Civil War

AMAUTA CUENTOS DE LA GABALLERIA ROJA А А POR BABEL CONTINUAMOS CON ESTE CUENTO DE BABEL, TRADUCIDO ESPECIALMENTE PARA AMAUTA. LA LABOR DE DIVULGACIÓN DE LA NUEVA LITERATURA RUSA, INAUGURADA EN UNO DE NUESTROS NÙMEROS ANTERIORES CON LA PUBLICACIÓN DE UN ESTUDIO CRÍTICO DE İLYA EHRENBURG DE UNA NOVELA CORTA DE BORIS PILNIAK. BABEL OCUPA PUESTO PRIN CIPAL EN LA LITERATURA DE LA RUSIA SOVIETISTA. DOS LIBROS, CUENTOS DE ODESSA EL EJÉRCITO DE CABALLERIA. LO HAN COLOCADO ENTRE LOS MEJORES NOVELISTAS JÓVENES. EPICO, REALISTA, BABEL NOS DA, EN SU OBRA, CUADROS SIMPLES FUERTES, DE UN VIGOR UNA EMOCIÓN EXTRAORDINARIOS, DE LAS JORNADAS DE LA GUERRA CIVIL.
estación hay muchas cosas que narrar. Pero, como se dice en nuestro ambiente primitivo, no se puede transportar toda la siciedad de los señores. Por esto te describiré solamente lo que han visto mis propios ojos.
Hace siete días, era una bella y tranquila noche cuando nuestro emérito tren de la división de caballeria, se detuvo en rastov cargado de soldados. Todos nosotros ardíamos del deseo de contribuir a la causa común y nos dirigíanos a Berdichev. Notamos de pronto que nuestro tren no se preparaba a partir, que nuestro Gaveilka no bromeuba y los soldados comenzaban a dudar hablando entre ellos. de quién dependía la parada? realmente la parada fué enorme porque los portadores de sacos, estos enemigos porversos, en medio de los cuales se encontraban muchísimos del sexo femenino, obraban del modo más descarado con las autoridades ferroviarias. Sin ningún miedo se aferraban a las manecillas de los vagones, corrían sobre los techos de fierro, molestaban, importunaban. Cada uno llevaba el acostumbrado saco de sal con un peso a veces de cinco puds.
Pero no duró mucho tiempo el triunfo del capital de estos contrabandistas La iniciativa de los mismos soldados de los vagones dió posibilidad a la ultrajada autoridad de los ferroviarios para respirar libremente. Quedaron solo las mujeres con sus atados. Los soldados tuvieron piedad de ellas y permitieran a algunas entrar en el carro del ganado, Querido compañero redactor: Quiero describirte a ciertas mujeres inconscientes que son dañosas para nuestra causa. Supongo que vosotros, recorriendo el frente civil, del cual habéis tomado nota, no habréis dejado de conocer la antigua estación de Fastov que se encuentra muy lejos, en cierto Estado, en un lugar desconocido. Yo, naturalmente he estado ahí y he tomado la cerveza casera; he mojado en ella los bigotes, pero en la boca no ha quedado nada. De esta No niego que el gobierno, al seguir una política semejante, este de acuerdo con cierta porción del pueblo, cuyo patriotismo se declararía halagado con la mencionada especie de revarcha, mientras que otra porción se inclina a deleitarse con la visión de futuras guerras, una vez que el Perù, rehecho y enriquecido, haya dado nuevo impulso a sus armas.
Aquí firo la raya, sin tachar ni incriminar a nadie por los conceptos distintos de patriotismo que pudiera haber con toda legalidad y honradez.
Yo acepto la frase Nada menos que Tacna y Arica peruanos. Yo volveré a hacerla mía como lo era en mis días de menor experiencia. Yo la respetaré como el grito de la juventud nacional, sacudida de brios para edificar un por venir Pero protesto una y mil veces, con toda la energía de mi corazón, amante del Perú desde que he tenido uso de conciencia, contra la frase antes que los chilenos, los norte americanos.
No; no, y no. Con profunda convicción, con clarovidencia natural digo, y sé que lo dirán conmigo muchos hombres ponderativos del Perú: antes que los norteamericanos, los sud americanos.
Nosotros podremos absorber con el tiempo, de una manera u otra, las dificultades con nuestras pequeñas vecinas, pero demasiado largo tendríamos que beber si quisiéramos vaciar el cáliz que nos administrara el advenido del Norte a las playas del Pacífico Meridional.
No; el que consiente en que Tacna y Arica sean internacionalizadas o neutralizadas, no insiste en que vuelvan a ser peruanas, y el que transige en esta forma, bien podría haber transigido también en otra quizá menos fatal.
Repito una cita que hice en La Tradición del de Enero: El protectorado es el primer y disimulado avance que dan las potencias hábiles hacia el apropiarse de los pueblos pequeños y confiados.
La carta del americanista argentino Ernesto Quesada, ha abierto ya los ojos a los lectores de AmaurA respecto a los añejos designios de Estados Unidos de Norte América. La Gran República, los Estados Unidos de América, quieren bajar al sur, pasando sobre México, Nicaragua y Panamá, a establecer la base naval en Arica, donde situación y clima se prestan a introducir una neta colonia yanqui, piedra fundamental de vastas operaciones en nuestro Continente.
Cuando el separatismo loretano haya puesto más tarde el Amazonas también en manos norte americanas, y allá el clima y el género de las labores no permita que los yanquis labren con propias manos su fortuna, entonces hasta los mestizos, y no ya solamente los indígenas reconocerán que el alabado hombre blanco será siempre un Pizarro o un Cortés para quienes llevan en las venas sangre de Atahualpa o Montezuma.
El honor tal como lo estatuye la opinión reinante, absolutamente no quedaría salvado con la transacción de internacionalizar o neutralizar el territorio de Tacna y Arica. Existe una bandera internacional que suplantaría con ventaja la bandera peruana en el Morro, o estaría de acuerdo con las espectativas hidalgamente sostenidas por una mayoría del pueblo peruano, el que ésta sea suplantada por cualquiera enseña que fuese? Una cosa u otra: o el honor nácional se menoscaba con una transacción, o no se menoscaba; y si no se menoscaba, caen por tierra las objeciones o sugestiones de arreglo que mejor miran por la independencia y dignificación de la raza indo hispana ante la raza sajona de América. Oh, la gloria del Morro con el faro hecho por la Foundation; oh, la gloria de ese Morro desarmado, por el. entusiasmo pacifista de Kellogg, mientras que Norte Amé.
rica se arma hasta los dientes. Gracias por el homenaje que el Tío Sam ideó en pro nuestro, gracias como las que dimos por la ofrenda de la corona. Ahora sí que pido un Canciller de Hierro que sepa enseñar a Kellogg el mismo gesto que se enseñó a Echenique y que sepa negar a la cancillería de Washington lo que niega a la cancillería de La Paz!