10 AMAUTA do nunca a una factoría ni descendido jamás a la galería de una mina, no conocen más negocio que el de colectar dinero para lanzarlo como capital en aventuras industriales expuestas a toda clase de riesgos y peligros.
El resultado de todo esto es a menudo un desastroso y estúpido exceso de concentración que lleva a bancarrotas (disfrazadas como reorganización) que revelan la más asombrosa ignorancia técnica y ceguera econòmica de parte de aquellos hombres, reputados en gran estima, como directores de vastas combinaciones industriales, y que reciben enormes sueldos como retribución de una habilidad mística que solamente existe en la imaginación de los accionistas.
UNA SITUACIÓN CONFUSA Todo esto socava perennemente la justificación moral del Capitalismo. La pérdida de la fé popular en este sistema ha ido más allá que cualquier progreso obtenido por el Socialismo en la difusión o en una comprensión inteligente de su doctrina. Consecuencia de esto es que el final del primer cuarto del siglo veinte encuentra a la situación política de Europa confusa y amenazadora. Todos los partidos políticos diagnostican peligrosas enferme dades sociales y la mayor parte de ellos proponen desastrosos remedios Los Gobiernos nacionales, cualquiera que sea el antiguo lema de partido que enarbolen, se encuentran controlados por financistas que solamente siguen la huella de gigantescas usuras internacionales, sin tener en cuenta ningun beneficio público y que, además, no tienen ninguna cualidad técnica, excepto su familiaridad con los negocios rutinarios de la ciudad, perfectamente inaplicable a los negocios públicos, pues en aquellos se trata exclusivamente de acciones, cambios de moneda y asuntos bancarios de capital o crédito.
Estas operaciones, aunque válidas en el mercado de dinero. por ejemplo cuando se hacen opearciones de cambio sobre utilidades futuras a cambio de dinero cashi. generalmente hechas por una pequeña minoría de personas que pueden darse el lujo de negociar así, pues disponen de dinero superfluo para ello, desaparecerían bajo la presión de cualquier medida política general, como por ejemplo tomaremos una justificable y popular aunque peligrosa un tributo al capital. Esta medida traería como consecuencia un mercado en el cual todos serían compradores y no habría vendedores, elevando el tipo bancario al infinito, haciendo quebrar a los bancos y dejando a la industria en absoluta inanición debido a la transferencia de todo el cash disponible para salarios a la tesorería nacional.
Desgraciadamente, los partidos proletarios parlamentarios comprenden esto tan poco como sus oponentes los capitalistas. Claman por un tributo al capital y los capitalistas en lugar de admitir francamente que el capital, como ellos lo consideran, es un fantasma y que la idea de que una persona con una renta de cinco libras representa para el Estado una inmediata cantidad de dinero disponible de cien libras, apesar de que esta operación puede considerarse factible entre un puñado de inversionistas y manirrotos en la oficina de un comisionista. es una pura ficción cuando se aplica a toda una nación, ignorantemente defienden sus recursos imaginarios como si realmente existieran y confirman así el error del proletariado en lugar de educar a éste.
Los financistas tienen su propio ignis fattus. que es el de que pueden doblar el capital del país y así dar un inmenso estímulo al desarrollo industrial y a la producción inflando la moneda hasta que los precios se eleven a un punto en que mercaderías marcadas primitivamente cincuenta libras valgan cien. Una medida que no ocasiona ningun bien nacional, pero capacita a todo deudor para robar a su acreedor, y a todas las compañías de seguros y fondos de pensión para reducir a la mitad las provisiones para las cuales han sido pagadas.
La historia de la inflación en Europa, desde la guerra 1914 18, dando como resultado el empobrecimiento de los pensionistas y empleados públicos con una pequeña renta fija, ha hecho ver a las clases medias las horrorosas consecuencias de abandonar la dirección de las industrias y finanzas, al políticamente ignorante, inhabil y antipatriota práctico hombre de negocios.
EXPLOTANDO EL TERRITORIO EXTRANJERO Mientras tanto la movilidad del capital origina luchas por la posesión de explotables territorios extranjeros. lugares en el sol y la luna) dando ocasión a guerras que amenazan no solamente a la civilizacion sino a la existencia humana, pues los antiguos combates a campo raso entre grupos de hombres en los cuales las mujeres nada tenían que hacer, son reemplazados por ataques desde el aire sobre la población civil, en la cual mujeres y hombres son asesinados sin distinción y con la consecuencia de que el reemplazo de los muertos sea imposible. Las reacciones emocionales después de estas guerras toman la forma de agudos errores que, llevados adelante, aceleran la revolución contra el Capitalismo, infortunadamente sin producir ninguna concepción viable de una alternativa.
El proletariado se torna extremamente terco. No crée más en aquellos que apelan a él para que haga sacrificios y esfuerzos adicionales, con el objeto de reparar las pérdidas ocasionadas por la guerra. El principal fundamento moral del sistema de la propiedad privada se rompe.
Solo la confiscación de utilidades no ganadas, las extensiones del comunismo nacional y municipal y, sobre todo, los nuevos subsidios en ayuda de los salarios, obtenidos de los gobiernos por medio de la violencia, debido a amenazas de paros y huelgas, nacionalmente desastrosos, inducen al proletariado a continuar operando el sistema capitalista ahora que la antigua necesidad, fundamental en el capitalismo, de trabajar o morirse de hambre, como alternativa, tiene que ser descartada en su primitiva crueldad. El obrero que ahora rehusa trabajar puede acogerse al subsidio público (que finalmente procede de la renta confiscada de la propiedad) hasta un punto imposible antes.
LIMITACIONES DE LA DEMOCRACIA Ni la Democracia, o sea el derecho al voto de todo el mundo, ni tampoco la educación obligatoria, producen wollen Bernard Shaw