AMAUTA 20 la paz.
en la poesía francesa moderna. Los críticos superficiales, no encontrando en el motivos sociales, no ven el lazo que existe entre su poesía y la revolución, y sin embargo toda la obra poética de Pasternak, las borrascas cegadoras que rugen en sus versos, su sintaxis modernizada hasta el paroxismo, la frescura primitiva de sus imágenes, en fin toda su poesía, está mucho más cerca de la naturaleza de la revolución que las crónicas rimadas de ciertos versificadores canonizados. La poesía que en los simbolistas tendía a revestir una monotonía vaporosa y en los constructivistas la monotonía del vapor utilitario, adquiere aquí el cuerpo de la materia concretada.
No nos faltan poetas de primer orden, como por ejemplo Mandelstam y Tikhonof, para no citar sino a estos dos.
Conservando en sus versos la apariencia de un asunto bien determinado, Mandelstan, ha ido a la literatura consciente, poesía comprendida como un encadenamiento de sonidos, lo: que era antes la meta de los extremistas futuristas. En cuanto a Tikhonof, es un joven poeta, salido de los cuadros del ejército rojo que ha hecho la guerra civil. En sus baladas, el romanticismo, se une furiosamente a las imágenes naturalistas ya la terminología moderna.
Ha existido en Rusia, un gran número de grupos poèticos llamados proletarios. Estos poetas que diferían poco de los demás, se han dedicado a la creación más o menos artificial de un arte específicamente proletario. Sólo Trotski, en su interesante libro, La Literatura y la Revolución ha alzado la voz contra este punto de vista. Tales grupos no han dado nada de sobresaliente; el más remarcable de sus poetas es Kazin que pone el vocabulario profesional al servicio de la lírica pura.
chura o estrechez de la ruta común, los compañeros que iban por uno y otro lado del camino, disputaban o hacían El primero, cronológicamente, fué Pilniak, quien ha canonizado el caos nacido de la revolución y ha hecho del desorden un procedimiento literario. Ideológicamente, Pilniak ha desarrollado una concepción original de la revolución. Esta le parecía la bienhechora revuelta de los campesinos rusos contra la Rusia de las ciudades, Rusia europeizada, obra de Pedro el grande. Su novela El Año Desnudo. queda como un perfecto testimonio del año que, desnudo en efecto, fué sin embargo el más importante de todos los años de la historia rusa. En cuanto al aspecto exterior de los libros de Pilniak, está constituido por la trascripción fiel de los diálogos escuchados, de extractos de diarios íntimos, de cartas privadas, de órdenes del día, etc.
El cosaco Ivanof y la Seifulina han dado obras muy fuertes de la época de la guerra civil. La materia bruta juega en ellos un rol preponderante; tan vez prevalece por el peso sobre los creadores, mismos. Como Pilniak y muchos otros, son adeptos a la orientación llamada oriental en la literatura rusa. Denigran el asunto como intriga y no tienen en cuenta la arquitectura de una obra literaria. Su estilo recuerda por su coloración decorativa los bordados campesinos. Hacen con frecuencia folkloré.
Bebel, que ha tomado mucho al espíritu del pueblo, así como a su lenguaje que se ha manifestado tan ricamente en los años revolucionarios, lo ha elevado hasta el punto de converti lo en gran arte. Los cuentos de su libro La caballería de Budenny nos muestran los incidentes, los sovie s, los trenes blindados y también los hombres. Aquí la revolución es simple y terrible como todas las cosas graves y humanas. Babel cuenta las esperanzas y la tortura de las gentes con una objetividad bíblica.
Como contrapeso de estos orientales. tenemos una corriente literaria cuyos representantes miran constantemente hacia Occidente. Estos consideran el asunto como la piedra angular y en el dominio del lenguaje están influenciados más bien por el argot de los diarios que por las búsquedas etnográficas. El mayor es Zamiatin. Un hombre de temple europeo, ingeniero naval, que ha puesto en sus escritos la precisión de un compás. Sus Insulares son una dura sátira para Inglaterra, sobre esta civilización a la cual él debe mucho y cuyos males le son bien conocidos. Su manera satírica es eficaz y mordiente y su única novela Nosotros. aparecida recientemente en las traducciones inglesa y alemana, no ha podido todavía ser publicada en Rusia.
Se puede anexar a esta misma tendencia literaria a Lidin y la mayor parte de los jóvenes escritores de Leningrado que se han agrupado en una especie de círculo y que son conocidos bajo el nombre de Hermanos Serapion. Entre ellos Felin ha dado no hace mucho tiempo una novela remarcable, Las Ciudades y los Años. que representa muy bien la flaqueza del intelectual ruso de viejo molde ante el soplo de la revolución.
El nacimiento de la nueva prosa rusa ha coincidido con el cambio de ritmo de la revolución y con un relajamiento que caracteriza lo que se llama la nep (nueva politica económica. Un cierto excepticismo ha reemplazado al reciente entusiasmo incondieional. He aquí que comenzó la reducción del personal de los gastos, de los proyectos, de la fantasía. Las muchachas que ayer no mas copiaban los cuadros de los palacios de arte se alinearon en la ca.
lle y se pusieron a gritar: Medias de seda. Perfumes Houbigant. Los excamaradas han recibido pan blanco, pero en cambio hạn descendido hasta no ser más que simples, ciudadanos. El dinero ha dejado de ser un término abstracto. El día de la autorización para la reapertura de los bares, han hecho en seguida su reaparición los fracs de los mozos: han tenido mucha más longevidaa qne otras cosas!
Pero los panecillos blancos y las monedas de plata han sido pagados caramente. Una gran tragedia ha sido vivida por nuestra juventud, esta vanguardia cuyo destino era la retirada. Los libros han venido a ocupar el lugar de las bayonetas. Eran naturalmente libros de antes de la revolución. La vida que estaba descrita en ellos se había tornado extranjera, los heroes extravagantes y de esta manera las novelas que se leían parecían ser novelas de la edad media. Entonces se hizo sentir imperiosamente la necesidad de una literatura que reflejaba la vida nueva y los hombres nuevos. De otro lado, el apaciguamiento que se acababa de producir, permitió imprimir no solo volumenes de versos. La era de la prosa ha venido así a reemplazar la era de la poesia.
És interesante notar que no todos los escritores formados en el tiempo anterior a la revolución han podido acertar en la nueva materia. En cambio toda una pléyade de jóvenes ha surgido. No ha habido casi comunistas entre ellos, pero tampoco ha habido gentes hostiles a la revolución de octubre. Los comunistas los han bautizado con el nombre de compañeros de viaje y, en razón de la an¿Cual es la mañana de nuestra literatura? Su porvenir es el porvenir de Rusia misma. Hace ya largo tiempo, antes de la guerra, que el poeta simbolista Alejandro Blok, mirando por azar por la ventana delº vagón de un tren, na exclamado proféticamente. He aquí la estrella de la América nueva!
En Rusia, como en todas partes, ha llegado el tiempo del romanticismo mecánico. No es ya un futurismo (Pasa a la página 25)