Democracy

80 Amauta luego añadirá en Máximas para revolucionistas. Si el espíritu inferior puede medir al superior, como un metro puede medir una pirámide, el sufragio tendría razón de ser. Tal como están las cosas, el problema político queda sin solución.
Sin embargo, el que estuvo un año en primeras letras, como el indiferente que sólo se preocupa de su estómago, como el que no sabe nada de nada, concurrirán a votar, contribuyendo a dar vida al espejismo de que la mayoría se gobierna efectivamente.
Observándolo, Orgaz ya hizo notar que hay una contradicción de especie: el criterio cualitativo de gobierno, con el criterio cuantitativo de las elecciones.
En su sentido profundo, la Democracia se hace Farsa.
IV Por otra parte, como recientemente advirtió Ernesto Nelson, mientras la educación se restringe, el sufragio se amplía.
El sistema educacional tiene forma de embudo. Los reguisitos que exige el Estado, el carácter exclusivamente racionalista de las ca.
lificaciones, las deficiencias del sistema y sobre todo las dificultades en la lucha por la vida, van raleando, segura y lentamente, las nutridas filas de alumnos de las escuelas primarias para destilar apenas unas decenas que cumplen un ciclo de cultura superior. estas mismas de.
cenas surgen domesticadas por el caracter tendencioso de la educación actual o por sus claras conveniencias individuales. Qué moldeable aparece así la masa y qué instrumento falaz y utilísimo el sufragio!
Por eso cada vez es más extenso el círculo de votantes y por eso las mujeres van encontrando menos obstáculos para sus exigencias.
En nombre de una igualdad a priori no se vacila en invitar a un proceso de selección, cualitativo, a los que no aportan cualidades especificas. Con igual engañifa sentimental o calculada podría someterse a votación los grandes enigmas de la ciencia.
Mientras la política sea, y lo será quizas siempre, una tarea de especialistas, el sufragio universal tiene relativa validez.
En todo caso, es admisible el pronunciamiento sobre las líneas generales de la politica. Pero para eso es menester, al mismo tiempo que otorgar el voto, otorgar las oportunidades de cultura. Iniciar entonces la conquista de la cultura, como antes se hizo con la conquista del sufragio universal? Advirtamos que si aquella es actualmente, monopolio del Estado, hay que acometer la conquista de este, por el camino que esté expedito. Hablar de una transformación peruana a base del voto, es risible. Nuestro analfabetismo, por si desapareciese la acción interesada de la clase dominante, es sencillamente trágico.
Nuestra fórmula tiene que ser otra. Debe interesarnos el fin y nó el medio. sea la adaptación del régimen social a la Justicia.
Cuando la sociedad haya cambiado, se podrá invertir el embudo bur