AnarchismBourgeoisieCommunismSoviet

14 Amauta de la realidad peruana y un cuerpo de ideas concretas sobre sus problemas. El programa del Partido Radical, que por otra parte no fué elaborado por González Prada, queda como un ejercicio de prosa política de un círculo literario. Ya hemos visto como la Unión Nacional, efectivamente, no fué otra cosa.
Soledad perrfil del hombreùnico que llegó al dolor 3 Para llegar al dolor pasaste por la palabra y por ser HOMBRE el dolor cósmico que te hizo inmenso de tiempo y UNICO tu soledad que era fuerte de estrellas puras, soledad sonante de tempestades nuevas que todavía esparcimos.
en esa tu soledad te dolía todo el cielo por tu soledad subiste a lo más alto del futuro.
11 de tu verbo las ideas siempre salieron de pie tu verticalidad siempre encontró al proletario.
fuerza de que eres integro: tu verticalidad! tus palabras teñidas de lo nuevo y de lo nato, tus palabras desnudas recias.
por eso, siempre que pronunciamos: González Prada sale un sol férreo en el corazón fuerte de cada mozo.
111 en tu frente había un arranque de cóndores en huídas en tus manos las montañas levantaban sus volcanes.
hombre, hombre amasado con verdad y con vida.
una plenitud de paisajes inéditos había en tus días porque fuiste UNICO raro.
entre tanto rebaño de hombres mugriertos de alma.
IV El pensamiento de González Prada, aunque subordinado a todos los grandes mitos de su época, no es monótonamente positivista. En González Prada arde el fuego de os racionalistas del siglo XVIII. Su Razón es apasionada, Su Razón es revolucionaria. El positivismo, el historicismo del siglo XIX representan un racionalismo domesticado.
Traducen el humor y el interés de una burguesía a la que la asunción del poder ha tornado conservadora. El racionalismo. el cientificismo de González Prada no se contentan con las mediocres y pávidas conclusiones de una razón y una ciencia burguesas. En González Prada subsiste, intacto en su osadía, el jacobino.
Javier Prado, García Calderón, Riva Agiiero divulgan un positivismo conservador. González Prada enseña un positivismo revolucionario. Los ideólogos del civilismo, en perfecto acuerdo con su sentimiento de clase, nos sometieron a la autoridad de Taine; el ideólogo del radicalismo se reclamó siempre de pensamiento superior y distinto del que, concomitante y consustancial en Francia con un movimiento de reacción política, sirvió aquí a la apología de las oligarquías ilustradas.
No obstante su filiación racionalista y cientificista, González Prada no cae casi nunca en un intelectualismo exagerado. Lo preservan de este peligro su sentimiento artístico y su exaltado anhelo de justicia. En el fondo de este parnasiano, hay un romántico que no desespera nunca del poder del espíritu.
Una de sus agudas opiniones sobre Renán, el que ne depasse pas la doute. nos prueban que Gonzáles Prada percibió muy bien el riesgo de un criticismo exacerbado. Todos los defectos de Renán se explican por la exageración del espíritu crítico; el temor de engañarse y la manía de creerse un espíritu delicado y libre de pasión, le hacían muchas veces afirmar todo co Licencias o negar todo con restricciones, es decir, no afirm. ni negar y hasta contradecirse, pues le acontecía emitir una idea y en seguida, valiéndose de un pero, defender lo contrario. De ahí su escasa popularidad: la multitud sólo comprende y sigue a los hombres que franca y hasta brutalmente afirman con las palabras como Mirabeau, con los hechos como Napoleón.
González Prada prefiere siempre la afirmación a la negación, a la duda. Su pensamiento es atrevido, intrépido, temerario. Teme a la incertidumbre. La teme más que al propio errror. Su espíritu siente hondamente la angustiosa necesidad de depasser la doute. La fórmula de Vasconcelos pudo ser también la de González Prada: pesimismo de la realidad, optimismo del ideal. Con frecuencia, su frase es pesimista: casi nunca es escéptica.
En un estudio sebre la ideología de González Prada, que forma parte de su libro El nuevo absoluto, Mariano Ibeerico Rodríguez define bien el pensador de Páginas libres cuando escribe lo siguiente: Concorde con el espíritu de su tiempo, tiene gran fe en la eficacia del trabajo cientifico, crée en la existencia de leyes universales inflexibles y eternas, pero no deriva del cientificismo ni del determinismo, una estrecha moral eudemonista ni tampoco la resignación a la necesidad cósmica que realizó Spinoza. Por el contrario su personalidad descontenta y libre superó las consecuencias lógicas de sus ideas y profesó el culto de la acción y experimentó la ansiedad de la lucha y predicó la afirmación de la libertad y de la vida. Hay evidentemente algo del rico pensamiento de Nietzche en las exclamaciones anárquicas de Prada. hay en éste como en Nietzche la oposición entre el concepto determinista de la realidad y el empuje triunfal del libre impulso interior.
ahora en cada mañana de idiologia nueva explosionamos los petardos de nuestros saludos, flameando el cielo integro, al toque de las ideas nuevas acompasados de raza humanidad.
en cada impulso brioso nuestro, eres siempre HOMBRE, por eso te saludamos abriendo nuestras conciencias. tu soledad sigue siendo navidad de amaneceres.
en tí estoban el hombre, el poeta, la verdad y la justicia.
por eso para hablar de ti, maestro, hay que pasar por la palabra desde ser hombre para arriba 1928.
JOSE VARALLANOS.
Por estas y otras razones, si nos sentimos lejanos de muchas ideas de González Prada, no nos sentimos, en cambio, lejanos de su espíritu. González Prada sé engañaba, por ejemplo, cuando nos predicaba anti religiosidad o irreligiosidad. Hoy sabemos mucho más que en su tiempo sobre la religión como sobre otras cosas. Sabemos que una revolución es siempre religiosa. La palabra religión tiene un nuevo valor, un nuevo sentido. Sirve para algo más que para designar un rito o una iglesia. Poco importa que los soviets escriban en sus affiches de propaganda que la religión es el opio de los pueblos. El comunismo es esencialmente religioso. Lo que motiva aún equívocos es la vie.
ja acepción del vocablo González Prada predecía el tramonto de todas las creencias sin advertir que él mismo era predicador de una creencia, confesor de una fé. Lo que más se admira en este racionalista es su pasión. Lo que más se