AMAUTA 29 No tenemos un catastro de los departamentos del Sur, ni estadísticas que permitan hacer un estudio detenido de los motivos del malestar económico del Sur. Algunos datos aislados hacen aparecer como inexplicable el fenómeno de la emigración, por ejemplo los de la producción triguera del Sur Arequipa 2, 358 ks. por hectárea. 1924)
Cusco 896 id.
Abancay 757 id, Moquegua 1, 902 Tacna 1, 364 Puno: Producción total (1920) 371, 311 kgs.
Quiere decir que en el Sur hay pan para toda la población, pero el trigo y con él muchos productos están repartidos en pocas manos, fenómeno que, cuando se produce en los valles densamente poblados como el del Chili, tiene que determinar un malestar evidente, así como en las extensas mesetas del departamento de Puno, donde la población indígena crece y aumenta cada vez más el número de las haciendas He aquí un problema importante que necesitamos esdudiar en el Sur del Perú. Mientras unos hacemos poesía, otros claman por la redención del indio y los de más allá preparan manifiestos doctrinarios, numerosas familias han emigrado al extranjero. sin garantías para su propio porvenir, desarraigándose del suelo patrio, cuando este país es joven y en su marcha al porvenir necesita de sus gentes.
El problema es más grave en la meseta del Titicaca.
Durante el imperio Tahuantinsuyo, y tal vez antes, cuando el predominio aymará, las poblaciones de la meseta eran relativamente felices. Porque la meseta, no es la región hostil, terrible, improductiva, de que hablan los escritores científicos como literarios. la meseta del Titicaca se le calumnia cuando se dice de ella que es el yermo improductivo y escueto. Imbelloni, en su reciente libro LA ESFINGE INDIANA. resumiendo interesantes investigaciones, prueba una vez más, que a la meseta del Titicaca se le ha calumniado llamándola estéril y ese prejuicio nos ha hecho mucho daño. Esta es una de las tantas leyendas de Tiahuanaco cuyo relato se ha difundido de una manera inexplicable, cuando bastaba inquirir noticias directas a los cultivadores y propietarios de la zona, para ver que es totalmente falsa. Imbelloni reproduce los estudios de Bowman, de Aparicio, Dühn, Copeland. finalmente, para los que conocemos nuestro propio terruño, sabemos que en la meseta se produce el trigo, la avena, el maiz y que en las quebradas andinas florecen admirables jardines y que los eucaliptos y los sauces, y aún los capulis, ofrecen plácida sombra.
La meseta del Titicaca mantenía una población inmensa, y la provincia de Chucuito, era la que más tributo daba a la corona, despues de las tasas impuestas por el Virrey Toledo. Pero hoy aquella población indígena que se sacrificaba en las minas y que era llevada por fuerza a los valles, no tiene los crueles motivos que en la colonia, para disminuir o desaparecer. La población india aumenta cada vez y pronto alcanzará un elevado índice.
El fenómeno se presenta en la meseta del Titicaca, con síntomas de malestar. Hay épocas del año, especialmente entre los aymáras, en que no se trabaja en los campos. La tierra es tarda en la fecundación de las cosechas. Los indios buscan entonces el camino de los valles costeños, de Moquegua y Arequipa, donde mueren víctimas de las tercianas.
el departamento de Puno especialmente en la región ganadera, que es casi la totalidad, si se exceptúa el territorio pequeño, ribereño del Lago. La hacienda es la base económica del departamento de Puno. Sin la hacienda, fracasaría todo principio de riqueza y de bienestar. Pero es necesario estudiar la organización de las haciendas para que ellas puedan hacer bien efectivo a todos los que trabajan en ella y por ella.
El Cusco, por sus valles fértiles y sus extensos bosques, está en mejor situación económica que Arequipa y Puno.
No es tan grave su problema, porque, aunque su población es densa y en crecimiento, sus reservas son grandes.
Los indios decían, aún antes de la guerra europea, de Arequipa: Arequipa, buena tierra, thallaspalla mikucuna, aludiendo a la vida regalada y fácil del hermoso valle del Chili. El Cusco, continúa siendo la gran ciudad que los indios de todos los suyos llamaban con orgullo sumaj llakta. Pero hoy, no hay que juzgar por las apariencias.
Así Arequipa, que es la capital comercial del sur, sostiene su comercio en su mayor parte, con las lanas del departamento de Puno y los productos cuzqueños. Es el muestrario y la mesa bancaria. Por detrás del Misti, hacia el Vilacanota y el Titicaca, es de donde salen los productos que dan movimiento a ese comercio. Aparentemente, la vida de Arequipa es próspera, pero se olvida la sobrepoblación que ha tenido que emigrar de nuestro país.
Por otra parte, la poderosa Compañía ferrocarrilera Peruvian Corporation Ltd. si bien contribuye al sostenimiento de mil empleados en todas sus líneas del Sur del Perú, que bien pueden ser 500 familias, mantiene tarifas, fletes y pasajes asfixiantes, que hacen pensar en estos momentos seriamente a los departamentos de Puno y Cusco, en una salida al mar que libere a sus productos del terrible castigo de los fletes ferroviarios, así como de los impuestos adicionales que muchos productos de la sierra sufren en Mollendo, además de los impuestos locales y nacionales con que son gravados en el terreno de la producción. Ese enclaustramiento comercial, ha de determinar, por medio de la construcción de caminos, nuevas salidas al mar. Puertos nuevos a donde seguramente en no lejano porvenir se desplazará la actividad comercial del sur.
Tenemos pues en primer término, un grave problema que estudiar: el problema económico causante de la despoblación del sur. Necesitamos repoblar nuestros territorios, vivificando las pampas de la Joya, mejorando las condiciones de la meseta para que pueda contener mayor po blación ganadera y perfeccionando la agricultura cusqueña cuyas inmensas reser dignas del Tahuantisuyo.
Necesitamos pensar en las familias del sur que han emigrado de sus hogares para fundar nuevos vínculos lejos del terruño. Hace años que en los famosos enganches de obreros para las salitreras de Tarapacá, han emigrado millares de fuertes y gallardos mozos del sur del Perú a perecer en las calicheras víctimas de la opresión de los capitalistas y de los odios.
Antes de formular doctrinas y hacer declaraciones de principios, los hombres de las generaciones nuevas del Sur del Perú, debemos pensar en estudiar muy seriamente nuestros amplios problemas amenguando los sentimentalismos literarios de ayer.
Mientras tanto, el fenómeno del gamonalismo se expande. El latifundio, la hacienda extensa, es necesaria en