta de la vida del hombre primitivo. Los tres instintos fundamentales (hambre, egoarquismo, sexualidad) debieron recibir severas oposiciones a sus legítimas tendencias de manifestación, y las diferentes represiones surgieron en la medida que se condicionada la vida gregaria y se iniciaba la organización social. es así como se explica que en el seno de ésta medrara un grupo de los hom bres cuyas tendencias insatisfechas debía buscar rutas que no fueran la normal; siendo luego esos instintos desplazados origen de las anomalías que son ahora de tan difícil valuación (perversión, inversiones, onanismo, etc. y otras cuyas miras fueron tan elevadas que llegaron sin más cautela a ocupar un lugar dignísimo entre las actividades sociales. Estas últimas corresponden al reino de la fantasía, y seguramente a todos los procesos de sublimación: La teoría se hace digna del mayor crédito si se tiene en cuenta que tales desviaciones pudieron fijarse por la herencia y llegar por esta vía a ser susceptibles de la repetición aún en ausencia de las fuerzas coartadoras. Honorio Delgado, Lecciones de Biología. No es demás advertir que una explicación semejante de la génesis artística no puede ofrecer, al explicar la esencia misma de las cosas, otro valor que aquel del fenómeno físico químico frente a la función. Concluirá en el próximo número)
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