80 Amauta puede concebirse para la dignificación de la carrera del profesorado, que la administración y la vigilancia y el gobierno en una palabra de todo lo concerniente a la educación se halle exclusivamente en manos de los obreros que son los que mayor interés y mayor cariño pueden abrigar para el progreso de una empresa en la que tienen interés, por estar vinculados estrechamente a su evolución.
Hay una tendencia en la ciencia económica contemporánea: la de dar participación en la gerencia, en el directorio y en el reparto de utilidades a los miembros obreros que son coautores del progreso, o depresión en los negocios. Pues bien, la Reforma incorpora este principio por primera vez. por lo menos que nosotros sepamos) a un asunto administrativo público, dando así un paso seguro para su desvinculación con la politiquería menuda, corroedora de la marcha justiciera y normal de la empresa educativa. El funcionario que sabe que ocupa un cargo con carácter provisional, sujeto a un referendum posterior, y que no puede alejarse de sus ocupaciones yocacionales, es claro que tiene que hilar muy delgado puesto que el temor a un pedido de cuentas no está remoto; y luego su conducta y su comportamiento tienen que determinar su situación ulterior.
Los jefes de Departamentos administrativos, son técnicos; no se recluta sujetos ajenos al oficio, que por su ignorancia impriman rumbos torcidos al ramo. Todos, saliendo de las filas docentes, al ocupar los cargos directivos tienen necesariamente que llevar el contingente de su experiencia y de sus conocimientos, y hallarse respaldados por la sufi, ciencia que es postulado de economía.
SUPRESIÓN DEL CENTRALISMO. En oposición al centralismo asfixiante se crean los organismos descentralizadores de la administración educacional, mediante los Consejos provinciales de Enseñanza (Art. 33. formados por el Director de Enseñanza y ocho miembros profesores de primaria, o seis de secundaria, elegidos respectivamente éstos por el personal docente de esos establecimientos, y aquellos por las organizaciones obreras, culturales y padres de familia, en cada región o sede.
El proyecto creaba el cargo de El Inspector General de Servicios consistente en un funcionario que debía estar en todas partes, verlo todo, y mantenerse en contacto constante con el Ministro y con los Consejos y autoridades provinciales, oyendo e informando sobre el funcionamiento de las dependencias de su cargo. Esta reforma satisfacía a una aspiración unánimemente sentida: la de acabar con el papeleo y el vaiven de los expedientes que logran asfixiar a las personas llamadas a desempeñar algún puesto y a desarrollar alguna iniciativa propia, pronta y eficaz. Era también una guerra definitiva al tinterillaje administrativo. La reforma escolar de 1919 de México contiene una disposición vigente igual. Desgraciadamente la ley mutiló esta útil innovación.
EL PROBLEMA DEL MAGISTERIO NACIONAL. La primera condición de éxito de una reforma educacionall, de cía el Ministro Chileno de Instrucción, doctor Salas: es la buena la ex