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32 Amauta DERECHOS DEL NIÑO POR GABRIELA MISTRAL Derecho a la salud plena, al vigor y a la alegría. Lo narlos hacia las funciones y oficios que no necesiten de la creacual significa derecho a la casa, no solamente salubre, sino her ción ni impongan las altas responsabilidades efectivas de la intemosa y completa; derecho al vestido y a la alimentación mejores. ligencia.
La infancia servida abundante, y hasta excesivamente por Derecho a la tierra de todo niño que será campesino, derecho el Estado, debería ser la única forma de lujo vale decir de de natural sobre todo en nuestra América de territorio generoso.
rroche que una colectividad honesta se diera, para su propia hon Nuestro latifundismo corresponde a una barbarie rural que Eurora y su propio goce. La infancia se merece cualquier privilegio. pa ha dejado atrás hace un siglo.
Yo diría que es la única entidad que puede recibir sin rezongo de III. Derecho a lo mejor de la tradición, a la flor de la tralos mezquinos eso, tan odioso, pero tan socorrido de esta sociedad dición que en los pueblos occidentales es, a mi juicio, el Cristianuestra, que se llama EL PRIVILEGIO, y vivir mientras sea in nismo. Derecho a la herencia de Jesucristo, de la que ninguna fancia, se entiende, en un estado natural de acaparamiento de las criatura de nuestra raza puede quedar desposeída.
cosas excelentes y puras del mundo, en el disfrute completo de ellas. Ella es una especie de préstamo de Dios, hecho a la fealIV. Derecho del niño a la educación maternal, a la madre dad y a la bajeza de nuestra vida, para excitarnos, con cada genepresente, que no debe serle arrebatada por la fábrica o por la ración, a edificar una sociedad más equitativa y más hincada en prostitución a causa de la miseria. Derecho a la madre a lo largo lo espiritual.
de la infancia, a su ojo vigilante, que la piedad vuelve sobrenatuCada niño trae una esperanza llena de fuerza y de misterio, ral, a su ímpetu de sacrificio que no ha sido equiparado ni por el a las colectividades caducas que son las nuestras, hasta en esa celo de la mejor maestra. Cuando menos, si la madre debe trabafresca América. No hay ninguna entidad de adultos que contenjar, derecho a que el niño la tenga a su alcance por medio del traga sugestión semejante a la de la infancia de vida superiormente bajo en el hogar.
pura. ninguna sugiere con más fuerza que ella organizaciones Creación por el Estado de las cooperativas que permiten adnuevas del mundo.
quirir la pequeña máquina manual y doméstica, posible, dentro de muchas industrias. Formación, por las llamadas clases dirigenCuanto se ha hecho hasta hoy dentro de nuestros sistemas por salvar a la infancia en conjunto de la miseria y la degenerates, de fuertes instituciones o ligas de mujeres que impongan al comercio la manufactura doméstica.
ción, aún por los mejores, resulta pobre, vacilante y débil, y es si ni aún sto fuera viable en nuestros países mal organizaun balbuceo. Habría que tentar iniciativas más totales y valerosas, yo diría más radicales, en el limpio sentido de esta palabra. No dos que no quieren crear unas tradiciones nuevas por respeto a se resuelve el problema de la infancia sin resolver en su mitad el tradiciones perversas, derecho a que la madre trabaje fuera del problema social, Eso no importa; habría que atreverse.
hogar en faenas suaves que no hagan de ella antes de los treinta Que los años la bestia cansada y triste cuyo tercer hijo ya no recibe una hombres indiquen los medios más enérgicamente completos y que leche vigorosa.
las mujeres ayudemos al mejor plan. Yo descarto el comunismo porque todavía creo en la familia y no hay un extraño, ni el más Legislación que divida el trabajo por sexos, para evitar la brumaravilloso que me convenza de arrancar un hijo a su madre para talización de la mujer que estamos conociendo. Nuestra cultura que esta sea reemplazada por una máquina inhumana y por esa está deshonrada con la incorporación de la mujer a faenas inmundas horrible rueda fría que se llama el funcionarismo oficial de cualy deformadoras que jamás conoció en las apodadas épocas oscuras.
quier país. Por otra parte, yo abomino de la educación en masa Derecho a la libertad, derecho que el niño tiene desde an.
y siento aversión por las aglomeraciones brutales y brutalizantes tes de nacer a las Instituciones libres e igualitarias. Los adultos de los internados y los cuarteles. Yo estoy diciendo siempre: la que en nuestros países están en este momento alquilando con la rimayor suma de individualismo, dentro de una norma colectivista. queza nacional la independencia del territorio, y que a la vez acepDebería atribuírse un salario especial repitamos la palabra tan y afianzan con cada día que pasa los regímenes de tiranía, com privilegiado al fundador, o a la fundadora, de familia. Son prometen, inconsciente o conscientemente, la suerte de los niños que los seres más acreedores a la dignidad material y moral dentro de vienen, del hijo propio como del ajeno, y van a entregar a la nueva un Estado que se respeta. Esto, por lo menos.
generación una patria disminuída en el espíritu y con su honra menEs posible que en el conflicto social que vivimos, y que es guada delante de los demás pueblos soberanos de sí mismo.
inútil negar, sea la cuestión de la infancia la única que pued unir a los adversarios en la aceptación de reformas en grande.
VI. Derecho del niño sudamericano a nacer bajo legislaciones Muchas veces pienso que por este asunto podría empezar, y no decorosas, que no hagan pesar sobre él durante toda su vida la culpor otro alguno, la organización nueva del mundo, porque hasta pa de sus padres, sino bajo códigos o profundamente cristianos o los peores levantan la cabeza, oyen, se vuelven un momento nobles sencillamente sensatos, como los de Suecia, Noruega y Dinamarca, y acogedores, cuando se nombra al niño. El pudor más tardío en que el Estado acepta al hijo de la madre desgraciada como un acude a la cara cuando a cualquier individuo sin conciencia social miembro más del cual espera, al igual que de los otros, cooperación se le habla de la miseria de los niños, ofensa a Dios por exceleny enriquecimiento. Así recibió Chile ni más ni menos, que el don cia, que hace día por día nuestra vergonzante sociedad cristiana.
de su independencia de don Bernardo Higgins.
II. Derecho a los oficios y a las profesiones. Pero no en la forma empequeñecida en que dan en nuestros países los primeros por maestros inferiores que no han dominado el lote maravilloso de una artesanía o de un arte mecánica; ni en la forma en la que se abren las profesiones liberales que están desprestigiándose rápidamente por la falta de selección de los alumnos.
Derecho de la inteligencia, salga ella de la casta que salga, a actuar, a dirigir, a gobernar las sociedades. Derecho de la inteigencia a ser defendida, protegida, excitada, confortada y acatada por un Estado sagaz y atento que no la abandone ni la desperJicie. como consecuencia de esto, derecho del Estado, ejercido por medio de sus educadores a cerrar las profesiones superiores a los incapaces, por economía y sentido común, debiendo encamiVII. Derecho a la enseñanza secundaria y aparte de la superior en forma semi autodidacta, la que debe ser facilitada y provocada por el Estado, a fin de que la cultura del obrero y del campesino sean posibles. Con esto podría buscarse en las democracias que están en peligro el que el ciudadano dotado de criterio más rico mejora le calidad de sus representantes, salvando así el sistema de gobierno popular que comienza a envilecerse y a perder consideración en la América.
París, diciembre de 1927.
Gabriela MISTRAL.