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26 Amauta NATURALEZA MUERTA losa de su independencia aflicciones de cautiverio, nostalgias de Sión y dolorosas remembranzas de Babilonia y de Egipto. La oposición psíquica de clase que se traducía en resentimiento de pueblo dominado, toda la imagen conjunta de ese tiempo tuvo necesariamente que rematar con espontaneidad de flor silvestre en una doctrina que era alto exponente de rebeldía espiritual acuñada en la herencia psíquica, sobre el real conocimiento de esas realidades y condenación de esas concupiscencias.
Sobre esta plataforma social nació el Cristo, confirmando con esa encarnación del verbo profético del Judaísmo las influencias de las colectividades que elaboran sordamente las leyes históricas y su propio sino aún dentro de zonas de libertad humana, libertad que apunta Keyserling no tiene razonablemente otro remedio que reconocer un destino inexorable, ya que la historia nos enseña la fuerza de ese destino.
en el charco del fuego hirviendo los buñuelos eran como chispas de miel dentro la paila un moreno que fué soldado en tiempos de la revolución de cáceres comenta el cocido de harina entre los dientes nosotros que escribimos para los periódicos salimos a mirarle desde adentro DE SUS MISMAS PALABRAS. II EL AGONISMO HEBREO la buñuelera sentada al pié del fuego a veces en la miel de su silencio empapa la criolla mercancia de sus miradas y a veces le limpia la nariz al llanto de sus ojos QUE SE LAMENTAN DE UN HUMAZO AMARGO.
nosotros que le ignoramos su miseria la miramos desde el fondo lej ano de su silencio nicanor a. delafuente Enfocaremos en la doctrina del mas formidable agitador de conciencias su aspecto agonizante, delineando los contotrnos vecinos y por vencerse de su larga gestión histórica.
La doctrina cristiana fué un formidable valor de oposición no obstante su negativismo vital; aún lo és hoy mismo sobre los restos fríos de un sacerdocio burocratizado pero no se habría extendido y propagado, por más divina voluntad que en ello hubiera puesto su fundador, estando ausentes algunos factores de psicologia colectiva, como el decadentismo pagano y la predisposición de la barbarie nórdica En ese organismo rejuvenecido de la Historia que son los bárbaros, se inyectaron endocrinamente las ideas morales del joven poeta nazareno, y con el injerto de esas glándulas vitales, cons lidadas por la revisión paulina. es sabido que al entusiasmo revolucionario de Pablo se debe el desplazamiento de las bases cristianas) la nueva moral, comenzando a evolucionar se volvió supernacional y política después para universalizarse, pasando en su trayectoria desde el caos de las escuelas gnósticas de Alejandría y el arianismo bizantino de puñal y celada, hasta el catolicismo, la ortodoxia y el protestantismo modernos Por la otra ribera hay que bucear estas raíces en la expresión de sus profetas, pues difícilmente se podrá tomar el pulso a acento universalista de ese credo, sin subsumirse en los profundos senos del mosaísmo, cerrado en un nacionalismo hermético de mano empuñada, para convertirse con Jesús y sus continuadores en un vasto proceso religioso que ha abarcado más de media existencia occidental, El hebraismo, casi sin alternativas de eficaz oposición, ha dominado nuestra cultura mediante el bajo promedio psicológico de las muchedumbres y mediante también, hay que reconocerlo, una organización bien dispuesta y aleccionada de la tribu de Leví. Pocas organizaciones como la católica, tan diestramente gobernadas y que dejaran en los siglos mejores estampas de análogos administerios. Cabe afirmar que esa organización religiosa del cristianismo, mejor en mil conceptos que la brahamánica o la egipcia, ha sido y es todavía, un ejemplar exponente de organizaciones sacerdotales. Yo considero el romanismo como un modelo administrativo de las políticas encaminadas a vincular el alma de los pueblos a una idea universalista. Desde la Escuela, la Iglesia y el Estado, ellos, en su provecho, timonearon muchos siglos la conciencia del mundo. Ni la democracia con su parlamentarismo inestable, ni el bolchevismo del día, ni la administración tolerante del Mikado, mucho menos las pasadas organizaciones feudales, peor aún el absolutismo; ninguna ha logrado la estabilidad prodigiosa de la Iglesia Romana hoy camino a la liquidación.
En Amerindia, este aspecto de su problemática reviste un ca.
rácter de trascendental fricción. Siempre se levantaron voces condenatorias de expresiones intolerantes. Es que la tolerancia religiosa no puede existir en países unilateralmente religiosos. Hasta hoy esos movimientos buscan el prevenir y vigilar los fáciles avances de las obligarquías religiosas. Méjico con su heroica intolerancia y el Perú con la resistencia de sangre del 923 son claros indicios de cómo y a qué profundidad estarán echadas estas raíces del problema religioso en nuestra infraestructura social.
No es la indiferencia, es la combustión de las células cerebrales la peor beligerancia de los instintos religiosos. En la actual disección de las costumbres y los conocimientos, cuando los hombres buscan por nebulosos caminos teosóficos una mina de nuevas esperanzas ya que otras se agotaron en las tradicionales fuerzas morales, el cristianismo, sin símbolos capaces de afirmar el pasado prestigio, sin fuerzas para religar el pasado dominio sobre la conciencia, con una gestión superada ya y mortecina, nada podrá ante la vesánica inquietud de la inteligencia que todo lo analiza, lo discute, lo confunde en múltiple diversidad. Si es cierto que desespera por prolongar algo esa gestión, solo la América indígena y analfabeta y el paroxismo contemporáneo del Asia pueden ofrecer esperanzas de ese estado de continuidad.
Aún dentro de las esferas intelectuales y pasado el racionalismo de Renán, lo que pudiera tomarse por un renacimiento del genio del cristianismo no es sino un vago extertor de agonías dolorosas.
Una postrer expresión en este sentido podría ser Papini con la rendición intelectual de su Historia de Cristo. Pero si se observa bien, Papini, que ha renunciado la primogenitura de sus ideas por un lírico y sentimental plato de lentejas, no ha hecho obra que tenga ribetes de durar muchas horas, ni siquiera tantas como las tocadas a Renán. De tal suerte que en esta época de civilización pura, y por lo mismo escéptica de valorizaciones éticas, y no obstante los naturales esfuerzos del cristianismo romano, paulino y juanista para acopiar lastre de opinión, Papini está ya preterido, arrinconado en muchas bibliotecas y solo una que otra señora de edad. pues las modernas se interesan más por Josefina Baker y su blac bootom. Charles Lindbergh y Susana Lenglen. distraen sus holganzas en ese edredón sentimental.
El cristianismo decae pues, se apaga, y esta decadencia, más que todo interna, es peligrosa para quien interese porque es más fatal que la de la cultura. Siquiera esta tiene ante sí en la situación ecuménica del porvenir una nueva síntesis, una nueva meta.
El hebraismo, aunque cruel y siniestro en mil aspectos de intolerancia, desempeñó, en resumen, una interesante misión entre los hombres. Su balance, como cualquier otro de esta cuenta, tiene sus falsos asientos y oscuridades de gestión; pero con todo, si bien ha sido una experiencia costosa en vidas, luchas y dineros, ha sido hasta cierto punto necesaria para los últimos fines de la inquietud humana hacia el bienestar social, especialmente al comunismo. Nacido en aquella edad en que el acento teológico y el sentimiento primario del terror cósmico decidían la suerte futura de los destinos humanos, ha madurado hasta ahora pasan