Amauta 29 pasión, aquella vehemencia de potro salvaje, propias del alma andaluza; aquella tragedia del alma andaluza, tan desigual, que va rápida.
mente de la risa al llanto, del pesimismo al optimismo; aquella fuerza interior virulenta que agita siempre a todos los extremos meridionales de Europa.
Detrás de todas las etapas opuestas y contradictorias de Miró, nuestro Joan Miró, tan catalán y tan internacional a un tiempo, vive también, poderoso, un espíritu eminentemente racial, y me decía el joven pintor recientemente, muy complacido, que sus obras habían sido siempre influenciadas, más por las precisiones del campo de Tarragona, que por las vaguedades de la ciudad del Sena, más por el ambiente saludable de Montroig, que por la atmósfera enfermiza de los cenáculos parisinos.
Marc Chagall, el pintor parisiense tan ruso, permanece siempre racial a pesar de las inyecciones de cosmopolitismo, y, en una reciente interviu, hizo las siguientes manifestaciones edificantes y recomendables: quiero un arte de la tierra, y no solamente un arte de la cabeza; amo a Rusia, pero creo que amo a París por encima de todo; el arte es internacional, pero el artista ha de ser nacional.
Así de esa pintura mexicana, original e intensa, fuertemente racial, que está llamada a ocupar el primer puesto en el mundo pictórico internacional, precisamente por su racialidad.
Ni qué decir tiene, sin embargo, que ese nacionalismo de los pintores mexicanos no tiene nada de común con el nacionalismo chovinista, egoísta y hermético, que tantos estragos está causando en muchos países. Ni qué decir tiene que los artistas mexicanos no son víctimas de aquel egoísmo colectivo llamado patriotismo, que tiende a ensalzar exclusivamente lo propio con el menosprecio absoluto de lo ageno.
Los artistas mexicanos se esfuerzan ávidamente para crear un arte insobornablemente racial. ya hemos visto qué hacen muy bien. Pero esto no significa, creo yo, el desprecio para el arte de los demás países. Esta creencia mía, me ha impulsado a ofrecer a mis compañeros de 9:30301 un artículo, puramente informativo, sobre el estado actual de la pintura europea.
Antes de empezar este balance, forzosamente breve y fragmentario he de hacer notar que el arte europeo, opuesto en este aspecto el arte mexicano, se mueve exclusivamente en un plano estrictamente plástico, o mejor dicho estrictamente técnico.
Sus obras, por consiguiente, huérfanas de contenido social, no han sido puestas al servicio de determinados ideales humanos, y reflejan únicarnente preocupaciones estéticas. No es éste el momento de tomar partido por una u otra de las dos posiciones. Tracemos, pues, un breve panorama de la moderna pintura europea.
En las postrimerías del siglo pasado, la anarquía artística llega su paroxismo. Los impresionistas, esclavos de sus sensaciones, se entregan voluptuosamente a la plasmación incontrolada de los espectáculos naturales perceptibles por la vista, sin el menor deseo de depurarlos ni de ordenarlos.
El pintor impresionista se va al campo a pintar con el mismo espíritu del cazador que va en busca de caza. Al azar, sin ninguna idea preconcebida. De repente, ante los ojos distraídos de nuestro pintor, brota un paisaje agradable. Del mismo modo que el cazador, al divisar una perdiz, empuña su carabina, el impresionista, al descubrir el paia