AMAUTA 17 del Pensamiento Apuntes para una Filosofía o Interpretación ORREDO POR ANTENOR EL ERROR DE LA FILOSOFIA El error capital de la filosofía sistemática ha sido valerse de la razón para construir conceptos, cuando la razón es instrumento para suscitar o trasmitir intuiciones. El concepto es muerto y por eso es una petrificación del pensamiento desde que se formula; en tanto, que la intuición es viva y es siempre una fluencia en aptitud de realizarse o verificarse constantemente.
Lo que comunmente se llama filosofía es el aparato o encadenamiento de razones o de conceptos para expresar una intuición o conjunto de intuiciones. Pero la filosofía no es eso, la filosofía es la intuición misma que ilumina o aclara un sector de la vida o del cosmos.
La filosofía o la intuición de un hombre nunca se gasta o envejece, lo que se gasta es su expresión racional o conceptual que es debida a la circunstancia o a la época en que se produjo. Las llamadas contradiciones de las filosofías son contradiciones de razones, contradiciones conceptuales, porque en verdad las filosofías, es decir, las intuiciones no se contradicen nunca, se integran en razón de que cada una de ellas se incorpora al acervo del conocimiento humano y son eternas como la verdad que revelan.
Pondré un ejeinplo citando las dos intuiciones sobre unidad y multiplicidad del universo. La simple formulación racicnal ya establece de hecho una contradicción verbal evidente y esta contradicción se produce porque desviamos a la razón de su actividad funcional. Tomamos la razón como la intuición misma cuando es mera conductora de ella.
Si al estudiar o comprender una filosofía fuéramos directamente a la intuición o intuiciones que expresa sin curarnos de su expresión racional, o mejor, asignando a la razón su mero papel de vehículo, llegaríamos siempre a la armonía integral y jamás a la contradicción.
LA FUNCION DE LA RAZÓN No se trata del desplazamiento de la razón en el proceso que sigue la inteligencia hacia el conocimiento.
Se trata, más bien, de rehabilitarla hacia su verdadera y propia función conductora, hacia su ejercicio vehicular, si me es permitido el adjetivo.
En efecto, la razón en la filosofía occidental ha excedido con frecuencia su virtualidad legítima para confundirse con el conocimiento o con el pensamiento mismos. La razón es vehículo expresivo, es vestimenta, es instrumento del pensamiento y nada más. Es la mediadora que lo humaniza, lo trasmite, lo moviliza a la conciencia de los hombres.
La razón cambia y se transforma con las culturas y con las épocas, es la gran adaptadora, en tanto que el pensamiento permanece el mismo en su esencia, aunque sea distinta su vestimenta o envoltura racional.
La razón no vale por si misma, vale por el pensamiento que moviliza. La razón conduce la verdad, pero no nos conduce a la verdad. Razonamos para trasmitir el pensamiento, pero no para encontrarlo o percibirlo.
Cuando hemos encontrado una verdad encontramos razones para expresarla pero nunca llegamos a ella razorando si nuestro espíritu no la ha percibido directamente.
Las razones más sutiles no nos convencen de nada ni nos enseñan nada si somos incapaces de descubrir y comprender determinada verdad. La lógica es una ordenación para expresar bien un pensamiento pero nunca para crear o descubrir el pensamiento.
ELASTIZAMIENTO DILATACIÓN DEL CONCEPTO RAZÓN Es preciso considerar la razón ya no sólo como simple instrumento especulativo, cual se ha considerado hasta ahora en la filosofía, sino como instrumento de expresión vital e histórica que se desplaza fuera de la conciencia del hombre. Talvez esto llegue a escandalizar a cierto puritanismo de la filosofía, doméstica y profesional, pero no encuentro otro término más adecuado y apto para expresar esta idea.
Tan razón es una catedral gótica del pensamiento gótico, porque es un símbolo, como la reminiscencia que Sócrates pone en el Fedón como una de las razones de la inmortalidad del alma. Nuestras razones son los símbolos de nuestros pensamientos porque los expresan, los revelan a los otros. Del mismo modo, el aeroplano, los estadios deportivos, el radio, la filosofía pragmática y vitalista, el ideario social y el periodismo son las razones que expresan el espíritu contemporáneo.
Hasta ahora se ha dado carta de naturaleza a la razón subjetiva, a la vestimenta que sirve de envase trasmisor a nuestros pensamientos que no llegan a objetivarse morfológicamente, a nuestro conocimiento que se organiza en un sistema o, en alegato o argumentación.
Es preciso restablecer a la razón en su plenitud funcional. La construcción de un puente, de un edificio o de un aparato mecánico es la revelación de un pensamiento o una serie de pensamientos y, por lo tanto, la presencia morfológica de estas obras es la razón del pensamiento que las concibe y las realiza.
La rutina nos ha acostumbrado a considerar a la razón con una existencia únicamente verbal, amputando su realidad, cuando ella es más dilatada y rica. Sin el puente o el aeroplano el pensamiento que los concibió no se trasmitiría en toda su viva realidad. Ellas son las razones de los pensamientos que los conciben porque son sus vehiculos trasmisores. La razón tiene pues una función tanto sugestiva y verbal como morfológica, física y tactil.
Registrado el error capital de la filosofía, determinada la función expresiva de la razón y dilatado el concepto ordinario de esta última no queda sino examinar el pen samiento como historia, el pensamiento como ética, el pensamiento como estética, cada uno de los cuales será objeto de capítulo aparte. De Helios. libro en preparación) L U A DOR la esperanza la angustia la emoción Ν TRECES chocoteó en su corazón cubilete los dados falsos INTUICION CALCULO volcó sobre el tapete los cubos de la ventura en los ojos agrandados se le incrustan como leznas los ocho puntos de dos CUADRAS se queda sumido en la miseria del sueño ROBERTO LATORRE Cuzco