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Amauta 11 futurismo hestomisino es radicalmente extraña a la mudable fortuna de las ideas científicas o filosóficas que la acompañan o anteceden inmediatamente en el tiempo.
Henri de Man formula así su juicio: El marxismo es un hijo del siglo XIX. Sus orígenes se remontan a la época en que el reinado del conocimiento intelectual que inauguraran el humanismo y la Reforma, alcanzaba su apogeo con el método racionalista. Este método tomó su santo y seña de las ciencias naturales exactas, a las cuales se debía el progreso de las técnicas de la producción y de la intercomunicación; y consiste en trasportar el principio de la causalidad mecánica, que se manifiesta en la técnica, a la interpretación de los hechos psíquicos. Vé en el pensamiento racional, que la psicología contemporánea no reconoce más que como una función ordenadora e inhibitoria de la psíquica, la regla de todo deseo humano y de todo desenvolvimiento social. Y, enseguida agrega que Marı hizo una síntesis psicológica del pensamiento filosófico de su época (conviniendo en que era, singularmente en el propio orden sociológico, tan nueva y vigorosa, que no es lícito dudar de su genial originalidad. y que lo que se expresa en las doctrinas de Marx no son los movimientos de ideas, que no han surgido sino después de su muerte de las profundidades de la vida obrera y de la práctica social; es el materialismo causal de Darwin y el idealismo teleológico de Hegel.
No son muy diversas las inapelables sentencias pronunciadas, de una parte, por el futurismo y, de otra, por el tomismo, contra el socialismo marxista. Marinetti junta en un solo haz, para fusilarlos mas rápida e implacablemente, a Marx, Darwin, Spencer y Comte, sin cuidarse de las distancias que pueden mediar entre estos hombres en su concepto igualmente ochocentistas y, por tanto, ajusticiables. los neo tomistas, partiendo del extremo opuesto, de la reivindicación del medioevo contra la modernidad descubren en el socialismo la conclusión lógica de la Reforma y de todas las herejías protestantes, liberales e individualisAsí de Man no presenta siquiera el mérito de la originalidad en el esfuerzo, perfectamente reaccionario, de catalogar el marxismo entre los mas específicos procesos mentales del estúpido siglo diecinueve.
No hace falta reivindicar a este siglo contra la artificiosa y superficial diatriba de sus excecradores para confutar al autor de Mas allá del Marxismo. Ni hace falta siquiera demostrar que Darwin, como Spencer y Comte, corresponde, en todo caso, de diversas maneras, al modo de pensar del capitalismo, igual que Hegel, de quien desciende, con el mismo título aparente que el racionalismo revolucionario de Marx y Engels el racionalismo conservador de los his oriadores que aplicaron la fórmula todo lo racional es real a la justificación de los despotismos y las plutocracias. Si Marx no pudo basar su plan político ni su concepción histórica en la biología de De Vries ni en la psicología de Freud ni en la física de Einstein, ni mas ni menos que Kant en su elaboración filosófica tuvo que contentarse con la física newtoniana y la ciencia de su tiempo, el marxismo. o sus intelectuales. en su curso posterior, no ha cesado de asimilar lo mas sustancial y activo de la especulación filosófica e histórica post hegeliana o post racionalista. George Sorel, tan influyente en la formación espiritual de Lenin, ilustró el movimiento revolucionario socialista, con un talento que Henri De Man seguramente no ignora, aunque en su volumen omita toda cita del autor de Reflexiones sobre la violencia. a la luz de la filosofía bergsoniana, continuando a Marx que, cincuenta años antes, lo había ilustrado a la tas.