FK Amauta.
15 ma política después de muerto éste y continúan creando realidades nuevas. Lenin se le atribuye una frase que enaltece Unamuno en su 7 gonía del Cristianismo. la que pronunciara una vez, contradiciendo a alguien que le observaba que su esfuerzo iba contra la realidad. Tanto peor para la realidad. El marxismo, donde se ha mostrado revolucionario. vale decir donde ha sido marxismo no ha obedecido nunca a un determinismo pasivo y rígido. Los reformistas resistieron a la revolución, durante la agitación revolucionaria post bélica, con razones del mas rudimentario determinismo económico. Razones que, en el fondo, se identificaban con las de la burguesía conservadora, y que de nunciaban el carácter absolutamente burgués, y no socialista, de ese determinismo. la mayoría de sus críticos, la revolución rusa aparece, en cambio, como una tentativa racionalista, romántica, anti histórica, de utopistas fanáticos. Los reformistas de todo calibre, en primer término, reprueban en los revolucionarios su tendencia a forzar la historia, tachando de blanquista y putschista la táctica de los partidos de la III Internacional.
Marx no podía concebir ni proponer sino una política realista y, por esto, extremó la demostración de que el proceso mismo de la economía capitalista, cuanto más plena y vigorosamente se cumple, conduce al socialismo; pero entendió siempre como condición previa de un nuevo orden, la capacitación espiritual e intelectual del proletariado para realizarlo, a través de la lucha de clases. Antes de Marx, el mundo moderno había arribado ya a un momento en que ninguna doctrina política y social podía aparecer en contradicción con la historia y la cien cia. La decadencia de las religiones tiene un origen demasiado visible en su creciente alejamiento de la experiencia histórica y científica. sería absurdo pedirle a una concepción política, eminentemente derna en todos sus elementos, como el socialismo, indiferencia por este orden de consideraciones. Todos los movimientos políticos contemporáneos, a comenzar por los más reaccionarios, se caracterizan, como To observa Benda en su Trahison des Clercs. por su empeño en atribuirse una estricta correspondencia con el curso de la historia. Para los reaccionarios de Action Francaise. literalmente más positivistas que cualquier revolucionario, todo el período que inauguró la revolución liberal, es monstruosamente romántico y antihistórico. Los límites y función del determinismo marxista, están fijados desde hace tiempo.
Críticos agenos a todo criterio de partido, como Adriano Tilgher, sus criben la siguiente interpretación: La táctica socialista, para conducir a buen éxito, debe tener cuenta de la situación histórica sobre la cual le toca operar y, donde ésta es todavía inmadura para intauración del socialismo, guardarse bien de forzarle la mano; pero, de otro lado, no debe remitirse quietistamente a la acción de los sucesos, sino insertándose en su curso, tender siempre más a orientarlo en sentido socialista, de modo de hacerlo maduro para la transformación final. La táctica mar ZZ xista es, así, dinámica y dialéctica como la doctrina misma de Marx: la voluntad socialista no se agita en el vacío, no prescinde de la situación preexistente, no se ilusiona de mudarla con llamamientos al buen corazón de los hombres, sino que adhiere sólidamente a la realidad historica, más no resignándose pasivamente a ella, antes bien, reaccionando contra ella siempre más enérgicamente, en el sentido de reforzar económica y espiritualmente al proletariado, de acentuar en él la concienmo