Amauta 49 sean los factores subconcientes los únicos en elaborar: contrariamente, toma la actividad conciente una gran ingerencia pero su acción sólo será extensiva a aquellos materiales, cualitativa y cuantitativamente determinados, que le ofrece el subconciente y cuyos límites no se podrá exceder. Su labor será tan sólo de un perfilamiento póstumo.
Tal vez aunque no sea exacta la imagen los sueños nos ofrecen alguna semejanza. Algunos de ellos sugieren realidades artísticas de la más intensa emotividad, pero de valuación difícil, por no haber un substentáculum material que los haga perdurables (línea, color, sonido. En las obras de Marcelo Proust hallambs situaciones singulares de tales elaboraciones subconcientes, y nos explica así la extraordinaria acción de un paisaje, por ejemplo, cuando a claras se está viendo la poderosa causalidad latente. Tartini en la Sonata del Diablo nos ofrece otro de los más admirables ejemplos.
Sólo las formas técnicas son posibles de la elaboración conciente.
Las grandes realidades del estilo e impresión artísticos son las superaciones del yo subconciente.
Todo artista podrá explicar el por qué y el desarrollo de su técnica, pero la razón de ser de su estilo será siempre una cosa, aún para él mismo, misteriosa, indescifrable. Si se lo preguntamos nos hablará de su afectividad. de su tendencia. El podrá escoger el asunto y la forma, combinarlos, modificarlos, y elaborar concientemente; pero al término habrá llegado al resultado apetecido en inconciencia, el estilo que palpitará dentro la obra su íntima manera de sentir. no es dudoso que este subconciente mismo fuera progresivamente infiltrando su acción hacia el dominio conciente, elaborando la forma, el color, ei motivo en una palabra toda la estructura artística, y por eso mismo, puede en el término del proceso, transformarse en ella, pues que le fué creada de exprofeso, Freud, que ha llevado el análisis hasta el límite de las posibilidades psicoanalíticas, descubre como el recuerdo inconciente de la sonrisa materna puede actualizarse en Leonardo en las formas más impalpablemente poéticas, en la Gioconda y en las Vírgenes. es que el alma de cada artista guarda una realidad tan suya como es la constitución protoplasmática en el orden físico, distinta a cada ser; y de allí que esta realidad secreta que encierra el subconciente esté en cada instante creativo influyendo específicamente sobre los temas del ar tista, de la misma manera que las potencialidades celulares producen, también cualitativamente, las estructuras a que están destinadas. porque en la producción artística, en sentido idéntico que en las otras producciones de la vida (celulares, orgánicas, psíquicas) el origen, la ruta seguida, el resultado final, son todos el mismo gran proce.
so, porque la estructura artística no juega otro rol que la orgánica, y porque el estilo no se diferencia de las otras funciones vitales sino por la categoría infinitamente mayor. Todo es potencialidad que se convierte en estructura, subconciente elaborado en conciente, realidad suprarreal transformada en arte. de aquí sale la dualidad aparente de la vida.
Obsérvese además que estas potencialidades no son ilimitadas.
Ellas menguan con su función y al cabo se destruyen. Parece que la vida obrara en quantum como la energía luminosa. La potencialidad de cada célula gérmen termina con la vida individual, la del crecimiento con la talla específica, la potencialidad de una yema con la producción de sus flores y frutos, y la de una espora con un ciclo microbiano;