un Amauta la teoría marxista. Las notas peculiares de su doctrina son el simplicis.
mo y extremismo. Niega la organización campesina y obrera, el parlamento, la colaboración de las clases; quiere desencadenar las fuerzas originarias del pueblo para destruir todo lo que la historia ha creado en la sociedad. Llegando al problema de la reconstrucción hace simple acto de fé; no traza planes concretos y se contenta con creer en la natural virtud constructiva del pueblo.
De esa doctrina mesiánica y anarquista, arranca el nihilismo, que comienza en la forma de una crítica destructiva en las esferas de la literatura y de la filosofía y desciende a la forma de los agitadores extraviados que predican una obra de destrucción terrible y universal.
Hasta el año 1860 los revolucionarios y los agitadores políticos de toda tendencia procedían de la nobleza. Después de la reforma toman parte en el movimiento y lo difunden hombres de clases más pobres y de más obscuras tradiciones. con ellos la idea revolucionaria se amplía y extiende a una concepción no ya tanto política cuanto económica y social. La nobleza se retira a las líneas reaccionarias, mientras los intelectuales sin rentas, las Universidades, la clase media, adoptan ideas subversivas. Las ideas socialistas comienzan a propagarse y se desarrollan las varias corrientes existentes en los países occidentales.
En 1876 se funda el partido Tierra y Libertad. que coloca como puntos capitales de su programa la posesión completa de la tierra por aquellos que la trabajan y la libertad para todos de vivir su vida. El partido, si bien crea secciones urbanas, considera a la campiña como el elemento básico de Rusia.
Pocos años después se constituye la Liga de los Operarios del Norte, empleando nuevos métodos de lucha, inspirados en la práctica de la vida urbana, entre ellos el terrorismo. Ese fué el primer grupo de socialistas revolucionarios. La propaganda socialista. obrera rivaliza desde entonces con la vieja corriente campesina. El capitalismo no está aún en marcha, apenas si comienza la concentración obrera ur. bana y ya los jóvenes, entusiastas de la nueva idea revolucionaria que domina en Europa, abandonan al ídolo campesino y levantan al ídolo proletario. El marxismo, como doctrina de lucha contra la burguesía, se desarrolló en Rusia antes y más rápidamente que la burguesía misma y que sus teorías de defensa. El que más propagó Rusia esta doctrina fué Plejanov. Pero su convencimiento de la inflexibilidad del desarrollo de las fases sociales, su oposición a la tendencia anárquica del movimiento socialista ruso, su escepticismo sobre la madurez de su pueblo para dar cima a la revolución política y social, le restaron adeptos en el pueblo y se quedó con un grupo minoritario o menchevique.
El grupo Liberación del Trabajo conquistó rápidamente la supremacía con una interpretación revolucionaria y mesiánica del marxismo. Su programa es: la dictadura del proletariado y la lucha politica.
Opone la idea de la revolución de la masa a la de la acción revolucionaria individual cristalizada en el terrorismo de los socialistas revolucionarios. Intenta, a imitación de los sindicatos obreros occidentales, formar organizaciones obreras poderosas; pero en Rusia, donde la policía no reconoce forma legal alguna de asociación obrera, los en