Amauta 29. Sí, yo: ſtoca el puttutu. Choruma. Choruma. Phúuul Phúuuu. Phúuuu!
Saltan los chorumas de sus utas. Qué hay. Qué hay. Tierras, sunka. Tierras!
Se juntaron los chorumas en la explanada del ayllu. Media pampa hormigueaba de hombres, mujeres y niños. Todos sentían la alegría bélica que da el gemido del cuerno. Ha sido que los pueblos se resolvieron a conquistar su justicia, y han hecho tabla rasa de todos los doctores que estudian la ciencia, y peormente la practican, de matar a unos en provecho de otros; de dar pan blanco a los blancos y mollete de afrecho a los indios. Ya no hay esos doctores. Ya no hay esos presidentes! Ahora somos nosotros, sunkas, dueños de nuestro pedazo de kispiño. Entendido? ver. ja las tierras. Tierras para todos! Pastos, agua. No tenemos agua, tatay. la obra, chorumas: ſun canal de cien leguas. No importa! para transportarnos, pondremos automóviles. Para la escuela el mejor sitio. Allí, al pié del cerro. Una gran casa, como en Tiawanagu. Teatro. también! Hemos vencido desde que no hay prisidentes limas! Ahora tendremos presidente sunka, chorumas.
Bueno, pero falta una cosa: trabajar! Lo más grave: el principio!
La multitud se replegó a sus utas, para vivir. Ya llegará la hora de probar si vive!
BIOGRAFIA DEL NIÑO JULIO, por Julio del Prado. Ina. mar ha traído la alfombra de tonos verde plomos para sacudirla en los pulmones de Julio, el niño amoroso. Acaso su voz tenía el rumor del último pliegue besando a la areDecía en una resaca de su paseo vermouth:No te vayas, te quiero más que a Dios.
Dios, podía ser en ese momento el tumbo grande, y el niño con orgullo y modestia salobre. Dí como a los ángeles. en el horizonte romántico se adivina la silueta interminable de algún barco. cuánto hubiera dado porque fuera vela. Adios. Sus seis años siempre viajarán en los labios melodiosos de Angélica. Así: años.
II ¿Estará apolillada esta braveza misericorde del mar? Sólo veía el niño barcos y hombres, barcos que no podía alcanzar y hombres que le enseñaron a decir: chuchumeca, que era para su linfatismo un adorno de muñeca pintarrajeada.
El tío murió, el niño Julio quiso arrastrar de la mano un saco de lágrimas que resultaron pesadas y se puso a jugar, pero un alacrán bo