5 AMAUTA AMERICANISMO PERU ANISMO POR ANTENOR CRREGO El carácter del arte nacional y, sobre todo, de la literatura, que la crítica al uso ha definido y hecho circular, está asentado sobre un equívoco, sobre el equívoco del peruanismo. Peruanismo literario nunca lo ha habido después de la Conquista, ni puede haber en el porvenir.
El único peruanismo de que se puede hablar y que corresponde a una realidad efectiva y privativa, es ese peruanismo retrospectivo de las culturas incaica y pre incaica, que no puede tener ya para nosotros sino una virtualidad arqueológica, una virtualidad de pinacoteca y de museo.
Hasta cierto punto este peruanismo ha contribuído, en gran parte, a que quedara soterrado, por mucho tiempo, el auténtico y vivo americanismo de hoy que está en plena fluen.
cia. Ġentes han habido y las hay aún, que piensan que el secreto en un arte nacional se encuentra en las huacas y huacos de la civilización indígena. Tácita o expresamente se propugna la vuelta regresiva hacia edades definitivamente muertas. Se olvida que hemos avanzado algunos siglos y sobre todo, que hemos pasado por la cultura occidental. El arte no desentierra momias, ni se alimenta en los hipogeos o lozas funerarias; procrea formas y realidades nuevas. El arte incaico, así como todas las antiguas culturas americanas, puede ser un fermento, pero nunca un factor exclusivo y determinante de la nueva cultura. Se pretende el absurdo de resucitar el pasado remoto para realizar el porvenir. La vida ascendente y superior no es una repetición o regresión, es siempre una continuidad. Del pleonasmo europeo, queremos pasar al calco regresivo y barbarizante del espíritu incaico.
Los escritores nacionales cuando más directos eran, es decir, cuando más directamente se acercaban a la realidad del ambiente, han reflejado la colonia, remedo de España, mal remedo de España. Cuando nó, reflejaban, desvitalizados, el arte y el pensamiento europeos que en sus manos se aldeanizaban y se deformaban. El Perú era y ha sido siempre una sucursal ultramarina de Castilla. Una sucursal que era un pudridero, un osario hispánico.
Da grima ver cómo se rebaja el ejercicio intelectual, los valores más finos de la cultura europea o peninsular en manos del criollisino dicharachero y zandunguero, para usar uno de los vocablos populares que mejor lo definen. El colonialismo se denuncia y trasciende sin remedio. Se trata de una versión de segunda mano, ad literam, del estilo y la manera de los clásicos y de la chulería y majeza españo.
las. Si había una realidad vernacular era la tragedia del indio frente a la injusticia y a la insolencia del conquistador y del mestizo, pero esto era general en toda América y nó privativo del Perú.
Tampoco creo posible la creación de un arte exclusivamente nacional en el porvenir. Las diferencias nacionales entre los diversos pueblos indoamericanos son tan pequeñas y mezquinas que no pueden generar artes y literaturas independientes con ritmo singular o acentuación propia.
Creo sí en un americanismo como reflejo de la nueva América que está naciendo. Creo en una nueva cultura con valores propios y universales, valores que comienzan a vislumbrarse y que servirán de integración al espíritu humano. Creo en una visión y en una emoción cósmicas iniciales que son privativas de la nueva raza y que han principiado a articularse estética y filosóficamente, Hasta hace poco Ainérica ha sido el pudridero y el hipogeo de Europa. No es preciso tener muy fino el olfato para percibir la descomposición del cadáver. América era el calco servil, la desvitalización, el ademán simiesco del inodelo. Basta echar una mirada de conjunto para percatarse cabalmente. El ambiente sepulcral es incuestionable.
Pero como ocurre siempre en los vastos procesos vitales en medio de esta descomposición estaba sedimentándose, soterradamente, el espíritu nuevo que comienza a aflorar en una contextura estética, que aflorará más definidamente a traves de los siglos y, acaso, de los milenios futuros.
El americanismo que Amèrica ha cultivado ha estado fundado en un equívoco semejante al del peruanismo, en una ilusión óptica, en un espejismo. Ha sido ese americanismo de exportación de que he hablado en otras ocasiones. Americanismo epidérmico y verbal, alusivo externamente a las peculiaridades geográficas, a la fauna y a la flora del Continente. Exotismo de Baedecker que complace a los paladares estragados; que llega, a lo sumo, a lo decorativo escénico, pero que siempre es mera gesticulación dentro de una expresión estética ajena.
Para citar un caso concreto, de entre muchos, señalaré a Chocano que se ha llamado y se llama el poeta de América, pero que no es sino una alusión verbal, una alegoría de la geografía y de la historia de América. Es el gesto, el ademán y el golpe escénicos. Realiza, a veces, un parnasianismo descriptivo y brillante que acaba de determinar la confusión, de consolidar el equívoco. La simple alusión alegórica, la mera versión verbal o fotográfica de las formas objetivas de un territorio no constituyen nunca un arte privativo. Las formas objetivas por si solas no expresan nada, están muertas si detras de ellas no hay un alma, si ellas no son el vehículo de una visión y de una emoción de la vida y del Cosmos. Las formas de la naturaleza cobran un sentido cuando el hombre pone en ellas su drama anímico, su pensamiento personal o racial que las traba y las integra en un conjunto, cuando contituyen el símbolo de un espíritu colectivo. Esto no quiere decir que Chocano carezca de valores estéticos. Lo que quiero expresar es que carece de autènticos valores americanos; los suyos son valores hispánicos o europeos, malgrado el equívoco americanista.
Los pueblos americanos están llamados a formar un vasto bloque racial, con una cultura y un pensamiento de conjunto y nunca con artes exclusivos y nacionales. Pretender un peruanismo, un argentinismo o un chilenismo en el arte es sencillamente necio.
Carecemos de tal manera de la experiencia de un arte privativo que aquello que inás nacional nos parece, no lo es precisamente de una manera intrínseca. Primero nos pareció nacional la Colonia que no fué, como he dicho sino un mal remedo hispánico. Ejemplo, Ricardo Palma a pesar de si talento literario. Despues lo nacional fué la sim ple alusión geográfica o histórica, la impresion visual de territorio. Ejemplo Chocano.
Es preciso establecer una nueva valoración estimativa para apreciar lo nacional que es, a la vez, lo americano.
Lo americano sustancial está e irá expresándose en la literatura, en el arte, en el minsamiento nuevos. La crítica habrá de revelarlos y defins a medida que se produzcan. La tarea es inmensa cuino es inmensa toda tarea ini.
cial en una nueva cultura. Pero es evidente que comienza a realizarse un fuerte americanismo en la obra de las nuevas generaciones. La descomposición de Europa en América ha terminado o está por terminarse y comienza a surgir una estructuración mental y emocional autenticamente americanas. No creo pecar de optimista o de iluso porque los indicios son harto evidentes.
Continente joven se ha llamado a América, que ha sido hasta hoy, como lo repito pudridero de Europa. Todas las decadencias y vicios europeos pasaron el mar para descomponerse y morir por desnutrición, por desvitalizamiento.
El espectáculo de América desde el descubrimiento hasta ahora ha sido el espectáculo de la vejez y de la desintegra.
ción. Ha hecho bien Baroja y ha dicho verdad llamándole.
el continente estúpido que nada ha creado para la civi.
lización humana. América por muchos siglos aceptó un pu pilaje infamante que no hacía sino reproducir mal los pensamientos del caporal europeo. Se necesita ser un héroe