Amauta 45 cosas to que sean cosas idénticas, pero sí nos parece que es bastante probar que en ambos casos los procedimientos seguidos siguen la misma ruta. Ve.
remos más adelante cómo el subconciente es rico en sistemas potenciales y como el consciente posee casi todas las estructuras. Porque si por estructura hemos concebido aquella parte del organismo que no varía en un momento dado, no importándonos que ella tenga o nó asiento mate rial, pero sí conservando el concepto, podemos aplicarla a muchas formaciones del alma. Observaremos también que en este caso, como en el anterior, los sistemas potenciales o creativos, corresponden inutilizables para el organismo en un presente dado, y que de su actualización está resultando la vida psíquica consciente. En una palabra, el consciente surgiendo del subconsciente.
En realidad cada fragmento potencial que se actualiza arrastra consigo una porción de fuerza creativa que le durará tanto como la estructura pueda subsistir.
Según ésto, podemos ordenar la energía psíquica según sus tendencias fundamentales: 1o. Aquellas cuyo fin es la necesidad de subsistir (y es la más estrechamente ligada a la evolución orgánica. 2o.
Aquellas cuyo destino representa una pérdida, pero que es frente a la organización psíquico física la única libertad de que se es posible, la única que no pide utilidad para la especie (por lo cual significa pérdida. la única que se escapa y se escapara siempre a la apreciación físico química. Sólo análisis cuidadoso de los diferentes factores psíquicos nos hará ver claramente cuanto hay de verdad en estas afirmaciones. Por ello se ha sabido distinguir una memoria de repetición y una memoria de representación (v. Bergson, Matiere et Memoire. Pero el hecho merece una generalización más amplia, no para creer que todo acto psíquico deba tener los dos factores necesaria o contrariamente, sino para seleccionar a éstos en psíquico estructurales y en psíquico creativos si se me permite la expresión según pertenezcan a una u otra de las tendencias anteriormente expuestas.
Las primeras son dotadas de todos los atributos de lo estático (tal es la memoria de repetición, el instinto, etc. y por ello merecen el nombre de estructura. Las, segundas con todo el atributo de lo dinámico (memoria de representación, creación artística, etc. Según parece, casi en todos los actos psíquicos habría una interacción de ambas entidades, y así cómo ha sido posible distinguirlas para la memoria procuraremos hacer la misma distinción en lo artístico, porque en realidad así son las cosas, y porque, siendo los fenómenos vitales de un único orígen, tal vez sería posible encontrar para todos impresos los mismos caracteres, así en lo anímico como en lo orgánico.
El último enunciado tal vez podría aparecer un tanto exigente; lo aparecerá menos cuando en algunos hechos comunes consigamos incluír unos y otros.
La función y la estructura son los componentes indispensables en todos los fenómenos vitales. Su propia realidad está hecha a base de su interacción, y sin embargo nunca se generalizó en las apreciaciones psíquicas. Sin embargo, la distinción de las memorias descubierta por Bergson no contiene otro significado, y en las tendencias artísticas, como después veremos, no es muy otro el papel.
En todas las entidades de la vida psíquica podemos apreciar una dualidad de componentes y categorizarles en el lugar que merecen. La distinción de los tipos de memoria por Bergson, es un ejemplo típico.