Panorama Movil X Α Η D A TOLSTOI NOVELISTA Por John Galsworthy de Tolstoi es un acertijo fascinante.
Creo que no se encuentra en ninguna otra parte, comprendido en un solo cuadro, ejemplo tan singular de artista y reformador. El predicador que vivía en él, y que, como tal, tomó a su cargo los postreros años de su vida, destacaba, ya, su sombra sobre el escritor artista de Anna Kerenina Surge hasta una indicación, que denuncia al moralista, en la última parte de su estupenda novela titulada La Guerra y la Paz. En cuanto a su trabajo, la verdad es que, en cierto sentido, se observa, siempre, en él una desconcertante dualidad espiritual, eternamente presente. Es un campo de batalla, en el cual contemplamos el flujo y reflujo de interminables conflictos; la importancia y los latidos de una gigantesca desarmonía. Mas hoy que nuestra personalidad está controlada por las glándulas, en forma tal, que si tenemos suficiente pituitaria somos artistas y muy poca adrenalina ¿es así? moralistas, debemos dejar a los médicos la explicación de esa misteriosa dualidad.
Al escoger tan solo una novela para designarla con aquellas palabras, tan queridas de los confeccionadores de esos frecuentes y rimbombantes artículos, que al calificar ua obra, dicen la más grande que jamás se ha escrito. designaría, yo, La Guerra y la Paz. En ella Tolstoi maneja dos temas, al igual que el jinete de un circo que cabalga sobre dos briosos corceles, cuyo lomo está desnudo de todo apero, y que gracias, únicamente, a un milagro, consigue llegar sano y salvo a las puertas del establo, con las distintas partes del cuerpo formando un todo único y sin que se hayan desarticulado. El secreto de su triunfo reside en el consumado interés, con el cual, su energía creadora ha revestido todos y cada uno los pasajes. El libro tiene una extensión igual a seis veces el de ana novela corriente, pero ningún momento decae en interés o fatiga al lector.
Además, el terreno que abarca y el ambiente dentro del cual se desarrollade interés humano y momento histórico; de vida social y nacionales prodigioso. Poco después de esta obra maestra, pero no mucho, viene Anna Karenina. También de estupenda extensión, esta novela encarna en el viejo príncipe, su hija Kitty, Stepan Arkadyevich, Vronsky, Levin y la misma Anna, seis de los más notables personajes de Tolstoi. Jamás diseñó un retrato mejor que aquel de Stepan Arkadyevich el tipo perfecto del ruso mundano del cual, el que este prefacio escribe, ha conocido la esencia más íntima de su salivazo.
Los primeros capítulos, dedicados a describirlo en momento de su suerte