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es Amauta 91 tódicamente, pero en su propia sim pecto revolucionario, izquierdista, soplicidad descubren la diferenciación cial; a él, pues, se dedican estas rágeométrica de uno y otro. Lo estrie pidas consideraciones sobre nuestro tamente tiahuanaqu, rompe con la fenómeno izquierdista.
perspectiva, y se reduce a la indica Yo he preguntado muchas veces a ción llana de los bultos (los bultos, Malanca, el por qué de su incomprenen arte tiahuanaqu, son ideografías sión de lo azteca revolucionario. El cosmológicas encerradas en concepcio ha contestado que si admira, y mucho, nes planiesféricas. Es de suma impor a Diego Rivera, no le pasa otro tartancia anotar que los mejores cuadros to con sus seguidores, porque dan la de Malanca mejores para explicar impresión de estar formados sobre un su procedencia vernácula persisten patrón común.
en la simpleza y la ingenuidad. No De Picasso a Diego de Rivera, hay siempre lo ingenuo puede ser simple; seguramente, un nexe técnico; pero el caso de la Mollo, en España, es nó relación ideológica. Mientras el muy característico de lo barroco ac primero cultiva lo arcaico, estético, y tualizado, pudiera decirse revertido) si se quiere estático, Diego Rivera aniEi cuadro denominado: La Kantu ma en lo arcaico una fuerza popular.
ta. cuyo empaste hace necesario pen Esta es la razón por qué si Juan Gris sar en una embriología japonesa, es y Picasso ofrecen diferencias, no padefinitivamente prueba de estos ele sa lo mismo entre Orozco y Rivera.
mentos aborígenes. Otro tanto La Orozco y Rivera son los artistas de briegos del altiplano donde ya una revolución, y en lo estético promucho más ostensible la impresión de pugnan la valorización de la gleba.
simplidad constructiva reducida a Así, los chicos mexicanos frutos de pródromo geométrico.
esa revolución y sus predecesores anEstoy seguro que Malanca no ha dan por caminos parecidos y se sirpensado todavía en un arte franca ven de recursos afines.
mente indoamericano, histórico. Sus En literatura y pintura, como en cuadros salen de su paleta por entu música, si se opera hoy un fenómesiasmo panteista; pero hay tan tóni no revolucionario, etimológicamente ca influencia de la naturaleza sobre revolucionario, que merezca atención su imaginación, que ellos vienen a ser, filosófica, es ese: la trasvaluación de hasta hoy, los más logrados aciertos la excelencia, de que habló Nietzsche.
de un paisajismo nuestro. Es de es Las minorías expanden cada vez maperarse, sí, que la gradual penetra yormente su radio, es decir dejan de ción que él realiza en lo indígena an ser minorías, de suerte que lo plebedino, lo lleve a establecer diferencia yo medieval, informe y palingenésiciones en beneficio de su propia ori co, se convierte en lo plebeyo superaginalidad.
do. Lo plebeyo superado, quizá es, No es de mi incumbencia escribir en su polifacético mensaje, la verdad ahora sobre sus lienzos coloniales, revolucionaria de esta época. un neoindios, que así denomina a la cul arte multitulinario, plebeista, tiene tura postespañola, el escritor cuzque que concurrir el comunismo económiño, Uriel García, y tampoco me lo co y el retorno al mito, al tabú, he propuesto. Me interesa el aspecto decir a la prehistoria. Se arguye, por vernacular de sus labores, y la intui ello mismo, que una cultura de este tiva clarividencia con que ha logrado género, implica el retroceso de la acampar, históricamente, en el paisa civilización. Es que la civilizacion, lo je del Titikaka.
que así se ha llamado en el acto Pero hay otro aspecto rico en in capitalista, no miraba en el hombre tensidad que hace de su espíritu una fuerza que debía, obedeciendo al de los más vibrátiles de las nuevas ge ritmo de la vida, cribar su herencia neraciones indoamericanas.
Es el as espeluncal para llegar al estado an0 es ino