58 Amauta Atacan a balazos a un tren llegado de Lima, que pretende violar la paralización absoluta del tráfico.
Saquean la Plaza del Mercado y las panaderías. Los vapores nacionales que deben zarpar, no pueden hacerlo, pues carecen de elementos. Desembarca la marinería de los barcos de guerra anclados en el puerto, para ayudar a las tropas de tierra a dominar el movimiento. Se producen numerosos encuentros, con pérdida de sangre y de vidas por ambos lados.
Los obreros invaden violentamente el salon de sesiones de la Municipalidad. El alcalde Miller, mas muerto que vivo, es salvado por la policía. Los huelguistas comienzan a defenderse con dinamita.
El comisario Suito es derribado a pedradas de su caballo, al dirigir una de las cargas de caballería contra el pueblo. Se producen seis incendios sin que las bombas puedan intervenir, bloqueadas por los manifestantes. En la bocacalle de Saloon y Colon arden las cuatro casas de las esquinas. La marinería abre el fuego de sus ametralladoras. Resultan muertos cinco hombres y una mujer y numerosísimos heridos quedan tendidos en las calles, entre los que se cuentan dos obreras jóvenes.
Los miembros del Comité son perseguidos. Esta persecución les impide controlar el movimiento, ahorrando a los trabajadores muchas violencias inútiles. Falta el acierto de un esfuerzo común, de una orientación táctica. Cada grupo procede según la espontaneidad de sus resoluciones.
Los Secretarios dan a publicidad el siguiente manifiesto. El Comité Pro Abaratamiento de las Subsistencias, imposibilitado para sesionar libremente, hace protesta pública contra la forma brutal como se le trata: Por tanto damos a conocer el público que el Comité sigue sus funciones, pero oculto por la causa arriba anotada; que el acuerdo tomado ha sido declarar el paro indefinido hasta no conseguir las bases implantadas por el Comité.
Esperamos que el pueblo acate estas decisiones en bien de la colectividad, denunciamos las prisiones de los compañeros Gutarra, Barba y Fonquen, y otros que no ha sido posible tomar sus nombres, hacemos protesta contra la forma como han sido torturados por la policía inconsciente, y la denunciamos también ante el poder judipara que investigue y caiga la sanción sobre los culpables; pues no hemos cometido otro delito que pedir pan para nuestros hijos.
LOS SECRETARIOS.
Poder reunirse en un lugar convenido e incógnito, ofrece serias dificultades. Se remite a todos los subdelegados de la ciudad, del puerto y a los campesinos una comunicación concebida en estos términos. Compañeros: en vista de las dificultades que tenemos para reunirnos en sesiones públicas, por la falta de garantías, creemos que cada uno de nosotros debe ser el portavoz ante sus compañeros de trabajo, de que el paro general no se dará por terminado mientras no sean puestos en libertad los miembros de este Comité, que han sido encarcelados y torturados y no sean satisfechas todas las necesidades que son el punto inicial de nuestra campaña.
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