22 Amauta que de los filósofos idealistas, inventada para servir al placer solitario de estetas y soñadores, sino la voluntad determinada por la realidad del ambiente, por las circunstancias históricas, por el avatar de las relaciones sociales.
Este imperativo vital, esta voluntad de vivir, astringen al hombre al trabajo útil y a fabricar y servirse de sus instrumentos de producción.
Por ende, ninguna definición mas neta del homo sapiens que la que le aplicó Benjamín Franklin diciendo que el hombre es un animal fabrica herramientas. Instrumentos de producción, mediante los cuales inicia y alcanza su victoria sobre la Naturaleza.
El empleo de la herramienta, por burda que fuese, facilitó la vida, haciendo factible el crecimiento de la población, fenómeno que determina la ampliación y el estrechamiento de las relaciones sociales. La diversidad natural de los productos y el aumento de la producción, resultante de la extensión social del trabajo colectivo, condicionaron el establecimiento y la generalización del intercambio de los productos del trabajo. Cada núcleo de productores cambió lo que le fué supérfluo por lo que le era necesario. La función progresional de este intercambio creó la necesidad de buscar una medida, un equivalente común para cada producto o cantidad de productos. Mediante un laborioso proceso económico social este equivalente se cristalizó en una materia incorruptible y rara que se tornó representativa: el metal precioso, luego la moneda. La forma primitiva del comercio de mercaderías fué el trueque pero la extensión de las transacciones hizo necesario el dinero. Con la invención del dinero el trueque se cambió necesariamente en comercio de mercaderías y éste, en contradicción con su tendencia primitiva, devino la Crematística, el arte de hacer dinero. La Crematística se distingue de la Económica en que aquella mira en la circulación la fuente de la riqueza; parece rotar alrededor del dinero, principio y fin de este género de cambio. Así, el producto primitivo, categoría simple, aparece transformado en mercadería, categoría compleja. La primera no representa sino un simple valor de uso en tanto que la segunda engendra la oposición entre el valor de uso y el valor de cambio. El dinamismo de esta segunda categoría engendra el fenómeno económico de la circulación de mercaderías.
En el proceso de la circulación, la moneda, mercadería seleccionada para facilitar el intercambio, aparece constituyendo la medida del valor de las demás, la expresión del valor de cambio de frente al valor de uso. Su intervención constante entre los dos polos de la transacción, la compra y la venta, la transforma en el instrumento dinámico de la circulación y da origen a su primitivo carácter de simple numerario.
El estadio pre capitalista La estructuración de una sociedad cuyos fundamentos descansan sobre la propiedad privada, fué la causal de que este simple numerario adquiriese la capacidad de devenir tesoro. Producto de fuerza social se transformó en fuerza individual, al servicio de intereses privados. El deseo de acaparar dinero, el ansia de atesorar, nació en la conciencia humana y se apoderó del hombre con la fuerza agresiva de una necesidad vital, de una pasión irreductible. Se codicia el dinero y consecuentemente todos los objetos factibles de transmutarse en él. Se busca la mercadería primordialmente, no en su calidad de valor de uso, para