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32 Amauta es mentes elevadas habituaron su gesto intelectual a ese distintivo de selección. Taine, al decir: la vice et la vertu sont des produits comme le vitriol et le sucre. destruyó el sentido filosófico del libre albedrío sobre el que tanto discutieron Occam y Duns Scotus. Más tarde, las corrientes naturalistas suscitadas por el pensamiento de Darwin, hicieron surgir al campeón más destacado de los Librepensadores al profesor de Jena, Ernesto Haeckel. Aparte de su concepción monista de la naturaleza, cuya discusión no es de este lugar, el libro de Haeckel, Los Enigmas del Universo. se presentó como una bandera de lucha contra la Iglesia y el cristianismo, contra la concepción del mundo que en cierto modo era admitida por las autoridades oficiales del Estado, la Iglesia y la sociedad, y como tal adquirió un éxito enorme; éxito que se tradujo en Alemania en un movimiento social llamado de política cultural a iniciativa de La Liga Monista. Estas direcciones filosóficas continúan influyendo en la actualidad, ya que no directamente, siquiera como despertadoras de una nueva vida; pero innegable que ya el monismo naturalista ha rebasado la cumbre de su éxito. Un impulso sano alienta en lo profundo de las tormentas que agitan el presente, en forma de una aspiración a superar toda educación meramente intelectual, técnica y civilizada para llegar a los más altos valores ideales. Una religión que se preocupa de problemas sociales deja de ser religión. ha dicho Spengler. Mas, no hemos de desconocer la importancia del factor religioso en la biología de las sociedades humanas. Si todo el movimiento filosófico y cultural de avant guerre estuvo saturado de ese escepticismo que tan bien supo caracterizar Anatole France en sus dos creaciones típicas: abbé Jérome Coignard y Monsieur Bergeret, el movimiento de post guerra es de profunda inquietud religiosa, de fe, de aspiración, para afirmar e integrar una cultura que contenga toda la palpitación creadora de la vida.
Hay, seguramente, una filosofía religiosa confesional, la cual trata de cimentar las relaciones de la fe con la ciencia, según la doctrina católica, así como hay una filosofía protestante que trata de cimentar la relación entre la fe y el saber, según la concepción protestante, y, aparte de las otras religiones, del budhismo, del judaismo, etc. hay una concepción religiosa de la vida como valor, como metafísica idealista, con plena libertad frente a la constricción eclesiástica y que, a veces, considera la esencia del cristianismo cual negación pesimista de la existencia y un enfermizo apartamiento de la vida. como afirmó Nietzsche. La religión, esto esm el catolicismo en su influencia política, cae, periclita, declina, más fuerte y rudamente que nunca desde el famoso letrero colocado por los bolcheviques frente de la capilla de la Madonna Ibérica: La religión en el opio del pueblo. Por esto mismo, nada más religioso que la e sencia biológica del pueblo ruso. Así una teoría abstracta, una concepción intelectual, como es la teoría materialista de la historia en la abra de Karl Marx, Das Kapital, halla en el pueblo ruso su encarnación política, su interpretación como fuerza revolucionaria incontrastable que transforma la estructura de las sociedades, halla su concreción mística, mesiánica, casi profética fuera de la nueva técnica en los métodos de producción, para encender sobre un mundo entenebrecido y roto, la hoguera de una nueva fe, para levantar el clamor profético que dormía en las páginas conceptuales del libro de Marx. Enuna una