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38 Amauta sólo por la competencia de los bancos que tienen abiertas cuentas de ahorro, pues también los depósitos de estos bancos que en 1925 sumaron Lp. 800. 228 bajaron en 1926 a Lp. 721. 251.
Los pagos del año no excedieron a los depósitos: montaron a Lp. 660. 716. No obstante el saldo favorable y el número de libretas abiertas que alcanzó a 19. 177 contra 10. 763, resulta evidente que el ahorro experimentó en 1926 cierta depresión, a consecuencia de la crisis económica, depresión ostensible por que el hábito mismo del ahoro aparece, en el incremento del número de correntistas crecientemente difundido.
bista rígida e invariablemente. Ha compulsado conforme a su método, los factores concretos que, en cada caso, pudiesen hacer preferible una u otra política. En una época ha podido pasar por libre cambista; en otras por proteccionista. Dentro del orden vigente, la cuestión no existe para él doctrinal sino concretamente.
El librecambio es un principio de economía liberal; pero ésta nisma ha tenido que renunciar a él, prácticamente, cada vez que sus intereses se lo han aconsejado. El tema es vasto y merece detenido esclarecimiento.
AGRICULTURA USTRIA Lo Convención Azucarera Tópicos de su desarrollo La Feria de la Industria Manufacturera Peruana, efectuada en los meses de mayo y junio último, señala el comienzo de una activa propaganda industrialista. Dentro de un plan de nacionalización de la economía del país, el fomento de la industria tiene, necesariamente, un lugar inportante. El desarrollo de la industria manufacturera encuentra sus mayores y primeros obstáculos en el interés extranjero de mantener al Perú como país productor de materias primas y mercado de consumo de la manufactura europea o norte americana.
La industria, por el caracter de economía colonial, que tiene la economía peruana en el cuadro económico mundial. representa, bajo cierto aspecto, en el Perú, una tentativa o un elemento de gradual emancipación, aunque en parte permanezca todavía enfeudada a firmas importadoras y exportadoras que necesariamente subordinan su actividad manufacturera al juego de intereses agenos a la industria misma.
Desde el punto vista de la ucación técnica, significa la posibilidad de que una parte de la población obrera evite la proletarización embrutecedora de la mina y la hacienda, donde el número de operarios especializados es siempre una infima minoría dentro de la masa de peones u braceros, mano de obra primaria en la cual solo la cantidad se toma en cuenta. En una etapa en que los oficios y las artes populares declinan y en que la pequeña industria indígena desaparece casi, la industria es un factor de instrucción profesional o técnica.
Socialmente, el desenvolvimiento de la industria crea nucleos de proletariado industrial y urbano en los cuales espontáneamente arraiga, con el espíritu de clase, la doctrina socialista y la práctica sindical. La fábrica es la mejor propagadora de ideas cuya coincidencia con el industrialismo muchos no aciertan todavía a explicarse.
La naciente industria manufacturera nacional se acoge a la barrera de los aranceles para defenderse de una difícil competencia con los artículos de importación. En un país donde dominan los impuestos directos, y que ha extraído siempre de las aduanas su renta más saneada, la industria manufacturera halla un proteccionismo natural y espontáneo. Pero, por supuesto, no le basta, y propugna un absoluto proteccionismo aduanero, actitud que se conforma, por lo demás, con la tradición de un país donde el fisco ha abrigado siempre el muy incipiente espíritu de empresa de los individuos.
No hay ningún interés social en fomentar industrias artificiales y onerosas, que pesarían injustificadamente sobre el consumidor y que, sujetas a la instabilidad de lo precario, expondrían a frecuentes crisis de desocupación a los obreros que reclutasen, anulando así la contingente ventaja social y técnica más arriba apuntada.
El Perú necesita aumentar su equipo industrial. este respecto no hay duda. El socialismo por lo que a él concierne, no ha sido hasta hoy en el mundo, ni proteccionista ni libre camLas empresas azucareras consideran, actualmente, la invitación recibida por el Perú para adherir a la convención que, con el objeto de restringir la producción, patrocina y organiza Cuba. La Prensa recomienda, en esta materia, una resolución seriamente meditada, que consulte del mejor modo posible los intereses de la industria azucarera peruana, destacando dos elementos de su situación; la necesidad en que se ven las empresas de mantener sus cultivos proporcionados al desarrollo de sus ingenios que, si trabajan a menos de su capacidad normal, resultan antieconómicos; y la excelencia de las tierras cálidas de la costa, próximas a ser aumentadas por las obras de irrigación, para la producción de azúcar. En esto mismo piensan, sin duda, las empresas azucareras, que no pueden dejar de darse cuenta de que el Perú ganará poco con asistir a la conferencia, pero ganará menos si no asiste. Hay un antiguo proverbio que dice que los ausentes yerran siempre. y esto es particularmente exacto cuando los ausentes no son fuertes. La industria azucarera en el Perú que destina el 87 de producción a los mercados extranjeros es un industria colonial que por tanto, no puede suponerse excesiva independencia. La discusión de la concurrencia del Perú es, en verdad, ociosa. Lo que más claramente se desprende de cuanto se ha dicho, en esta ocasión, sobre la industria azucarera, es que debe sus utilidades al bajo costo de su producción, léase a la mano de obra barata.
Cuando se discutió en el Congreso los impuestos de exportación.
los memoriales de la industria azucarera argüían, solicitando alivio, que los precios altos habían venido a redimirla de las hipotecas y obligaciones contraídas en un dilatado período de crisis. Se puede decir así que la industria azucarera no conoce la prosperidad sino como excepción y, en todo caso, gracias a factores externos, como la gran guerra; y que su situación natural y constante es de crisis, no obstante los jornales bajos. No se sabe verdaderamente, qué le quedaría, si este elemento no subsistiera. Peruana es cada día menos, sobre todo después de las últimas transferencias de dominio de algunos grandes fundos. Roma. Paramonga. El Cultivo del Trigo Los ensayos de cultivo de trigo en la costa del Perú ofrecen una buena perspectiva a nuestra agricultura. La rutina nacional se había habituado a la creencia de que las tierras de la costa no servían para el trigo. el Perú continuaba pagando, por su consumo de este cereal, un fuerte tributo al extrangero. La importación de trigo y harina ha sido siempre uno de los gruesos renglones de nuestra importación. En 1924 importamos trigo por valor de Lp. 145. 762 y harina de Lp. 131. 220. en 1925 trigo por valor de Lp. 337. 563 y harina de Lp. 175. 343. En un país fundamentalmente agrícola, con tierras adecuadas a todos los cultivos, esta importación acusaba una mala organización económica y agraria.
El éxito de los ensayos practicados en el fundo Salamanca. del los Anunciadores Amauta. por su circulación en Lima, Provincias el extranjero, ofrece las mejores ventajas.