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AMAUTA 30 Concepto Socialista de la Asistencia Sanitaria POR EL DOOTOR CARLOS RICCI (CONCLUSION)
una 14 Para hacer disminuir el número de los enfermos, precisa, además de prevenir las enfermedades, curar perfectamente bien a los enfermos: o sea curarles con todos los medios que la ciencia posée.
Hoy ¿cómo se cura especialmente en los pequeños centros, a los enfermos pobres? Se les concede gratuitamente la visita médica y las medicinas (cuando no se les niega estas últimas. Pero el consuelo moral del médico y las medicinas del farmaceutico no son los únicos factores terapéuticos que la ciencia aconseja y el arte médico posée. El ambiente sano, bien aereađo, iluminado y de buena temperatura, la ropa blanca suficiente y bien limpia, los alimentos convenientes, la asistencia contínua y racional son factores higiénicos que más que los otros exaltan los poderes de defensa del organismo contra las enfermedades, y ayudan con esto a debelarlas. Pero ¿no es absolutamente cierto que tales importantes factores terapéuticos faltan de hecho a los pobres, y aun a los de la clase media, en los pequeños centros ¿No es cierto que la próxima futura aseguración obligatoria de estado contra las enfermedades será capaz, más que el actual sistema de los médicos municipales, de remediar la actual falta. La internación del enfermo pobre en un hospital debebería resolver el problema terapéutico. Pero en el régimen burgués tal internación, por razones económicas está restringida; y hoy, más que nunca, se restringe las entradas hospitalarias por las malas condiciones financieras que sufren en gencral todas las ramas de la administración pública y en especial las obras pías, a causa de la enorme carestía de la vida. Por otro lado la asistencia médica de los hospitales en los centros medianos (e igualmente aun la de los grandes centros) ha dejado, y más hoy, mucho que desear: locales que con mucho no responden a los dictados de la ciencia, no rara aglomeración de los enfermos en las salas, frecuente promiscuidad de formas morbosas infectivas y contagiosas, personal sanitario y de asistencia casi siempre insuficiente, etc. tales son las condiciones en que se proporciona dicha asistencia hospitalaria, de donde el poco entusiasmo que el público demuestra cuando necesita hospitalizarse. ¿qué decir de la labor de los Sanitarios? Sobre todo la concurrencia entre médicos es causa de poca tranquilidad de espíritu, de discusiones y de frecuentes luchas entre ellos, que genera entre el público una cierta desconfianza en los facultativos y en su ciencia. Supeditados por la idea de la ganancia los farmacéuticos, antes que cuidar la perfecta y suficiente preparación de los medicamentos sencillos se esfuerzan en crear específicos complejos, siempre costosísimos y de dudosa eficacia terapéutica. Los Inspectores Sanitarios, más que preocuparse de solicitar obras de refacción higiénica de casas y de terrenos, y de que todos tengan buena agua potable y alimentos sanos, deben para poder vivir un poco en paz (y algunas veces para no perder aun en el puesto y con el puesto el sueldo) pensar en no meterse con las autoridades políticas y administrativas las cuales autoridades siendo casi siempre emanación directa de la clase burguesa, más que de la salud pública cuidan de los intereses financieros de los propietarios y de los capitalistas. El personal universitario en vez de dedicarse completamente a la enseñanza y progreso de la ciencia, se rodea para vivir, o para ascender, de una extensa clientela privada u ocupen puestos fiscales bien remunerados, aún cuando estos puestos fiscales no coincidan perfectamente con la preparación, o con la capacidad científica y práctica del aspirante: y de ahí cuanta pérdida para la cultura de los estudiantes de medicina y daño para la gran masa de enfermos, es fácil imaginarse. Los médicos que ejercen libremente por iguales razones de ganancia, tienden más a curar enfermos que a prevenir las enferme dades. los médicos municipales (otro tanto puede decir se de los futuros médicos de zona en la Aseguración de Estado contra las Enfermedades) en vano se someten a ímproba labor física y a un surmenage intelectual sin par, para desempeñar a conciencia y sin daño de sus clientes, sus funciones profesionales: porque supera las fuerzas humanas la especialización en las múltiples y díficiles ramas de las ciencias médicas.
Indiscutiblemente toda la organización sanitaria en el régimen burgués imperante es falsa e imperfecta, porque de un lado la obra de los sanitarios encuentra obstáculos insuperables en los intereses de los propietarios y capitalistas, de otro por el sistema económico vigente esa obra tiene como fin la ganancia personal y no el interés público, que en el caso en discusión corresponde a la salud de cada uno y a la de la humanidad entera. En vano, pues, se recurre a las instituciones burguesas para la reforma de la asistencia sanitaria de un modo radical porque ellas siempre pondrán por encima de todo interés los suyos egoístas y nó el de la salud pública. Precisa que se establezca un régimen que suprima la ansiedad por la ganancia y que permita a cada uno dar según sus capacidades y recibir según sus necesidades. Así el interés de la colectividad estará identificado con el interés individual.
Veamos ahora las líneas generales de tal reforma en lo que se refiere a política sanitaria.
Precisa comenzar por distinguir netamente los tres aspectos de la asistencia sanitaria, es decir: La función preventiva de las enfermedades.
curativa.
científico didáctica.
LA FUNCION PREVENTIVA. Deberá ser confiada a las municipalidades y desempeñada por los médicos y por las obstetrices comunales.
El médico comunal (uno por cada mil o mil habitantes) deberá tener las siguientes obligaciones: a) curar las enfermedades leves agudas y aquellas crónicas no difusibles y que tengan posibilidad de cura sin necesidad de guardar cama; b) prestar los primeros auxilios de urgencia; c) enviar a los Centros de Cura Distrital. a los enfermos más importantes y requerir para los enfermos que lo necesiten la intervención de los especialistas; d) vigilar seriamente la higiene de las habitaciones, del agua, de los alimentos, las escuelas, e) supervigilar a las obstetrices comunales, ayudándolas en los casos patológicos y garantizando la necesidad de la intervención del tocólogo.
Al médico comunal debe dársele una casa del tipo usual de habitación, con anexo para consultorio clínico, conectada telefónicamente por el Centro de Cura distrital y medios de trasporte rápido para los enfermos.
La obstetriz comunal (una para cada 0. tres mil habitantes) deberá tener las siguientes obligaciones: a) asistir a los partos norinales y a los abortos no complicados; b) advertir oportunamente al médico comunal de la necesidad del partero; c) vigilar a la grávida especialmente en los últimos meses del embarazo, supervigilar a la puerpera durante el puerperio y al recién nacido todo el tiempo que dure la lactancia.
También a la obstetriz comunal deberá dársele una casa tipo usual para habitación con consultorio anexo obstétrico pediátrico.
LA FUNCION CURATIVA. Deberá ser confiada a los Centros de Cura distrital. Estos deberán estar constituídos: