Anarchism

24 AMAUTA LECHERAS DEL ANDE LA ALTURA ELEMENTO ESTETICO LA TORRE EIFFEL El cielo limpia sus lozas de madrugada CLARINES CENTINELAS AL TRABAJO Chozas claveteadas de relámpagos ovejas y aerogramas de humo hacia la pampa La tierra está cruzada de motores humanos AL BARBECHO LA SIEMBRA LA TRILLA El sol se ha detenido a ordenar las labores Los campesinos de Huaraya apuntalan las carpas del viento Brazos piernas vibrantes de cordajes en el gimnasio de (la mañana Balseros del Ayllu ya enarbolaron el arco del día en pleno lago lo largo del camino embanderado de rebozos manzanares musicales la Ernestina la Lucía la Felipa la Martacha la Tomasa La Torre de Eiffel es la enorme aguja de fierro simbólica de nuestro esfuerzo de subir los espacios. Es la simplificadora que de un golpe nos facilita su visión majestuosa de hierro escueto coronado de nubes. nosotros que nos arrastramos por el suelo nos dá la vista osada del águila, y en nuestra vida atareada lu vemos de todos lados múltiple y rápida.
Hace decenas de años la torre de Eiffel se levantó insólita: su enorme silueta geométrica sorprendió a los parisinos y a los extranjeros; era rara, incomprensible y brutal.
La sensibilidad del ambiente hecha al clásico renacimiento se sintió chocada, defraudada. En vano se aguzó la montaña, todos la renegaron y se irguió solitaria batiendo en su tope un águila de colores. La precursora de los rascacielos y de las alturas, sirvió desde entonces para los pequeños burgueses: para los niños que izados en una caja de cristales, se apeaban en las plataformas para comprar chocolatines y pisa papeles. Para el espíritu quedó muda por décadas el faro vanguardista de la nueva estéticas de altura y de espacio. Hoy ya nos habla, la comprendemos y la amamos El encaje de hierro vertiginoso, alado y fino, los arcos enormes que se tragan espacios de nubes y de astros, los inmuebles, los puentes, el río sinuoso: la ciudad entera enmarcada de hierro es nuestra ya ¿que son al lado de esta gigante anarquista, las casas chatas de formas caducas?
Toda arquitectura que se acerque a las enormes patas, se afea, se empobrece y se anula. Hasta el enorme brocadero con su gesto pretérito desaparece a nuestra vista.
La torre de Eiffel que vibra en sus antenas trasmisoras, los mensajes lejanos, necesita estar sola, o que su ambiente sea el de los rascacielos de veinte pisos simétricos: cubos agujereados en los que vivan colmenas humanas con emo.
ciones de vuelo en las retinas, con los cuerpo; elevados por sensaciones aladas, conducidos por ascensores, que los depcsiten a ochenta y cien métros de altura.
La Torre de Eiffel es el nuevo canino hacia Las Nuevas Auroras que no han lucido todavía Es el camino que destruye el pasado y el amor a la antigiiedad clásica, Encierra todo un futuro estético basado en las nuevas posibilidades del fierro y del cemento. Renovada nuestra sensibilidad en Ella, idearemos formas atrevidas, vertiginosas.
enormes.
Los americanos del Norte han marchado ya por las nuevas sendas, construyendo cubos gigantes: Torres de Babel acribilladas de ventanas, de las que se avizora a la humanidad como un hormiguero.
Pero hay aún más posibilidades en la forma; poliedros altísimos con azoteas sobresalientes como frondas simétricas, jas escalas colosales de piedra, las autom íticas de fierro que nos lleven como un juguete por los aires.
En una palabra son posibles todas las formas de la geometría aplicadas a la arquitectura.
VIENEN DE ORDENAR EL ALBA Alejandro PERALTA Е н A Hombres que pelean en las tomas de agua porque para sus riegos ellos lo quieren todo.
Cuentan los campesinos que muchos murieron y que en las noches hay voces que duelen. Ananai! jananai! porqué están tan locos todos en mi (pueblo!
Los chiquillos saben todo de sus padres.
Que allá el hacendado, por el río corto que dá a la pradera jananai! mataron un hombre iporqué están tan locos todos en mi pueblo!
CARMEN SACO.
XAVIER ABRIL Paris 1927.