BourgeoisieJosé Carlos Mariátegui

Amauta 21 GENESIS PROYECCIONES DE TEMPESTAD EN LOS ANDES POR LUIS VALOARCEL En julio de 1926 la editorial Minerva recibió los originales del libro; en marzo de 1927, Mariátegui y yo convenimos en incluir la conferencia que sobre el Problema Indígena ofrecí en la Universidad de Arquipa dos meses antes. Adoptose el texto original que no salió íntegro en los diarios. Desde la fecha de entrega del manuscrito hasta la aparición del libro, muchos sucesos han desfilado. El Grupo Resurgimiento nació con una clarinada bélica, pero ante de desarrollarsehubo de sucumbir ante la conflagración de los intereses.
El autor sufrió también los efectos de la conjura. Mientran tanto, ni una línea del texto de Tempestad en los Andes había sido alterada.
observatorio capitolino, José Frisancho más grande como magis trado ejemplar que como literato, cuya conducta como juez verdadera ancora de la justicia, tipifica a la raza en su aspecto moral.
José Frisancho que sirve de magnífico eslabón entre Puno y Cuzco, entre keswas y kollas, perdurable alianza que garantiza la obra futura. Puneño es Federico More, el verbo del andinismo!
No en vano coinciden las dos corrientes: la intelectualidad imprime rumbo original a las letras peruanas, la masa aborigen evoluciona a grandes pasos. Espíritus incrédulos: peregrinad al Kollau!
La quiebra de los Reformadores Por qué escribí este libro Pude no escribirlo. Me convenía oh criterio de sana razónno escribirlo. Solo dificultades podía acarrearme. Sobre todo, habría una gran incomprensión. Porqué se preguntarían muchos. que persigue Valcárcel. Escándalo favorable a una nombra.
día improvisada?
Aunque todas las respuestas fueran rotundas, quedaba la duda. No es fácil imaginarse un espíritu burgués. dueños de sus comodidades, deseoso de no herir agenos intereses dentro de una forma egoista de vida, metido a redentor en una aventura quijotesca. luego que yo no era sino un tranquilo arqueólogo.
Una tortuga metida en caparazón precolombina, sin importarle un ardite el hoy ni el mañana.
El imperativo salió de muy hondo. Yo no sé que secreta voz tan insistente.
Había sido desde niño un indigenista. Después, mi contemplación de la Gran Injusticia sacudió sin dudas las raíces de mi espíritu. Reiterados viajes al Kollau, intervención mía como defensor de reos indios, larguísimas pláticas con José Frisancho, con Angel Vega Enriquez, con Luis Felipe Aguilar, con Uriel García, con Luis Velazco Aragón, con Manuel Quiroga, con Francisco Mostajo, con César Atawullpa Rodríguez, con Julio Tello, con Juan Patrón Castro, con Héctor Luis Arteta, con Julián Palacios, con Casiano Rado.
Un estado emocional después de lecturas teosóficas, en fin.
Mi libro y ésta su trascendencia quiere imprimir la convicción de que todas las panaceas pro indio no sirven para nada.
Quiere convencer a todo el mundo de esta verdad mayúscula: existe una fuerza nueva, de incalculable poder, que avasallará todos los cálculos y todas las previsiones. Esta es la quiebra de los reformadores, de quienes quieren educar al indio a la europea, de quienes pasan el tiempo discutiendo que se debe hacer con el indio, de quienes muy seriamente nos hablan de incorporar al indio, al progreso y a la nacionalidad.
Nó, señores: el ritmo nuestro es retrasado. El ritmo indigena es otro. En Puno. dicen nuestras falsas estadísticas. hay.
quinientos mil aborígenes. Nó, señores: hay más de un millón. La población regnícola, nuestra raza de color, crece en progresión geométrica. El pigmento oscuro va absorbiéndolo todo. Entonces quién incorpora a quién?
El libro no resuelve ningún problema ¡Qué ha de resolver. Alguien sabe qué sucederá en la segunda mitad del siglo que vivimos. Puede preverse el futuro de Asia? La ola de los pueblos de color. dónde se detendrá. No estamos en el ocaso de la raza blanca? Desde Sttodard hasta Muret, todos los augures coinciden. Mucha literatura de esta índole se ha producido este año que termina, después de escrito mi libro. Tempestad en los Andes no es un fenómeno aislado; pertenece a la meteorología universal.
Si nadie se ha atrevido. qué locura! a proponer remedios para impedir o contener el caos que se avecina. qué aconsejaré yo, si no ponernos a tono con la seriedad del momento?
He tenido gran suerte al provocar con mi actitud y con este libro otra tempestad.
Ya decía el griego aquél: Hiere, pero escucha. a mi me basta comprobar que hay todavía pasión en la juventud del Perú. Es una esperanza positiva.
Luis Valcárcel.
Cuzco, 1928.
El teatro del Nuevo Indio Yo no sentí el Avatar, no percibí la anunciación hasta los días inolvidables de mis romerías puneñas.
En 1916, con Angel Vega Enriquez, este lúcido precursor, este Inka de la inteligencia cuzqueña, recibimos la impresión mas profunda y duradera de la indianidad en la feria de Kopakawana.
En 1925, con José Frisancho refresqué esa impresión en Pukará.
El primero en revelarme la obra adventista fué un inteligente alumno mío, a quién ya he citado, Juan Patrón Castro.
Mis andanzas por el Titikaka me conminaron a escribir la revelación del nuevo indio.
El teatro del Nuevo indio es el Kollau, es Puno, es la antt.
planicie, germinal de la cultura por venir como lo fué de las civilizaciones milenarias del Ande.
Estamos ciegos para no reconocer que es en Puno donde surge el núcleo de la intelectualidad india. Dónde han nacido Gabriel Churata y Alejandro Peralta, estos Ayar de la literatura andina. Donde actuan los futuros Jilakatas como Francisco Chokewanka Ayulo, Manuel Quiroga, Julian Palacios, Eduardo pineda Arce, Pastor Ordóñez, Enrique Gallegos, Samuel Ramírez Castilla, Alberto Mostajo, Washington Cano, los Cuentas Nicolás Angles, Luis de Rodrigo, Emilio Armaza, Luis Echevarría y cien más fervorosos indianistas, clase directora de la indanidad lacustre?
Puneños son José Antonio Encinas llamado a gran papel en un futuro no remoto; Emilio Romero atalayante, avisor, desde su IL ות