AnarchismRussian RevolutionVíctor Raúl Haya de la Torre

AMAUTA 15 tades que quieren imponer su ley. Toda revolución arribada tiende a convertirse en gobierno de fuerza, todo revolucionario triunfante degenera en conservador. Reconocida la insuficiencia de la política para realizar el bien mayor del individuo, las controversias y luchas sobre formas de gobierno y gobernantes, quedan relegadas a segundo término, mejor dicho, desaparecen. Subsiste la cuestión social, la magna cuestión que los proletarios resolverán por el único medio eficaz la revolución. No esa revolución local que derriba presidentes o zares y convierte una república en monarquía o una autocracia en gobierno representativo, sino la revolución mundial, la que borra fronteras, suprime nacionalidades y llama la Humanidad a la posesión y beneficio de la tierra. Así hablaba el Maestro muchos años antes de la revolución rusa.
Gonzáles Prada, era un psico sociólogo, un profeta, un vidente; de allí que para calificar su acción creara Blanco Fombona su término: Talla en carne viva.
Si las universidades populares, no tienen por escudo el nombre de Gonzales Prada por el ideal libertario que simboliza, no deben llevarlo.
La soberbia producción netamente anarquista de Gonzales Prada tanto en prosa como en verso, se la conoce muy poco o fragmentariamente. Corre dispersa en periódicos y hojas libertarias; y creo que aún no ha sido coleccionada ni menos impresa en un libro. Ella sola es supereficiente para formar corazones y cerebros noblemente anarquistas, esculturados con ático paganismo. No declinó jamás en su ideal. Murió anarquista, de pié, como dice.
Fué su vida una recta vertical ascendente; nò la parabola comun de los mortales.
Dice en acápite aparte: hablar de las agitaciones espirituales de mi patria, se comete tanta injusticia mencionando a Gonzalez Prada y callando a Urquieta, como se cometería nombrando a Úrquieta y silenciando a Gonzalez Prada.
Sin amenguar un ápice la personalidad de su ilustre padre, ya inmortal, muchísimo más justo sería decir, como lo diría parodiándole, el pueblo entero de Arequipa.
Al hablar de las luchas liberales de Arequipa se comete tanta injusticia mencionando al Dr. Urquieta y callando a Francisco Mostajo, como se cometería nombrando a Mostajo y silenciando al Dr. Urquieta. entonces como ahora, Mostajo luchaba en la pobreza con la cruel lucha por la vida. Menos altivez y menos radicalismo, habrían cambiado su situación económica. El, y nadie mejor que él, historiógrafo sobresaliente, hondo conocedor de las cosas, escribirá, o mejor debiera escribir la historia de esa época; pero espíritu ultra generoso no nos dará a conocer toda la verdad vista, conocida y sabida por él. al referirse a Haya de la Torre dice Es el Pablo de Tarso de la nueva religión (Tuvo también su camino de Damasco) Quién sabe si algo de eso hubo también en el doctor Urquieta. Un incidente baladí lo revela: Conversábamos de Gonzalez Prada, cuando nos dijo. Su estilo lo ha tomado de Esquines. y sacando un libro de su buena biblioteca, magnífica en los últimos años, se puso a leernos el Discurso de la corona; pero poco a poco lo cerró, y sin comentario alguno lo puso en su sitio. Pe.
ro después fué el cumplido, el entusiasta reconocedor del Maestro, sin reservas de ningún genero.
Cierto que hace el férvido elogio del Maestro; y bien podría decir que he tomado las hojas del rábano.
Pero esas hojas. achican tanto su raíz.
Como último testimonio de que las universidades populares Gonzáles Prada, llevan este nombre como símbolo de las ideas socialistas avanzadas, tendríamos al mismo fundador de ellas, a Raúl Haya de la Torre; y es seguro que así lo declararía enfáticamente, sin reticencias que no caben en su verbo; por mucho que sea el joven tribuno semi mundial, que tenga que adaptarse al medio en que hace su propaganda. aunque de las propias filas le van algunos tiros, es siempre por lo menos, el pujante propulsor de esa bola de nieve amenazante al capitalista, que viene rodando desde la Siberia. rindiendo homenaje a ese tribuno batallador, dice U: la voz apostólica de Haya de la Torre, crece y se agiganta nó como la sombra de la manoseada metafora con que el cura Choquehuanca aduló la vanidad hipertrofiada de Bolívar, sino como el rugido de la tempestad que se aproxima. Perdón, mi querido amigo; ese Choquehuanca no fué cura. El doctor José Dingo Choquehuanca, puede considerarse como una legítima gloria de la Universidad de La Plata. hoy Sucre la capital boliviana) de los albores de la Independencia; bizo allí sus estudios bajo la dirección del sabio americano (según una carta suya de 1814 aludiendo probablemente a don Bernardo Monteagudo. Parece que nació allí; pero su figuración fue en el Perú. Diputado en 1826, senador en 1832, prefecto de Puno en 1836. Autor de la Estadística de Azángaro. elogiosamente recomendada por el sabio Raymondi.
En cuanto a esa adulación, veamos lo que dice Dora Mayer de Zulen, renombrada polígrafa de América, peruana de corazón y de una excelsa vigorosa mentalidad viril alemana, teniendo a la vista el artículo Centenario del discurso del doctor José Choquehuanca por Luis Crespo, que El Diario de La Paz publicara el de Agosto de 1925. Escribe ella: dijo el doctor Choquehuanca elegido por su capacidad para vocero de sus conciudadanos: Quiso Dios formar de salvajes un gran imperio, y creó a Manco Capac; pecó su raza, y lanzó a Pizarro. Después de tres siglos de expiaciones, ha tenido piedad de la América, yos ha creado a vos. Sois pues el hombre de un designio providencial. Nada de lo hecho atrás se parece a lo que habéis hecho; y para que algo pudiera imitaros, seria preciso que hubiera un nuevo mundo por libertar. Habéis fundado cinco repúblicas, que en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra grandeza, donde ninguna ha llegado. Vuestra fama aumentará así como aumenta el tiempo, y con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el Sol declina. Fíjense los lectores en la cualidad concisa de la palabra, en la visión de las potencias de las nuevas repúblicas que ahora tenemos ya más brillantemente patentizadas, y en la hermosa poesía de las figuras comparátivas del tiempo que aumenta y en la sombra que se agranda al marchar las horas del día mundial del amanecer hacia el ocaso. Palpita en la frase de Choquehuanca una fuerza de emoción que excluye la ornamentación superflua y comprime la idea de modo de hacerla manifestar en condiciones de extracto. Tendrfa que volver un momento tan entusiasta como aquel de la epopeya de la Independencia, para que los hombres pudiesen hablar otra vez entre nosotros con elocuencia tan breve, con panegirico tan superlativo, sin espíritu de adulación.
Vamos, ya es tiempo que termine tanta copia. como concluye Ud. aludiendo al pecado capital de su ilustre padre, también acabaré por allí. Ese pecado. le ha sido ya perdonado. Amó mucho a sus hijos. el suyo, digno vástago, escritor original brillante. Ta. nbién le es perdonado. Ama mucho a su padre.
CHUQUIHUANCA AYULO.
חזון