AMAUTA 15 dora. La noche, acabada la labor, me baño con mis nuevas hermanas, asombrosamente robustas, tranquilas y bellas y canto coma una verdadera campesina.
Luce, luce, bella luna clara, caliéntanos, ohé, caliéntanos hermoso Sol.
Se deja a la voluntad de cada uno cuándo y cómo debe ayunar. Nosotros adoramos al Dios uno de Sebaoth y su Hijo el Salvador. No solamente los màrtires sino la Virgen misma no deben ser adorados, pues es idolatría tanto como lo es la adoración de íconos. La vida de los simples de espíritu que se mutilan voluntariamente por el amor de Cristo, no es agradable a Dios, pues lo imbécil es feo. lo mismo que viendo el fuego, no le suponemos las propiedades del agua, ni al agua aquellas del fuego, igualmente no se pueden suponer al vino y al pan las propiedades de la sangre y de la carne. Igualmente el matrimonio no es un sacramento sino amor; ante reunión de hombres y de mujeres, los padres bendicen al prometido y la prometida, como en la boda de Tobías.
El único libro es el libro de los libros (la Biblia. se debe vivir conforme a las leyes bíblicas. Honra a tú padre y a tu madre, ama a tu prójimo, no maldigas, piensa en el señor tu Dios y en su imágen que tú llevas en tí mismo.
La única ceremonia que se debe practicar es la del Santo Beso. Nuestro único gobierno es nuestra conciencia y nuestras costumbres fraternales. La vieja me dió camisas de tela ordiuaria, tejida en la casa, que me herían la carne; me dió trajes de campesina, un fichú blanco, botines y también un espejo chico. Los hermanos, venidos de sus chacras, se reunieron en la isla. Los hermanos se sentaron a la derecha, las mujeres a la izquierda. Yo bese primero a todas las mujeres, después a todos los hombres. así devine la mujer de Marcos. Ven acá hija mía, dijo el viejo Donato.
Me tomó por la mano y me hizo sentar a su lado acariciándome paternalmente. Me dijo que todos aquellos que estaban reunidos allí eran mis hermanos y hermanas, mi nueva familia. Uno por todos y todos por uno; se lava la ropa sucia en familia. Si alguien llega a la casa hay que servirle de comer y beber, tratarlo con consideracion y partir todo con él, pues todo es bien común.
Todos los hombres eran fuertes y anchos de espaldas como Marcos. Las mujeres resplandecían de salud y bëlleza, y vestidas todas de blanco, tenían una apariencia cuidada.
Marcos. Me acuerdo bien de aquella noche en que conduciendo dos caballos, vino a buscarme a la comuna; me acuerdo de nuestra cabalgata a travez de la estepa.
Habia permanecido sola en el departamento de las mujeres respirando el olor de la selva y pensando que era la última etapa de mi vida, que yo iba a perder mi libertad. Marcos se marchó a la estepa y al día siguiente en la mañana partí a reunirme con él.
Ahora conozco nuestra labor de verano, conozco nuestra dura labor de campesinos. Mis manos se han vuelto callosas, mi cara es morena como la de una labraLas noches son estrelladas como en otoño y la tarde es como un vino azul derramado sobre la estepa. L2 alquería se prepara para el invierno, se guarda el grano dorado en las artesas, los rebaños vuelven de la estepa y los hombres aportan el heno.
Marcos conversa poco conmigo, viene de improviso de noche, me acaricia sin decirme nada y sus brazos son duros como el hierro. Marcos no tiene tiempo de con versar coninigo. Es mi amo, pero es también mi herma no, mi protector y mi camarada. La víspera me asigna el trabajo y, mitad alabando mitad instruyendo, me hace una caricia en la cabeza. No tengo tiempo de reflexionar. Qué deliciosamente huele el sudor, aún cuando es sucio!
He aprendido a anudar mi fichú como las otras mujeres.
Una noche cuando Marcos entraba a la casa. Levántate, ven, me dijo.
Nos esperaban los caballos en el patio, donde Donato estaba ya con un hombre qne yo no conocía. Tomamos la estepa. La noche estaba negra, sombría. Caía una lluvia fina. Donato iba a la cabeza. donde vamos? pregunté a Marcos. Paciencia, lo sabrás.
Pronto nos encontramos a la vista del castillo, cruzamos la quebrada y nos detuvimos detrás de los pesebres.
Los hombres se apearon y me ordenaron que los imitase.
El desconocido se quedó guardando los caballos. Nosotros nos acercamos completamente al foso. Donato volteó a la izquierda en tanto que Marcos y yo nos dirigiamos hacia el castillo. donde vamos Marcos? pregunté. Despacio, vamos donde están los caballos, respon dió. Quédate aqui. Si ves a alguien, pega un silbido y vé a buscar los caballos. Si oyes un ruido toma tu caballo y escapa a la estepa. Yo vendré también.
Marcos se alejó. Yo me quedé esperando, espiando. Habría podido desobedecer a Marcos?
Yo no tengo mas patria que las chacras perdidas en la estepa, no tengo mas persona en el mundo que Marcos. En alguna parte del castillo dormían Semion Ivanovitch y Victor.
Tanto peor. El castillo envuelto en la noché tenía un aire pesado y sombrio. Llovia. Yo no tenía ningún temor, pero mi corazón palpitaba de amor, de amor y de devoción. No soy mas que una esclava.
Marcos se aproximó de súbito, sin que yo lo hubie.
se visto venir, y me tomó por la mano, me condujo hacia el foso, donde se encontraban nuestros caballos kirghis rápidos y malvados como el viento. Marcos me ayudó a montar, montó él también. Silbó y asiéndome con el brazo el cuerpo, me puso atravesada sobre su silla. Apretándome contra su pecho, con la cabeza inclinada sobre mi, dió un grito salvaje y se lanzó en la estepa, en la inmensidad de las estepas de otoño.
El levante se armaba con su coraza púrpura, el Sol se erizaba de lanzas, cuando nosotros llegamos a la chacra distante donde Donato y el otro, el desconocido, impasibles, estaban ya sentados a la mesa. Cuántas jornadas bellas y alegres tengo todavía dela:ite de mi?
TRADUCIDO ESPECIALMENTE PARA AMAUTA Dibujo de Albert Marquet