Amauta 23 para que el cónsul británico abandonase el territorio confiado a su autoridad, para que el Gobierno chino de Cantón tomase posesión de la concesión. El Kuomintang, después de la toma de Hankeu y dada su posición estratégica, decidió trasladar a dicha ciudad al Qobierno nacionalista que hasta entonces había residido en Cantón.
Pero la toma de Hankeu solo significaba un paso más hacia la conquista de Shangai y de Nankin. Los imperialistas, a los que la toma de Hankeu había cogido un poco de sorpresa, se dispusieron a ayudar a Sun Chian Fang, dictador de Shangai, para impedir la entrada en dicho puerto de los ejércitos nacionalistas.
Enviaron a Sun Chuang Fang dreadnoughts y acorazados, aviones y tanques, destaoamentos militares, más de veinte mil soldados, policía colonial y bandas de rusos blancos.
Se recurrió a toda clase de represiones contra los obreros para impedir la entrada en Shangai de los nacionalistas. Los soldados de Sun Chuan Fang cometieron todo género de excesos, realizando enormes matanzas de chinos, en las concesiones e ineluso en la parte china. Li Boa Chen, el lugarteniente de Sun Chuan Fang, en Shangai, declaró que en los cinco días anteriores a la toma de Shangai, él había ejecutado públicamente a cien obreros: El corresponsal de New York Herald and Tribune. horrorizado por las matanzas que presenció, llegó a decir que los militaristas habían degenerado en bárbaros.
Antes de la toma de Shangai por los nacionalistas, se cometieron atrocidades superiores a las realizadas por los imperialistas extranjeros después de la guerra de los boxers. En la semana que precedió a la entrada de Chang Kai Chek, se detuvo a más de seis mil trabajadores y el número de ejecuciones y muertes, según la prensa norteamericana, fué superior a 000.
LOS IMPERIALISTAS ANTE LOS EXITOS DEL EJERCITO NACIONAL La conquista de Hankeu por las tropas nacionalistas dió lugar a que Inglaterra, la nación más afectada por el hecho, realizase gestiones cerca de las otras potencias para convencerlas de que peligraban todos los privilegios de los extranjeros en China y de que era necesario establecer una acción conjunta contra el nacionalismo. Previamente, para preparar en todos los países el ambiente en favor de esta ofensiva contra China, la gran prensa había realizado una campaña describiendo en forma patética lo que sucedía en aquel país. Se denunciaban diariamente grandes inatanzas de extranjeros, ocultándose, en cambio, todas las atrocidades que los imperialistas llevaban a cabo contra los súbditos chinos. Los imperialistas disponían de todos los medios de información y podían desfigurar la verdad a su antojo. Tan extraordinaria fué esta campaña de descrédito de la Revolución nacional, que el Kuomintang tuvo que decidirse a constituír una agencia in