BolshevismCommunism

62 Amauta Las Ideas, los Motes, los Hechos POR SANIN CANO Tomamos de Universidad. la notable revista colombiana que dirige Germán Arciniegas, este interesante y reciente artículo del pensador liberal Sanin Cano, una de las mentalidades mas serenas y preclaras de América.
Sanin Cano explica el comunismo con ilna mesura y un equilibrio muy suyos. Su artículo está dedicado, sobre todo, a una asustadiza clase ilustrada. para la cual la palabra de Sanin Cano es, sin duda, de una autoridad insospechable.
En el Mensaje dirigido por el Presidente de la República a las Cámaras y en su alocución a los colombianos el día 20 de Julio, documentos en cuya preparación ha intervenido a no dudarlo una madura reflexión acerca del presente estado social de la República, liay frases perentorias en que el primer Magistrado se manifiesta inquieto, si no alarmado, por el peligro que representan para el futu.
ro de la nación colombiana las teorias impropiamente conocidas con el nombre de bolchevismo o bolcheviquismo.
Ni siquiera ha logrado el mundo occidental ponerse de acuerdo sobre la forma del vocablo con que se designa una orden de ideas que apenas se sospechan quienes la critican desde variadas posiciones.
Ni es el Presidente la única persona de alta posición en el gobierno del pais a quienes desvelan estos cuidados.
La designada para representar en el gobierno la instrucción militar y para atender a las necesidades de la defensa nacional ha expresado las mismas inquietudes en forma que contrasta con la actitud de cristiana admonición que encierran las frases del señor presidente. El señor Ministro de Guerra menos ecúanime que el sabio profesor de la Universidad y mas ocasionado a ceder irreflexivamente a los impulsos primordiales del ser humano ha creído ver el anuncio de una guerra social y civil en signos por sobre modo elocuentes sin duda, pues no se ha atrevido aún a ponerlos a la vista del Congreso, no obstante el empeño que por conocerlos ha mostrado una minoría celosa del buen nombre del gobierno y adicta a la paz entre los hombres de buena voluntad.
Algunos diarios de la capital expresaron también su alarma ante el fantasma bolchevique, y ellos, el Presidente de la República y el Ministro de Guerra aunque colocados muy favorablemente para juzgar el espíritu del pueblo colombiano se han formado un concepto erróneo acerca de las tendencias y las ideas de algunos compatriotas porque alrededor de los altos funcionarios se agita sin cesar una legendaria camarilla empeñada en crear la noción del peligro en las mentes agenas ya que han logrado hacerla encarnarse en la propia por un procedimiento muy conocido de autosugestión. El gesto repetido con frecuencia provoca la emoción que de ordinariamente está acompañado.
Por lo que hace a la prensa asustadiza ella tendrá sus razones que el público ignora.
La designación usada por el Presidente y por sus aúlicos para llamar la atención del pueblo colombiano a los peligros que le amenazan muestra evidentemente que así como la información arbitraria, parcial y alarmante que él recibe de quienes están obligados a suministrarla serena, correcta y desapasionada es errónea, así son también equivocadas las nociones de éstos y tal vez las de la primera autoridad sobre el fenómeno social colombiano del momento.
El bolchevismo no es un partido político a la manera, por ejemplo, del llamado partido liberal en las naciones cultas, ni una teoria filosófica, como el comtismo y fourierismo, ni uua escuela económica semejante a la de Henry George: el bolcheviquismo quedaría mejor calificado representándolo como un movimiento religioso. Me explicaré, sobre este punto, más adelante. La etimología misma de la palabra está mostrando el mediano conocimientra cosa el Hermano Mayor para afirmar su hegemonía que hemos quebrado en las mil fracciones de iglesias nacionalistas, sectas opuestas, cismas ortodojos y herejes. En un momento, aquello que pudo ser nuestro gran poder de defensa, la fé religiosa, se habrá convertido en nuestra mayor debilidad, en viruta, fácil combustible de hábiles intrigas.
La Iglesia Católica es nuestro baluarte, celemos esta fortaleza, refeccionémosla, aprovechemos toda piedra que encontremos para enmendar sus desperfectos.
El ateísmo, el No Creer, es una fuerza, pero que 110 puede pasar de ser una fuerza demoledora. El Creer es la única fuerza capaz de ser fuerza constructora.
El credo protestante es para nosotros un culto antinacionalista, un instrumento de conquista manejado por una raza extraña.
Ateísmo y protestantismo no nos sirven sino para vedar a la Iglesia Católica el acceso a un grado de poderío que la haría una amenaza para el libre desenvolvimiento de la conciencia, y nos retrotraería a un régimen medioeval.
Mantenida la competencia de fuerzas espirituales que hoy mismo existe, la Iglesia no persigue a pensador alguno en los dominios legítimos de éste. Quien se deja 0primir por la Iglesia Romana lo hace porque quiere; ella no quema ya en la hoguera a incrédulos y brujos; sus excomulgaciones no afectan al rebelde, que tiene una sepultura asegurada por el Estado y aplausos reservados para él en anchos circulos sociales. El cura no ha hecho pagano al indio, sino que el indio ha hecho pagano al cu ra. El indio 110 hace lo que la Iglesia quiere, sino que la Iglesia hace lo que quiere el indio.
La Iglesia Católica es astuta como explotadora, pero también sabia como educadora. Tiene un conocimiento profundo del corazón humano y una experiencia acabada en la organización disciplinaria. Es como una vieja maestra diplomada que entiende por medio de la práctica mejor que la nueva normalista teórica.
La Iglesia Católica ha vivido ya tan largo que ha adquirido el sentido de la adaptación. Ella se adapta a la mentalidad de las masas, y de las personas, y de las épocas. Cuando parece que no se adapta es porque los objetos sobre los cuales actúa no la obligan lo suficientemente a adaptarse. El mundo marcha y la Iglesia tiene que marchar, ésta en sus curatos tiene con que demorarse siglos en una aldea, pero en su teología tiene a la vez con que hacerles compañía, por miles de años, a las generaciones evolucionadas.
El asunto de la religión tiene su aspecto divino y su aspecto humano, su aspecto dogmático y su aspecto so.
cial.
Lo difícil es separar bien los ingredientes, porque es maravilloso como se fusionan hasta en las mentes más incisivas. En un próximo número de AMAUTA esperamos terminar con el tema, explayando todavía un par de consideraciones.
DORA MAYER DE ZULEN.