18 Amauta El hombre: El hombre: El otro: El otro: El hombre: El otro: La propiet.
El otro: La propiet.
El hombre: El otro: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El hombre: El otro: El hombre: El otro: Señor, soy en este instante un huesped suyo ¿No quiere Ud. librarme del espectáculo de ésta desagradable persona?
Váyase señora Schultze, este señor es muy nervioso, tiene alucinaciones.
Yo quiero mi llave.
El me la va a dar. Vaya Ud. a su trabajo.
Si Ud. no me dá mi llave, presento una demanda.
Vaya querida señora Schulze. Ah. este taburete es verdaderamente famoso (la propietaria parte haciendo sonar la puerta. No quiere Üd. hacer sus maletas. No quiere Ud. marcharse?
Čarece Ud. de humor. Lo encuentro espantosamente cómico.
Si le meto una bala al vientre. Guarda Ud. también su revólver en el ropero. Mi paciencia termina.
Puedo aguardar. No se apresure demasiado.
Le rogaria muy cortesmente dejarme una hora aún en esta pieza para ponerla en orden.
Se lo ruego. Durante ese tiempo yo tocaré el piano. Le agradaría a Ud. un valse?
Mi paciencia se agota. Juega Ud. ajedrez?
Oh! puedo darle jaque todavía largo tiempo. Guarda Ud. también ajedrez en el ropero. Al diablo el ropero. Es muy sólido. Es de encina.
Tiene Ud. el aire de creer, señor, que yo es condo un secreto en mi ropero.
No soy curioso, puedo esperar. Le mostraré, por lo demás, una mujer muy bella. Dónde habita esa dama? Vamos donde ella.
No es sino mi mujer. Es Ud. casado. Por que alquila Ud. esta pieza?
Quiero tener la impresión de ser soltero.
No tiene Ud. vergüenza de engañar a su mujer!
No tengo necesidad de engañarla. Mi mujer se esconde de mí. Cómo vamos a encontrar a su mujer entonces. Tiene Ud. talvez la llave. Señor. Podemos arreglar el asunto con toda tranquilidad. Granuja!
No hay necesidad de palabras gruesas. Desde hace cuanto tiempo tiene mi mujer relaciones con Ud?
Ella no tiene relaciones conmigo. Desde hace cuanto tiempo tiene Ud. rela.
ciones con ella?
Su mujer tiene una alma de niño. Desde hace cuanto tiempo esa almą tiene relaciones con Ud. Escupe por tierra)
Cuidado, joven.
Ud. acaba de ser mi providencia.
Abra mejor el ropero para que el alma pueda tomar aire.
Si Ud. toca a su mujer, ha terminado Ud. de vivir.
Yo no toco a la mujer de otro. Su dolor no le conmueve. con sus besos, Ud. ha salvado esa alma?
Las mujeres son niños. Tienen necesidad de ser acariciadas.
Además ellas mueren probablemente, señor poeta.
Ellas mueren todas sin amor. Imbècil! Dese Ud. cuenta. No se muere sin amor. abre el ropero y retrocede vivamente) iSocorro. socorro. Qué sucede. Ah! ahora tiene Ud. la llave Jesús. Ella se ha ahorcado con sus trenzas. Es imposible! Qué se las corten. Qué nadie la toque. Es demasiado tarde! Ella es mia. Ha muerto sin que yo la toque! Las mujeres son niños que mueren de amor.
El otro: El hombre: El hombre: El otro El hombre El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El otro: El hombre: El hombre: La propiet: El otro: El hombre El otro: El hombre: El otro: Nuostro colaborador Herwarth Walden, director de la célebre revista alemana Dersturm. frente a su busto por William Wauer,