4 Amauta PASEO DE NOCHE al contrario, una forma de la libertad. Hagamos porque en la escuela tenga preeminencia la educación de la voluntad como virtud ciudadana primordial. Para lograrlo, el ejemplo es el que mejor enseña, más que los libros y las lecciones verbales. Por esto es indispensable asegurar la independencia material y la respetabilidad moral del maestro para que éste pueda ser así un hombre libre. quien dice hombre libre, dice hombre entero. Siéndolo, el servilismo a que hoy obligan al maestro sus apremiantes necesidades cotidianas, quedará excluído de la escuela. a poco quedará excluído de la escuela. a poco quedará excluído de la nación. El niño que conviva con un maestro de carácter, aprenderá a tener carácter y adquirirá personalidad. No olvidemos que pueblo educado, pueblo de voluntad disciplinada. que esto es el carácter. es pueblo difícil de conquistar aunque no sea difícil de vencer. La derrota es un accidente. La conquista es una vergüenza. sólo se conquista a los pueblos que no tienen carácter o que lo han perdido.
Redimir al maestro, es recuperar la parte de presente que nos resta y salvar el porvenir. Propáguese todo esto con fe y obstinadamente. Golpeando es como se meten los clavos en las paredes y las ideas en los cráneos. cuando una idea está, así, bien hundida, no tarda en hacerse convicción capaz de conducir al sacrificio y al martirio. en seguida al triunfo.
La Convención va a ocuparse, de acuerdo con su agenda, del fenómeno dictatorial en América, suerte de reventazón de alcantarillas políticas en nuestros pueblos sin educación y sin carácter.
La Convención, al encarar el problema, puede y debe dar una lección de voluntad viril y de independencia de acción. Anatematiza todas las dictaduras surgidas en América, de México a Chile, o no anatematiza ninguna.
En nombre de nada, mucho menos en el de las doctrinas radicales, puede condenarse la dictadura de Juan Vicente Gómez, o la dictadura del coronel Ibáñez, o la dictadura innominable de Adolfo Díaz, y dejar impune de excecración la dictadura del general Plutarco Elías Calles. No hay entre ellas más diferencia, sino que las unas son dictaduras en nombre de lo establecido, de la fuerza perfectamente biológica de conservación, de reacción contra lo nuevo, de resistencia a perder el mal hábito democdático; y la obra se ejerce en nombre y al amparo de la libertad y la renovación. Más odiosa y execranda esta última, por tanto. Reacción del mal aquellas; reacción también del mal esta otra que en nombre de la libertad abusa, atropella, asesina, y dentro no lleva sino la misma pasión política, torva e inconfesable, de las otras. El grito angustiado, amargo, hondo y desgraciadamente justo de Romain Roland, vibra de nuevo frente a lo que ocurre en México. Cuántos crímenes en nombre de la liberad.
La Convención, que ha de pronunciarse sobre las dictaduras que sufre América, debe ser radical en su juicio. Contra todas, o contra ninguna. El distingo sería desastroso para nuestra sinceridad. sería, además, cobarde. Invitado por ustedes a participar en la Convención, y orgánicamente refractario al eufemismo inútil, creo que mi franqueza no ha de herir la susceptibilidad de ningún compañero. Probemos no tener miedo a las palabras, que mientras más desnudas mejor. las palabras crinolina, ampulosas por encubridoras, prefiramos siempre las yalabras taparrabo. Sobre el sexo de una idea, bella y augusta porque es sexo, la palabra suficiente. De otra parte, asustarse de las palabras es una de las formas más lamentables de la mogigatería. ideas desnudas, palabras desnudas. Dejemos los envoltorios para las ideas asexuales cuya monstruosidad es repugnante exponer desnuda. Huyamos del prexenetismo de la frase tanto como del proxenetismo de la acción. Repito, pues, que el distingo entre las varias modificaciones de la lepra dictatorial en América, resultaría desastrosa y sería cobarde. Caiga el anatema por igual, si ha de caer, o no caiga sobre nadie.
Además, la Convención tratará de la contribución del magisterio en favor de la paz y de la justicia social. No se va a la justicia social sin ser justiciero. nuestra justicia debe diferenciarse en esto, principalmente, de la justicia al uso, que no emplea la balanza severa de Themis sino la balanza fraudulenta del tendero al por menor, cuando no el embudo del adagio vulgar. En el Hemos hallado una calle escondida del cielo por ramaje graves y densos. Ahora el cielo no existe; se ha arrollado como una alfombra y ha dejado desnudo lo infinito, el entarimado del espacio, por donde los mundos caminan sociedad elegante, con lentitud y silencio.
Ahora te amo como nunca te he amado. verdaderamente, dolorosamente, no sé cómo. andar por esta calle que nos devuelve los pasos y las voces como un gruta.
Un tranvía destroza una esquina. barreno de luz y ruido. Por un momento, nosotros sonamos, vibramos en esta zona de noche, como todas las cosas ventanas, ventanas, ventanas. Ahora yo puedo ser un héroe con el pecho convexo y ensangrentado. Si ahora te raptara, tù me arrancarías mechones de cabellos y clanarias a las cosas indiferentes. No lo harás. No te raptaré por nada del mun.
do. Te necesito para ir a tu lado deseando raptarte. Ay del que realiza su deseo! El mar canta lejano como un coro que se acerca en la opera. De pronto, susurra en mis orejas como una copa de soda que pierde su gas. Un piano es toda la noche. pena antigua, cursi, a cuatro manos. Ahora te digo mi sentimiento: Te amo porque tú no me amas. Tu pequeñez me orienta la esperanza en la búsqueda de la dicha. Si tú crecieras como los árboles, yo no sabría qué desear. Tú eres la medida de mi gozo. Tú eres la medida de mi deseo. Detrás de todas las muertes está el júbilo de reencontrarte en los paraísos terrenales. Amor, cosa pequeña que no crece nunca. Si un lucero cayera, tú lo recogerías y te quemarías las manos. Mi amor no ha caido del cielo y por eso no lo recojes. Eres tonta y linda como todas las mujeres.
Tú ríes, y tu risa me reconcilia con la noche. Porqué no me amas? Sencillamente me abandonas al viento que pasa y a la hoja que cae y al farol que alumbra, como si al perderme nada perdieras. mi amor en esta hora es lo único que te es atento. Ahora nada inquietas sino mi amor que te sigue como tu sombre queriendo verte los ojos. Amame, aunque mañana, al despertarte, ya no me recuerdes. Amame. La hora te lo exige. Ay de quien no obedece al tiempo!
Más allá de la noche, la aurora de mañana, con sus olores y sus colores. Más allá de la noche, el canto de los pájaros madura en lo futuro como las frutas en los árboles.
Más allá de la noche, tus pensamientos escogen realidades para encarnarse. mi amor te sigue por la noche sin cielo de esta calle como la memoria de un perro tuyo que hubiera muerto.
MARTIN ADAN Olimpo, Themis imponía el buen orden. Si hemos de preparar un nuevo buen orden de cosas, tendamos a hacerlo cabal y austero.
Los congresos, convenciones, conferencias de la diplomacia expoliadora para esto y para aquéllo, no sirven a menudo para nada.
No son más que banquetes internacionales en grande en los que hay ocasión para pronunciar dicursos admirables y beber mucho champaña Pero los discursos se olvidan o se rectifican. el champaña se orina.
En esta Convención de Maestros, convención proletaria, está ausente la diplomacia, y la farsa internacional no llega a sus puerAhondemos la diferencia de procedimientos y de resultados, demostremos al mundo que no miente a la América la esperanza que ésta tiene puesta en sus juventudes de vanguardia.
Fraternalmente.
Miguel Urquieta.
La Paz, de Enero de 1928.
tas. 1) Son conocidos nuestros puntos de vista sobre la revolución mexicana y sobre el punto que aborda Urquieta en general. Queremos, sin embargo, declarar nuestro desacuerdo confra su quiparación de las dictaduras revolucionarias con las dictaduras reaccionarias.