AMAUTA 33 situación de los aborígenes bajo una organización hostil. fácil le será suponer las barbaridades que cometen quienes no quieren sino ganar dinero y a quienes nada les puede importar la justicia, ni mucho menos ese ser despreciable, el indio. cual el remedio? Demás está decir acá que los agentes patógenos (latifundismo, fanatismo, rabulismo, corruptela de funcionarios etc. de la estigmatizante cuestión indígena, se originan por un elemento común: el analfabetismo y retraso social del indio. Por lo tanto el máximo remedio estará en su redención. Redención agrario económica primero, educacional después. Pero la redención del indio es, al menos hasta ahora, obra ciclópea. Acaso se quede para que la efectué la evolución biológico social, una de cuyas formas, la más inminente, sea tal vez una sangrienta revolución social. De modo que, para nuestro objeto, no hay más que decir sobre esto.
Pero podemos ver los medios próximos con que, hoy por hoy, se debe atenuar los daños del rabulismo en la población indígena. Hay que procurar compensar la desventajosa inferioridad que llevan los indios en el actual mecanismo judiciario. Hay que suprimir, con relación a ellos, tantas disposiciones legales que no les son aplicables, que se tienen por una especie de pose democrática y que, vigentes en un medio heterogéneo, hacen más víctimas que favorecidos. Así, por ejemplo, aquel principio de que la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento, aplicado al indígena, analfabeto e incomunicado con la sociedad, resulta una monstruosa injusticia. Igual cosa ocurre con otras normas y prescripciones institucionales, tales como las del Registro de la Propiedad Inmueble. Resulta tan sólo que el indio nunca cumple ni puede cumplir con todo eso, y así ofrece mil coyunturas para ser pasto del rabulismo. Hay que eximirlo pues de todas aquellas disposiciones constitucionales y jurídicas que acarrean responsabilidad por omisión o ignorancia. Hay que hacer más. No atribuirle derechos que no puede ejercer; será un beneficio para el indio sacarlo de ese igualitarismo falaz y decorativo que una constitucionalidad importada establece. No faltará opinión contraria. La de los que rinden devoción a principios teóricos porque provienen de un Montesquieu o traen el óleo vie.
jo mundano. Cuando las contingencias sociológicas, indican el desarrollo variado, para conseguir la indiversa finalidad de justicia social. Toda legislación hecha para el Perù civilizado, no sirve y más bien es perjudicial para el Perú aborígen, que sin embargo tiene una céntrica importancia. así siempre que se tenga que hacer una implantación institucional o normativa no debe olvidarse que dentro de lo que conceptuamos nacionalidad, hay encerrado un gran pueblo ageno a ésta. Tal debe ser el criterio jurídico para contrarrestar el rabulismo. como éste actúa media nte las normas legales, en ellas hay que poner, aunque pe entoriamente, el correctivo ertinente. Además debe es ablecerse tidades de tutelaje; pero de tutelaje efectivo. No como el patronato que, con grandes defectos de indo e y composición, ha resultado inútil. Por último los medios indicadı no darían los esperados efectos si no se contase con la convicción ético social (a lo Lopez Albújar) de abogados y jueces. Con lo dicho, no se ha tenido pues el propósito de ofrecer un plan para eliminar el mal en referencia.
Se ha apuntado algunos medios, más bien para formular el criterio que debe adoptarse; y esto perentoriamente.
Por lo demás, ya se dijo que el rabulismo es una parte del gamonalismo. cuando en el Perú se efective la corriente de saneamiento y renovación social, el pedrón se irá junto con el muro. Viene de la página 16)
el del servicio, sin más palabras que las deslizadas en voz baja, con llanto entrecortado de la mujer y cuchicheo de la servidumbre, los comensales permenecieron un rato fumando en la solana, y antes de la medianoche todos se recogían a sus habitaciones.
El juez no durmió. Acompañado de los curiales, velaba en su alcoba. Al filo de la madrugada, sintiéronse agudos gritos. Procedían de una habitación situada al extremo del corredor. Provistos de hachones, a ella se dirigieron. Forzada la puerta, hallaron a la concubina del muerto presa de un ataque del histerismo. Después de los espasmos y las las contracciones, la mujer gritó. Bien muerto el bandido!
Aquél hombre que yacía sobre la mesa, en la capilla ardiente, aquél hombre inánime, ante cuyo cuerpo nadie osó acercarse ni para rezar una plegaria, ni para depositar una flor, aquel hombre asesinado por la pandilla indígena, había cometido los delitos más horrendos en el curso de su vida. La mujer los reveló todos. Allí, en las habitaciones en el granero, en el molino, bajo el pavimento encubridor, estaban los cuerpos de sus víctimas: hombres, mujeres, ancianos y niños. Enriquecido por la desaparición de los indios propietarios, el malvado, cada vez más poderoso, hacía ineficaz la justicia, y por el asesinato sistemado ensanchaba sus dominios.
Aquel posible Juez Magnaud, incapaz de sentir noblemente, mandó prender a la población integra del ayllu del que habían salido los vengadores.
Hombres, mujeres, niños fueron encerrados por largos meses en las cárceles.
Viene de la págiaa 12)
ne cierta gracia indolente, que resulta supremamente elegante. Sus composiciones sol estampas de ensueño; en el francés Debussy se realiza plenamente lo que deseaba el germano Niezstche: un arte para los artistas.
Schubert es el romanticismo alemán de 1800: paseos en los bosques y en las montañas, meditaciones bajo el claro de luna, exaltadas declaraciones de amor, líricos juramentos cambiados bajo un tilo, en cuya corteza se grabaron dos letras enlazadas. Schubert is la serenata, es la elegia, es la romanza; su Momento musical no debió ser interpretado a la manera de un friso griego, sino como una estampa de 1830: mujeres con vaporosos trajes, bandós bien alisados y grandes medallones sobre el pecho; hombres de largus patillas, negras y anchas corbatas y pantalones claros; todos, en el salón, alrededor del piano o romantizando, en el jardin, bajo la luz de la luna.
PORQUÊ AMAMOS BEETHOVEN Beethoven, el creador formidable, es el artista que más se acerca al corazón de los hombres. Su obra majestuosa y potente palpita de dolor, de pasión y de ternura; por es vamos a ella buscando un eco de nuestras angustias y de nuestras tristezas. El acento de la obra beethoveniana es único.
Beethoven puso en sus composiciones todo el drama de su vida, todos sus anhelos de amor. nunca realizados toda la nobleza y la generosidad de su alma y también su maravillosa alegria, su sentimiento de la naturaleza y aquella fé que lo hacía exclamar. Oh Dios mío, mi único refuBeethoven, hombre de una sensibilidad extraordinaria, alma impetuosa y atormentada, decía. Porqué escribo?
Lo que tengo en el corazón tiene que salir, es por eso que escribo. así nacían la Apassionata y el Claro de Luna. Teresa de Brunswick y Giiileta Giuccardi. la Aurora y la Sinfonía Pastoral. amo a un árbol más que a un hombre. decía el inmenso artista la Sonata a Kreutzer, la Romanza en Fa, la seis Melodias a la amada lejana. la Heroica. oda a la revolución. la Novena canto grandioso a la alegría. todas aquellas páginas que escuchamos, hoy, estremecidos y emocionados. Porqué amamos a Beethcren? Por el acento humano de su obra vasta como el universo, inspirada como el verbo de Dios: por su dolor pue es el ui esro; por su inquietud; por su pasión, por eso amamoa Beethoven gio?