Amauta 27 La costumbre indigena y el derecho POR EMILIO ROMERO Para AMAUTA. mase guaqui el contrato social en virtud del cual juntan su industria o sus capitales dos o más personas. Es tan frecuente, tan Cuando los legisladores redactaron nuestros códigos, lo hicie profundamente grabado este contrato, por el espíritu de cooperaron con olvido absoluto de los indios, con prescindencia total de ción antiquísimo entre los indios, que puede afirmarse que será las normas consuetudinarias y de las relaciones jurídicas estable raro el caso en que no se le encuentre.
cidas entre ellos con bases inconmovibles. Ese desconocimiento de Por el guaqui, un indio pone el terreno y otro la semilla. La las relaciones entre indios y de las que también participan los se semilla puede ser para todo terreno, o para un surco. En este mi indios origina en parte el conflicto perenne que hace rebalsar caso, los socios concurren por mitades al trabajo de las chacras, do expedientes los anaqueles de los archivos de justicia.
llevando sus yuntas, sus herramientas de trabajo. Al tiempo de Con el propósito de señalar simplemente al interés de los es la cosecha, se reparten por suerte, debiendo alternarse los socios, tudiosos, hacemos esta superficial observación a algunos aspectos un surco de chacra para cada uno.
del derecho consuetudinario indígena en el departamento de Puno. El guaqui no solamente existe entre indios. También lo pracLA PERMUTA. Este contrato tan antiguo en la evolución tican con los vecinos semi indios de los pueblos y con los mistis de las ciudades. El señor contribuye con su terreno y algo de dinero del derecho, constituye una de las normas jurídicas más frecuenpara las faenas agrícolas. El indio pone su trabajo y las semillas.
tes entre los indios. En Puno se le conoce con el nombre de Chala.
El señor no se preocupa más de la chacra hasta el tiempo de la El chaleo o truque, es la forma más corriente de intercambio encosecha en que es invitado por el indio a recoger su parte. Un tre indios. El cambio de unos productos por otros, de animales de surco, alternando, para cada cual.
trabajo y aún do terrenos de cultivo, es muy frecuente.
Tan generalizado debió ser este contrato que los españoles coPRESTAMO. El préstamo de productos de toda clase, es frelonizadores del territorio, lo dejaron subsistente y aún lo fomen cuente entre los indios, sin ningún interés. El comodato igualtaron, no conociendo otra forma de celebrar convenios sobre la mente. Los indios se prestan bueyes, instrumentos de labranza, propiedad. Casi rara vez, tal vez nunca, los colonizadores pusiebajo la sola fé de su palabra.
ron una moneda en manos de los indios. Los mercaderes hispa CONTRATO DE TRABAJO. Uno de los aspectos más intenos no conocieron otra forma que la del cambio para el comer resantes en la costumbre indígena es el que se refiere a la coopecio con los indios.
Era frecuente, según se vé en las viejas cró ración para el trabajo. Está tan hondamente grabado este sentinicas, como los españoles no empleaban otro sistema para adquirir miento de cooperación, que puede afirmarse que no ha trascurriproductos indígenas. El rescate de llamas, o carneros de la do un solo día desde los buenos tiempos incaicos para el espíritu tierra lo hacían cambiando uno de esos animales por dos cestos nativo. La cooperación en el trabajo es casi obligatoriamente sade coca o dos carneros por una cuarterola de vino.
grada entre ellos. Unos ayudan a los otros, ya sea en la labranLa permuta es general y existen mercados destinados exclu za de las tierras, en el recojo de las cosechas y recíprocamente, sivamento a la permuta.
Mercados indígenas genuinamente, es se prestan mutuo apoyo.
tablecidos en lugares apartados de las poblaciones; eminencias pin Tratándose del trabajo de los indios para los mestizos de los torescas, recodos de ríos, donde los nativos se reunen para ejercer pueblos, dueños de tierras, el contrato de trabajo se llama minkar este comercio.
o mingar. Los jornaleros minkados no prestan su trabajo senciLos semi indios que concurren a esos mercados, hacen uso del llamente a tanto la hora como cualquier jornalero de la ciudad.
mismo sistema para el intercambio de productos.
Prestan su trabajo, inspirados siempre en el sistema de cooperaLA COMPRA VENTA. Este contrato está generalizado en ción y comunismo. Es por esto que además del jornal que se les las poblaciones a donde los indios tienen que llevar forzosamente paga, deben necesariamente recibir algo de los frutos que cosedinero para adquirir especies.
chan. Por elevado que sea el jornal, el indio debe llevar siempre. Puede afirmarse que el indio casi no tiene noción completa algo de la cosecha.
En Chucuito, se llama ullarasi a la porción de la cosecha de de este contrato de compra venta, acaso por no tener la idea de la propiedad privada profundamente gravada en la conciencia. Es papas destinadas a repartirse entre los trabajadores. Es cierto que esta una de las causas que origina la mayor parte de los litigios para ese montón se buscan las papas deterioradas en las cosechas sobre la propiedad, pues muchos indios venden sus tierras justipreo las podridas, agusanadas o ñusatas que llaman los aimaras, pero ciadas, en escritura pública y mediante todos los requisitos exigiel reparto es indispensable.
dos por la ley para el perfeccionamiento del contrato; y, sin emLa medida para el reparto suele hacerse dando a los indios el doble que a las indias. Un cajón al indio y medio cajón a la bargo, el indio se presenta pasados muchos años, cuando ha muerto el comprador a reclamar a los herederos de éste la propiedad del mujer. Además del jornal, los trabajadores reciben el aculli o terreno. Esto es lo que llaman recoger su terreno. argumensea la porción de coca para masticar durante el trabajo. También tando que la venta fué hecha al padre, pero muerto él, se acabó en este reparto se tiene en cuenta a los sexos. los hombres se el contrato.
les reparte doble porción que a las mujeres. En Huancané se les Otras veces argumentan que con tantos años de exdá un cuarto de onza al día; y en Sandia, provincia productora de plotación de la tierra, el precio está más que suficientemente devuelto, siendo justa la devolución de la tierra al vendedor.
la coca el reparto es de tres libras de coca al día y la porción dada Hay pues un choque constante, una guerra diaria entre el esse llama aypu. Además, los jornaleros deben merendar en la chacra, precisamente del producto de la cosecha de papas, para lo que píritu de nuestras leyes con la conciencia indígena. Es la consse destina una gran porción. Para la merienda, se disponen dos tanto contienda entre el espíritu romanista que inspira nuestra legislación, con los principios sencillos e inspirados en el bien, que largas mesas formadas por costales extendidos en el suelo. Una para los hombres y otra para las mujeres. La separación de sexos animan a las costumbres de los indios.
es rigurosa en las meriendas.
El contrato de compra venta, en nuestro concepto, no se ha incorporado aún totalmente en la mentalidad indígena. Siendo la LA DENOMINACION DE LAS TIERRAS. En el departapermuta en la evolución de derecho anterior a la compra venta, mento de Puno, por lo mismo que es una región de una antigüedad los indios se encuentran en la época de la permuta. Cambian de histórica remotísima, centro de mitologias admirables, considerada tierras, cambian de animales, de productos, etc. La compra venta con razón como la gran paccarina, la región de los dioses, no hay existe en las relaciones con los blancos o mestizos, entre los que piedra ni terrón que no tenga su nombre. La existencia de los media el precio pagado en moneda.
achachilas, dioses protectores de las quebradas y de los montes, espiritus divines que animan a todos los seres existentes, perdura inSOCIEDAD. Puede señalarse como una de las relaciones so tenso y vivo entre la multitud indígena aymará.
ciales mayormente extendidas entre los indios. La sociedad o com Su panteismo ingénuo y sencillo, coloca el espíritu del achapañía, cuyos antecedentes históricos son fáciles de explicar, es el chila en todas las rocas y en todos los llanos; en las fuentes y en vehículo principal en las actividades privadas de los indios. Llá las colinas.