94 Amauta acon su recio estilo de hombre. Perp las dos sangres que constituyen las queremos anticiparle, con el júbilo de repúblicas hispánicas de América, inesta afirmación del genio artístico pe cluso, por cierto, el Brasil en nuestro ruano, indo americano, en la capital de çontinente y Portugal en el europeo.
Sud América, la mitad de nuestro El Indo hispanismo abrazaría, pues, brazo de bienvenida. Aquí, en la por los dos problemas, y creemos encontada de Amauta. Julia Codesido lo trar para los ideales de AMAUTA un continúa. en sus páginas María, su camino más fácil en esta ancha y hernoble e inteligente compañera, pone mosa ruta, que en las tortuosas ensiempre algo, mucho, de su talento y crucijadas de un antagonismo que no de su espíritu.
existe, que no puede existir, en un grupo en el que figuran los inlectuaM N A JE les de más nota en el Perú, de donde ha arrancado, podemos decirlo orguINDO. HISPANISMO llosamente, este movimiento de humanismo hacia el indio y las razas Se ha escrito ya bastante sobre el indianas de América, desde los aztetérmino que deberíamos emplear cuanças a los araucanos, que forman la do se trata de la familia de las repúmédula andina, que nacieron y se desarrollaron entre los valles serranos, blicas hispánicas de América. España condena, con razón, el término latino, donde florecieron las hermosas civiliporque, aunque es indudable que el rozaciones de los mayas, aztecas y quemanismo pesó con su cultura jurídica chuas.
y militar sobre España como sobre la La liberación tiene, pues, una fase Galia, la península itálica, la Ingla más grandiosa. No sólo comprende terra misma y el norte africano, las el indigenismo; abraza también la invasiones bárbaras posteriores modi otra sangre, todas las sangres en fuficaron en tal forma ese sedimento, sión de la América hispánica, donde, que cada uno de esos países adquirió al par que la liberación del indio colosu fisonomía propia. Refiriéndonos cado. por nuestra pereza criolla en a España, por ejemplo, que cuando un plano inferior, necesitamos a la la conquista de América acababa de vez, librarnos de nuestra propia peresalir de su guerra de reconquista en za, propendiendo a la formación de la península, contra la dominación un núcleo racial, que abrace en el rabe, que duró siete siglos, y que de Asia, América y Europa, desde las jó, indudablemente, más mezcla san Filipinas a España, un gran grupo guínea que el aporte romano, podría humano que, por su historia y su fuermos denominarnos árabe americanos, za, está llamado a ejercer en el fucon más razón que latino americanos. turo de nuestro mundo, el más imSe trata, además, de una coinciden portante rol en la civilización.
cia curiosa, la de la lucha por la he Unamos para reinar; la división es gemonía indiana de América, el in siempre causa de debilidad.
No es digenismo, en la misma hora en que se cierto que en el mundo hispano ameintensifica el deseo de la unión entre ricano se haya puesto el sol; él alumlos países hispánicos de Europa y Abra y alumbrará eternamente, sin temérica, y como América sólo expresa ner jamás ocaso en las tierras y los un nombre geográfico, y de lo que se mares de nuestro planeta. La frase trata es de una unión racial, más prode la época imperialista de Carlos pio y conveniente sería llamar a este puede no tener hoy la fuerza polimovimiento de unión, indo hispanismo. tica que tuvo entonces, pero tiene la El revelaría lo que existe realmente misma fuerza efectiva; es sólo cuesen nuestro ambiente: el deseo de fra tión de volver a agrupar las huestes ternizar entre los descendientes de bajo una sola bandera, y en este sen