Violence

Amauta 13 EL GRAN DESTINO DE AMERICA ¿QUE ES MERICA?
POR ANTENOR ORRERO Ningún organismo. pueblos, razas, hombres es de una manera fija y conclusa. Todo organismo deviene y se hace. Tanto está el presente en el ayer como el ayer en el porvenir. El presente es el trampolín y el elan del mañana. Ver históricamente, vivamente, es constatar el panorama realizado y el panorama por realizar. La vida es la cadena de los instantes verificados y por verificar.
Porque tanto como somos presente somos porvenir.
En la historia no hay pleonasmos, no cuenta la peripecia supérflua. Lo que fué hecho una vez, está siempre haciendo y creando. Cada hecho está cargado de consecuencias y él mismo es una consecuencia de otros hechos anteriores. El instante histórico engendra y es engendrado. Es paternidad y, a la vez, filiación.
En América ha faltado el ojo histórico. Por eso no ha surgido todavía una conciencia histórica, una conciencia continental. Su realizarse ha sido una realización instintiva, sin intención ni propósito alumbrado, regida solamente por el hado o el destino.
Pero es preciso acelerar y acrisolar el destino racionalizándolo, haciéndolo conciencia, rigiendo en cierto modo el pensamiento que presidió su nacimiento.
Así encontraremos el estilo de América, la versión del espíritu cósmico que toma estructura y encuentra cauce vital en su historia. Así América será coherencia, concatenación y tendrá un sentido en universo humano Hasta aquí el azar, o lo que aparecía como el azar, por, que aún no se había expresado en razón histórica: De hoy en adelante, la conciencia, el propósito trascendente, el sentido histórico.
No me parece que está demás el intento, por pequeño, balbuceante e impreciso que sea.
LA AMERICA, DESGARRÓN HISTÓRICO En la historia del mundo, América es un gran desgarrón. El desgarrón de una raza virgen desgarrón por la conquista y la violencia de la barbarie occidental u europea que cumple un ciclo de vida y de cultura superior, sin el concurso ni la aportación de las otras razas. Caso único en el que se abre el seno de un Continente, como un inmenso hipogeo cósmico, para que vinieran a cadaverizarse y podrirse dejando un HUMUS humano, rico en elementos fecundantes.
Hay una Sociología y una Antropología europeas, pero no hay una Sociología y una Antropología americanas, porque el hombre occidental carece de la experiencia y de la intuición americanas. América ha vivido, también, sin su propia experiencia. Toda su vida histórica ha sido un abismarse de Europa en ella, una fusión de todas las razas en sus tórridas entrañas. Caso tal vez único en que una prehistoria, es superior, es más que la historia, porque Europa no ha creado nada en América, no ha hecho sino repetirse y repetirse destruyendo lo que había de vivo y fuerte en ella. éste es el desgarrón de América. Un desgarrón que se cumple hasta en el hecho simbólico de que un navegante sale en busca de una cosa y, de súbito, se encuentra con otra. América es la aventura, el gran tropezón histórico de Colón, es la hija de lo fortuito y de lo inesperado.
Amèrica es la repentinidad del destino, el recomienzo de una vida nueva para la cual no sirven ni la experiencia, ni las leyes, ni las normas que ensayó el hombre europeo y el hombre oriental a través de los siglos. América es una nueva posibilidad humana.
Mientras el resto del mundo está en plena fusión disgregativa, América está en plena refundición vital. Mientras todas las demás culturas son una solución, América es una incógnita.
Este gran hecho se refleja de una manera característica en Sudamérica, y, dentro de ella, en uno de los países que es el más sepulcro del inmenso sepulcro americano: er Perú.
En ninguna parte se huele más el cadáver europeo.
La carroña ha hecho en ella su sede dilecta. La descomposición es una descomposición de proporciones cósmicas.
Va quedando, es verdad, el humus de la fecundación. sin embargo, América ha tomado a la LIBERTAD como casulla, manto o capa de exportación hacia la gloria y hacia la historia del mundo.
largas pestañas, y las manos hieráticas, con los mantos bordados. jeres, son fanáticas, veladas, misteriosas, y algunas beatas chisSon como ídolos. Son íconos a los que sigue la multitud en ado mosas, brujas de Sabat. Pero, en el cuadro de las Titiriteras. ración; la virgen es casi una mujer; es una diosa pagana Pero es en donde acaba de documentarnos sobre el alma de España; el cuadro que más me gusta de De La Solana es el de las más allí está la prostitución clásica, la prostitución en una trastienda, caras. Allí sin sangre, sin tormenta visible, están las almas que en la que mujeres guapotas, rollizas, de largas melenas, están dessufren, no sabemos qué especie de dolor. Ese cuadro podría lla preocupadas, pancescas, pantagruelescas. Son hermosas con desenmarse el cuadro de Los dolores. a pesar de que las bocas ensa fado; son alegres, con una alegría casi homérica; son primitivas yan una risa, que es una mueca de terror alucinante, o de angus en su fuerza y en su salud. José de La Solana pasó una espontia sin remedio. Es como la representación de un drama, en el ja por el tormento y el alma de sus cuadros; es ya jocunda, groque se cuajan todas las manifestaciones del dolor humano. Son las sera, saludable. Es ya el tema, un poema de regeneración báralmas atormentadas por el amor, por la lujuria, por los celos, por bara, es un sol purificador que transforma los gérmenes morboel fanatismo, por la crueldad, o por algo más sublime, que dá ge ses de sadismo en gérmenes de alegría y de vida. Porque José nios a esta raza tan original y tan distinta a las demás. En Es de La Solana es el genio que encuentra la clave de todos los paña todo lo que no es conforme a ella desaparece, el ambiente secretos de las almas.
cerrado lo arroja y desde hace siglos siguen siendo los Pirineos Es también José de La Solana un colorista magnífico, de una una muralla infranqueable para todo lo que no sea España. Pue riqueza suntuosa; originalísimo en la gama sombría de un ésde decirse que la punta Ibérica es una isla a la que no llegan los plendor regio; sus rojos tienen un gris que no los vela, tienen un clamores del mundo. Picasso no se le concibe en España. Pe brillo que ciega. Los marfiles de sus carnes son cirios que se conr9 José de La Solana está allí en su ambiente; es el pintor de sumen, son lámparas con luz. Son alucinantes porque nos dan la raza como lo fueron el Greco y Goya.
todas las emociones del misterio doloroso de la renunciación y En los cuadros de José de La Solana hay no solamente sadel amor.
Sus colores son fuertes, ardientes y sombríos, nos dan dismo, dolor, misticismo; los personajes de sus cuadros de costum todas las evocaciones, sin necesidad de argumento. No necesitan bres, son nobles de rancio abolengo, como los caballeros del En figuras porque se animan solos. Son la fantasmagoría de una tierro del conde de Orgaz. Sus curas son verdaderos pastores, pesadilla y son la pureza de una porcelana.
sus obispos tienen unción, pero unción de Santo Oficio; sus muCarmen SACO.