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8 Amauta ciente de las fuerzas que se desarrollaban en el país. La derrota en la guerra con el Japón puso en evidencia muchos vicios de esa autocracia, debilitó su autoridad y levantó el sentimiento público. Esas circunstancias alentaron una reacción inesperada de las masas angustiadas por la crisis económica.
La revolución de 1905 fué, como observa Gayda, una improvisación. Se inició con la manifestación del de enero en Petrogrado, dirigida por el sacerdote Gapón, quien llevó a la multitud ante el Palacio de Invierno, para hacerse escuchar por el Zar. La feroz actitud de la policía de recibir a los manifestantes con descargas cerradas de ametralladoras transformó el ingenuo movimiento de fidelidad en una revuelta de desesperación, que se propagó en el resto del país de una manera anárquica y con un espíritu de ciega destrucción. Se suceden durante el año movimientos incoherentes de reivindicaciones económicas, a los que falta la acción organizadora de una fuerza política consciente y ordenada. Los intelectuales contribuyen a formar en Petrogrado el primer consejo obrero, soviet. pero, en general, se mantienen alejados del pueblo y se obstinan en sus divisiones de ideas. Los socialistas democráticos sólo dan importancia al elemento obrero urbano, mientras los socialistas revolucionarios no piensan sino en los obreros de la campiña. La división entre bolcheviques y mencheviques se acentúa, y al amparo de esa dispersión general de las fuerzas políticas, las fracciones anárquicas hacen propaganda extremista contra toda autoridad, aun socialista.
La gravedad de los desórdenes públicos amedrentó al gobierno y para satisfacer en algo la opinión pública el Zar dió el decreto de 1905 creando la Duma Imperial, como cuerpo legislativo representativo. En octubre un nuevo decreto estableció que ninguna ley tuviera valor sin el consentimiento de la Duma, y en diciembre se fijaron requisitos liberales para el sufragio. Pero la restauración de la paz interna y las luchas intestinas entre los partidos Liberal, Constitucional Demócrata, Octubrista, Socialista Democrático y Socialista revolucionario, permitieron al zarismo anular las reformas iniciadas antes de que se reuniera la primera Duma. En marzo de 1906 se creó el Consejo del Imperio, compuesto de miembros nombrados por el Zar y de miembros elegidos indirectamente por las clases privilegiadas, con atribuciones iguales, como segunda cámara, a las de la Duma Imperial. El mismo decreto excluyó de las atribuciones del Parlamento la de discutir las leyes fundamentales del Imperio, la composición de los órganos legislativos, del ejército y la marina y las relaciones exteriores.
La primera Duma, convocada en mayo de 1906, estaba llamada a resolver dos problemas: el de la libertad política y el de la tierra. Fué constituída por liberales y en su mitad por campesinos; pero apenas intentó tratar del problema agrario y del establecimiento del sistema parlamentario, fué disuelta. Igual suerte corrió la segunda Duma por idénticos motivos. Sólo la tercera Duma, constituída en 1907 sobre la base de un sistema electoral arbitrario y de la presión electoral gubernativa, con 60 prelados y una numerosa falange de elementos conservadores, los octubristas. pudo mantenerse en funciones durante cinco años. La cuarta Duma estaba en funciones cuando estalló la guerra de 1914.
Otra de las concesiones del zarismo, bajo la amenaza de las agitaciones revolucionarias, fué la libertad de la prensa, merced a la cual se