Amauta 43 o a si mismo año tras año a expensas de sus meristemos, y éstos son tejidos indiferenciados donde toda la energía solo se puede concebir en estado potencial En los animales el caso es casi idéntico. Todos los órganos se crean y se destruyen día tras día, y hay reemplazando al meristeme de las plantas un tejido embrionario (tejido reticulado) repartido en todo el organismo y a cuyas expensas toda la organización se inicia. Es como el meristemo de los vegetales un tejido de células indiferenciadas cuya energía sólo puede concebirse en estado potencial. así como el individuo (animal o planta) tiene precisos sistemas creativos que le dan la vida, la especie también tiene los suyos. Weisman distinguió a las células en germinales y somáticas, siendo únicamente las primeras las depositarias de todas las capacidades posibles (hasta las transformativas) de la especie íntegra, representando el resto de la organización frente a ellas sistemas estructuralizados, donde la evolución ya no es posible, y donde la duración escasa es la ley fatal.
Cuando un organismo se desarrolla ontogenéticamente sus partes ganarán en estructura aquello. que pierden en potencialidad. Las potencialidades tienen de otra parte muy diferentes categorías; es así como una célula del meristemo de ciertas plantas resultaría estructuralizada frente al óvulo primitivo que les dió origen, y cómo las células potenciales de ciertas yemas lo resultan menos que aquellas del ápice.
En orden progresivo, son las propiedades citogenéticas, histogenéticas, organogenéticas, ontogenéticas y filogenéticas.
El organismo se rehace minuto tras minuto conforme los torbellinos de vitalidad de sus células potenciales se utilizan en estructura, sea, avanzan a la muerte. De aquí que hasta en el orden puramente orgánico sea aplicable el devenir de la psicología, y que resulten tan ciertas estas antiguas definiciones: La vida, dice Blainville, es un doble movimiento interno de composición y descomposición a la vez general y continuo. y según Cuvier: El sér viviente es un torbellino en dirección constante, en el cual la materia es menos esencial que la for.
Llegamos a dos conclusiones importantes: las fuerzas potenciales localizadas en escasas células indiferenciadas se actualizan en función y estructura, y recíprocamente, una función y su estructura sólo pueden ser mantenidas constantes a expensas del contínuo dispendio de las respectivas fuerzas potenciales.
Otra observación importante es que en este proceso no es seguida la ley de las masas. La estructura nunca retrograda al estado potencial.
Su formación y su mantenimiento entraña el estado físico químico, contrariamente al estado potencial que es insubordinable a dichas leyes.
Tampoco es susceptible de ser comprendido en el principio de Carnot.
El estado potencial significa incremento (especialmente en el orden cualitativo. Pero los sistemas estructurales encarnan lo contrario, el principio de la entropia. Es seguramente éste el motivo de opiniones tan varias en el concepto de función, y de allí como en contra de lo que aparencialmente se ofrece los principios de Le Dantec y Claude Bernard sean ambos valederos.
La función orgánica es un proceso destructivo, porque la adquisición de estructura entraña en sí el proceso de la muerte. La función del estado potencial que nunca forma órganos es un proceso creativo.
De allí que sean tan diferentes las funciones de la fibra muscular que ma.