Bourgeoisie

24 Amauta formativa de carácter oficioso, para neutralizar en parte la acción de las otras agencias.
Ante la toma de Hankeu, Inglaterra por su parte, comenzó a enviar tropas a China, como preparándose para una campaña de guerra. Sin embargo, Gran Bretaña no logró conseguir una unificación del imperialismo internacional para combatir la Révolución nacional. Los intereses en China de Inglaterra, Japón, Estados Unidos, Francia, etc. son completamente opuestos entre sí. Asi se dió el caso en Europa, de que mientras el órgano oficioso británico The Times denunciaba las supuestas atrocidades atribuídas a los nacionalistas en Hankeu, el también órgano oficioso Le Temps. decía que Hankeu había sido conquistado por los cantoneses sin causar el menor daño a los extranjeros ni a la población indígena. Por su parte, los Estados Unidos no querían recurrir a las armas: preferían aprovechar a la burguesía china como instrumento. El New York Times. haciéndose intérprete de la política equivoca de los Estados Unidos, decía lo siguiente: Si las tropas cantonesas logran restablecer el órden en la región que han ocupado, rendirán un gran servicio a China.
Unicamente los ingleses pueden lamentar la conquista de Hankeu por las tropas nacionalistas. Japón mantuvo una posición igualmente equívoca ante los éxitos de los ejércitos cantoneses. Por un lado, temía la unificación de China, que podía significar un peligro importante para su posición en el país; por otra parte, a consecuencia de su antagonismo de intereses con Inglaterra, no quería apoyar a esta nación y contribuír así al restablecimiento de la dominación británica en China.
una Solamente Italia y algún otro país, se dispusieron a secundar los planes de Gran Bretaña. Pero esto no era suficiente. Inglaterra sólo logró que se enviase una nota común de todas las potencias al Gobierno de Hankeu, pero no vió realizado su verdadero deseo de un ultimatum común. Los representantes ingleses se vieron obligados a reconocer a Eugenio Chen, ministro de Negocios extranjeros de Hankeu, y a entrar en negociaciones con él. El memorandum sometido por Inglaterra a Chen fué considerado por los propios ingleses residentes en China como claudicación de la Gran Bretaña. En efecto, aunque no se daba ni mucho menos plena satisfacción a las reivindicaciones nacionalistas, se reconocían a los chinos ciertos derechos que dos meses antes se les había negado. En realidad el memorandum estaba destinado a dividir de una manera hábil, China, pero de momento Inglaterra se vió forzada a transigir.
Aparte de su propia acción por medio de notas diplomáticas, con el envío de barcos de guerra y de contingentes militares, Gran Bretaña, con la colaboración de los militaristas del Norte, reprimia con una verdadera ferocidad el movimiento nacionalista revolucionario, es decir, el de carácter obrero y campesino, mientras realizaba una labor de corrupción cerca de algunos generales nacionalistas, que, finalmente, acabaron por venderse al oro inglés.