60 Amauta ateismo, y nos agolpamos bajo las portentosas bóvedas de un templo místico.
Hoy queremos traer agua y jabón a los indios aborígenes de Centro y Sud América; queremos encontrar hombres que sean bastante enérgicos para quitar a los indígenas catolizados, pues verdaderos católicos no son, las borracheras que padecen, tal como los primeros mi.
sioneros católicos quitaron a los autóctonos de Méjico la costumbre de libar a sus deidades la sangre humana que éstas demandaban.
El asunto social o político y el religioso se involucran. Dónde hallamos separado el puro interés religioso del económico nacionalista?
Llamo nacionalista el empeño de las colectividades o de sus guiantes de mejorar las condiciones étnicas y locales con el propósito de conseguir un levantamiento moral y material de la heredad patria. Noble objeto!
El verdadero patriota ambiciona que su nación se iguale en cualidades a las naciones modelo, que desaparezcan de su terruño los lunares que ante el criterio mundial le causan vergüenza y no dejar el sitio vulnerable por donde pueda penetrar la insidia de un veneno mortal o de cualquiera acechanza contra la soberanía de la personalidad política.
Así lucha actualmente el patriotismo mejicano contra la voluntad del Papado y la amenazante vecindad del Coloso del Norte y el patriotismo chino contra la secular soberbia de las Potencias cciodentales.
cuatro o seis, y no en los 31 estados federales que componen la nación mejicana, existe la resistencia popular contra la aplicación de la Constitución de Juarez en sus partes relativas a la limitación de las facultades eclesiásticas.
Es en los estados del sur donde hay tal abundancia de templos y sacerdotes que su proporción asciende respecto a los templos, casi a uno por cada sesenta habitantes, y respecto a los sacerdotes, a algo como 500 por ó 5000 cabezas de población; mientras que, en la región del norte apenas se encuentran sacerdutes suficientes para el servicio razonable de los feligreses. Y, agrega el escritor, es precisamente en los Estados en que la Iglesia Romana posee mayor dominio que el fanatismo y analfabetismo crecen exuberantemente y donde, debido a la fertilidad de tierras y dulzura de climas mora aún maycría de tribus indígenas.
En puntos como el aludido, los opositores del clericalismo confunden con frecuencia el orden de causa y efecto. Muchos anti católicos pretenden insinuar que la religión es causa de atraso, estacionarismo o demás condiciones parecidas, de determinados grupos populares.
Nosotros creemos, al contrario, que la presencia del sacerdotismo católico de peor aspecto en ciertos medios no es causa, sino efecto, de la psicología reinante. Las pruebas lo enseñan, que el desenvolvimiento de la actividad humana, el impulso de los intereses del comercio y de la curiosidad científica, desalojan de los espíritus la concentración religiosa.
Las poblaciones indígenas no pueden sino tener un concepto religioso rudimentario; una susceptibilidad a las formas externas, realmente paganas del culto; una preferencia por decoraciones de mal gusto, por bailes y orgías, que siempre han sido ceremonias que acompañaban los sitos de los pueblos primitivos.
En este respecto, el culto católico, vasto y experimentado en sus métodos, ha podido satisfacer la idiosincracia de las poblaciones rurales mucho mejor que el simplificado y seco rito protestante y ha respondido al anheio innato de la humanidad en general en forma muy superior al ateismo, falto de poder sugestivo e inspirador.
El protestantismo y ateismo, en el fondo nada más que gestos de rebelión contra los errores cometidos por la Iglesia Cristiana o por el sacerdocio de cualquier culto que fuera, serán infaliblemente batidos al fin de la jornada por el sentimiento místico de las mayorías, que justamente con este sentimiento poseen un fuego en el alma que fundirá las armas que se empleen contra ellas.
La Iglesia Católica no tiene la patente de retener a los pueblos en un estado de fanatismo, oscurantismo, e inmundicia. El fanatismo lo inculcan los protestantes y los ateos lo mismo que los católicos. Los explotadores de los elementos humanos explotables tienden todos, consciente o inconscientemente, a la conservación del oscurantismo; el sexo masculino ha procurado cercenar al espíritu de. a mujer, para atarla a lus obligaciones de su servicio doméstico y carnal; el empresario mercantil ha deseado la instrucción de las masas únicamente en el grado en que determinadas aptitudes se hacían necesarias para la debida ejecución de los trabajos, y en las demás oportunidades ha querido que la bestia humana de carga no tenga tiempo para ir a la escuela.
Por fin, la religión, que en los medios sociales sencillos no puede ser doctrina complicada y metafísica, se resuelve en una cuestión de agua y jabón. Cuál religión lava mejor las caras? la religión de los sajones y escandinavos, que son protestantes, por tener una tendencia instintiva a la limpieza y las artes prácticas, y que no debe creerse que son limpios y prácticos por efecto de la religión protestante.
En una palabra, hay en el mundo razas y pueblos más o menos prácticos. Algún día nos cansamos de tanto misticismo y de las negligencias positivas que trae, y clamamos por las doctrinas y los doctrinarios liberales; otro día nos cansamos de la aridez del protestantismo y Pues bien, tratamos ya de la Religión no en el sentido doctrinario, sino político.
El escritor Eliñeda parece que da por terminada la capacidad del Cristianismo de otorgar a Méjico, o a otros países semejantes en su co ición a esta república, un incalculable beneficio para su homogeneidad o cohesión étnica.
Si Eliñeda piensa así, nosotros pensamos lo contrario.
Estados Unidos cuenta en su seno, es cierto, una fuerte proporción de elemento católico; pero, oficialmente es un estado no católico; es una cuna de un poderoso fanatismo protestante y albergue de un activo ateismo obrero. Qué tenemos nosotros, los nacionalistas centro y sud americanos, que defender contra la Gran República? Tenemos que defender la personalidad y autonomía politica de nuestros respectivos Estados. Quien no aprecia la conservación de la personalidad propia, sea esta personalidad la individual o colectiva, ha cesado hasta cierto punto de vivir. La personalidad es la vida o sea el interés de la vida.
La diferencia entre Norte y Centro y Sud América se expresa en la raza, las costumbres, los hábitos, los ideales y propósitos, y la religión. La República Yanqui nació protestante, las repúblicas indo hispanas nacieron católicas.
Sea lo que sea aquello que se construya sobre los primeros fundamentos de un estado, esos primeros fundamentos constituyen el suelo que pisan las generaciones sucesivas. La fé de los padres! Hay un poder sentimental mágico en esa fé. En sus mejores horas recuerda el norteamericano el versículo de la Biblia que aprendió en las faldas de su madre; en sus mejores horas recuerda el indohispano el rezo que le enseñó ante la imagen de la Santísima Virgen la mujer que le dió el ser. La temprana enseñanza religiosa hace de vínculo entre los desvinculados que se combaten mutuamente por miseras prendas materiales, pero que poseen un algo de analogia en su historia, un algo que es el espíritu católico o protestante que les ha infundido el alma de sus progenitores.
Hoy como ayer el cristianismo tiene el poder de traer incalculables beneficios para la homogeneidad interna o cohesión étnica no solo al pueblo mejicano, sino a los demás pueblos a cuyo primordial paganismo logró imponerse. El cristianismo dividido en dos, el catolicismo y el protestantismo, divide en dos un par de grandes bloques étnicos, a cuya innata diferencia psicológica responde la diversidad externa de los cultos y credos.