Kidnapping

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Lima, Enero de 1927 dido Congreso ni Suprema: prescindido Agente Fiscal en más de cinco meses, hasta en instrucción homicidios de bolivianos en Puerto Pardo teniendo conciencia seria mi actuación verídica, justiciera. Chuquihuanca Ayulo, Agente Fiscal Madre de Dios. Constituído en esa a mediados de junio último, informé a Ud. señor Presidente, personal y verbalmente de la indescriptible situación que me creara el prefecto Velarde, y de su desprecio a la autoridad del Agente Fiscal; de la absoluta resistencia a mi autoridad de parte de ese Prefecto; y lo que es más grave aún, de parte del mismo juez dela. Instancia, doctor Cáceres; también le informé detalladamente de la manera cómo por segunda vez, había sido extrañado de Maldonado, por orden del Prefecto ejecutada por el Subprefecto. Finalmente, hace apenas hace un mes que, con motivo de remitir un resumen de mi foja de servicio en el ramo judicial, decía al Tribunal en mi oficio Nº. 10 de 14 de Julio ppdo. En 25 de Noviembre de 1922, fuí nombrado Agente Fiscal del Departamento del Madre de Dios, sin más que una carta que escribí, sin conocerlo, al señor Ministro de Justicia de entonces, doctor Julio Ego Aguirre, en uno de cuyos ácapites le decía: Ud. sabe señor Ministro, que en ninguna parte de nuestro territorio es más necesario dejar sentir, la verdadera, la más trascendental soberanía por la acción de la justicia, que allá en nuestras distantes comarcas de la selva límitrofes con otros estados donde se rifa hasta el honor nacional. Después de un año del ejercicio de mis funciones de Ministerio Fiscal, en Maldonado, con una austeridad rayana en heroismo, allá en el corazón de la montaña donde la omnipotencia del Prefecto es mucho mayor que la de Presidente de la República, fuí infame y violentamente extrañado en presencia misma del Juez de 1a. Instancia doctor José Antonio Cáceres, el de mayo de 1924, por empleados del Prefecto Carlos León Velarde, a las diez de la mañana, y quienes, esa noche atacaron mi casa domicilio, ataque en el que habria sido asesinado al encontrarme allí. Tras muchos meses de gestionar alguna garantía para el ejercicio de mis funciones en Maldonado, volví allí a los requerimientos del Tribunal. Mas después de cinco meses de tenaz resistencia a mi autoridad de parte de ese Prefecto, que rechazó mis oficios y llegó hasta no recoger siquiera del correo el que le dirigí certificado y con aviso de recepción; y de parte del mismo juez que rechazó mis oficios, que originales envié al Tribunal, y que en más de cinco meses no me hizo citar en instrucción alguna, llegando a eliminarme hasta en la que se siguió por homicidio de dos jefes bolivianos en Puerto Pardo, por el civil Emilio Salas, jefe de la guarnición peruana, instrucción en la que estando yo presente nombró un promotor fiscal; repito despues de más de cinco meses de ese proceder delictuoso, nuevamente fuí extrañado de Maldonado, por orden de ese Prefecto y mediante el Subprefecto señor Emilio Dancuart, que me condujo hasta Astillero. Escarnio y ultraje tan inauditos al mismo poder judicial en la persona del representante del derecho de la ley, de la sociedad, han tenido por causa única y exclusiva, en cuanto a mi se refiere, el hecho de haber acusado a ese Prefecto de duración presidencial, del delito de violación de seis valijas de correo tránsito y sustracción de correspondencia; y al de haberle comprendido en el enjuiciamiento por secuestro y expatriación de diez humildes ciudadanos; y estar preparando otras denuncias; y al hecho de haber denunciado a ese Juez por el delito de detención indebida por ocho días en la cárcel pública, de esos diez individuos que ni siquiera se encontraban en la condición de acusados. Expulsado del lugar de mi residencia como funcionario judicial, despojado de hecho del cargo de Agente Fiscal, tal es mi situación actual; con más heridas morales, muy hondas y tal vez incurables en mis campañas por la justicia como soldado del Derecho, que años de servicios en el ramo judicial, tal es mi foja de servicios. Es ese el procedimiento mío que extraña el señor Presidente? cuando dice que informe en el día porqué he abandonado mi puesto ¿quiere decir ese respetable Tribunal que esas comunicaciones oficiales del Agente Fiscal que suscribe nada valen ni nada significan. Quiere decir que yo soy un mentiroso cínico consuetudinarlo indigno de crédito; y un loco torpe y depravado que después de hacer verdaderos sacrificios, especialmente de dinero y de salud, calumnio al señor Prefecto de haber ordenado mi expulsión, y me vengo al poco tiempo haciendo otros tantos sacrificios? Nó, señor Presidente, si entre los conocidos de esa capital hay en el concepto de ese público una personalidad moral incapaz de mentir: esa personalidad, debo decirlo, sacrificando innata modestia en aras de la justicia y de la verdad vilmente escarnecidas, es la cabeza de turco que escribe estas líneas. qué, en el mismo dictámen del ex fiscal Dr. Valdelomar, que hizo suyo el Tribunal, y lo mandó trascribir al señor Ministro de Justicia ¿no hay estos conceptos. ΕΙ doctor Chuquihuanca, que si bien es cierto que es un magistrado competente, laborioso y honrado a toda prueba, en cambio no tiene la serenidad necesaria para ponerse al márgen de arrebatos provenientes del oficio mismo.
El doctor Chuquihuanca, es un espíritu inquieto, muy sano, demasiado puro, pero ha dado pruebas ya no sólo en esta ocasión sino en otras oportunidades de ser INADAPTABLE a nuestra organización social en el medio jurí. dico.
Para concluír, señor Presidente, permítaseme repetir lo que tantas veces he dicho al Tribunal: En mi misión de Acusador Público, puesto que creo deber a la Nación, no concibo que deba ser yo el ejecutor de mis mismos victimarios contra mi misma persona, que a eso equivaldría mi renuncia. Para mi conciencia de hombre y de funcionario judicial más honroso me sería una condena de separación del puesto, que mi renuncia.
Muy respetuosamente.
CHUQIWANQA AYULO. De El Siglo de Puno)