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A MA T 3 XI LIMA 1926 DOCTRINA ARTE LITERATURA POLEMICA ARTE, REVOLUCION DECADENCIA Conviene apresurar la liquidación de un equivoco que desorienta a algunos artistas jóvenes. Hace falta establecer, rectificando ciertas definiciones presurosas, que no todo el arte nuevo es revolucionario, ni es tampoco verdaderamente nuevo.
En el mundo contemporáneo coexisten dos almas, las de la revolución y la decadencia. Solo la presencia de la primera confiere a un poema o un cuadro valor de arte nuevo.
No podemos aceptar como nuevo un arte que no nos trae sino una nueva técnica. Eso sería recrearse en el más falaz de los espejismos actuales. Ninguna estética puede rebajar el trabajo artístico a una cuestión de técnica. La técnica nueva debe corresponder a un espíritu nuevo tambien.
Si no, lo único que cambia és el paramento, ei decorado. una revolución artística no se contenta de conquistas formales.
La distinción entre las dos categorías coetáneas de artistas no es facil. La decadencia y la revolución, así como coexisten en el mismo mundo, coexisten también en los mismos individuos. La consciencia del artista es el circo ago.
nal de una lucha entre los dos espíritus. La comprensión de esta lucha, a veces, casi siempre, escapa al propio artista. Pero finalmente uno de los dos espíritus prevalece.
El otro queda estrangulado en la arena.
La decadencia de la civilización capitalista se refleja en la atomización, en la disolución de su arte. El arte, en esta crisis, ha perdido ante todo su unidad esencial. Cada uno de sus principios, cada uno de sus elementos ha reivindicado su autonomía. Secesión es su termino más característico. Las escuelas se multiplican hasta lo infinito por que no operan sino fuerzas centrifugas.
Pero esta anarquía, en la cual muere, irreparablemente escindido y disgregado el espíritu del arte burgués, preludia y prepara un orden nuevo. Es la transición del tramonto al alba. En esta crisis se elaboran dispersamente los elementos del arte del porvenir. El cubismo, el dadaismo, el expresionismo, etc. al mismo tiempo que acusar una crisis, anuncian una reconstrucción. Aisladamente cada movimiento no trae una fórmula; pero todos concurren. aportando un elemento, un valor, un principio. a su elaboración.
El sentido revolucionario de las escuelas o tendencias contemporaneas no está en la creación de una técnica nueva.
No está tampoco en la destrucción de la técnica vieja. Está en el repudio, en el desahucio, en la befa del absoluto burgués. Él arte se nutre siempre, conscientemente o no, esto es lo de menos del absoluto de su época. El artista contemporáneo, en la mayoría de los casos, lleva vacía el alma.
La literatura de la décadencia es una literatura sin absoluto.
Pero así, solo se puede hacer unos cuantos pasos. El hombre no puede marchar sin una fé porque no tener una fé es.
no tener una meta. Marchar sin una fe es patiner sur place. El artista que más exasperadamenle escéptico y nihilista se confiesa es generalmente el que tiene más desesperada necesidad de un Mito.
Los futuristas rusos se han adherido al comunismo: los futuristas italianos se han adherido al fascismo. Se quiere mejor demostración histórica de que los artistas no pueden sustraerse a la gravitación política? Máximo Bontempelli dice que en 1920 se sintió casi comunista y en 1923, el año de la marcha a Roma, se sintió casi fascista. Ahora parece fascista del todo. Muchos se han burlado de Bontempelli por esta confesión. Yo lo defiendo: lo encuentro sincero.
El alma vacía del pobre Bontempelli tenía que adoptar y aceptar el Mito que colocó en su ara Mussolini. Los vanguardistas italianos están convencidos de que el Fascismo es la Revolución. César Vallejo escribe que, mientras Haya de La Torre piensa que la Divina Comedia y el Quijote tienen un substrato político, Vicente Huidobro pretende que el arte es in dependiente de la política. Esta aserción es tan antigua y caduca en sus razones y motivos que yo no la concebiría en un poeta ultraista, si creyese a los poetas ultraistas en gra. do de discurrir sobre política, economía y religión. En esta, como en otras cosas, estoy naturalmente con Haya de la Torre. Si politica es para Huidobro, exclusivamente, la del Palais Bourbon, claro está que podemos reconocerle. su arte toda la autonomía que quiera. Pero el caso es que la política, para Haya, y para mi, que la sentimos elevada a la categoria de una religión, como dice Unanumo, es la trama misina de la Historia. En las épocas clásicas, o de plenitud de un orden, la política puede ser solo administración y parlamento; en las epocas románticas o de crisis de un orden, la politica ocupa el primer plano de la vida.
Así lo proclaman, con su conducta, Louis Aragon, André Bretón y sus compañeros de la revolución suprarrelista. los mejores espíritus de la vanguardia francesamarchando hacia el comunismo. Drieu La Rochelle, que cuando escribió Mesure de la France y Plainte contra inconnu. estaba tan cerca de ese estado de animo, no ha podido seguirlos; pero como tampoco ha podido escapar a la politica, se ha declarado vagamente fascista y claramente reaccionario.
Ortega y Gasset es responsable, en el mundo hispano, de una parte de este equivoco sobre el arte nuevo. Su mirada así como no distinguió escuelas ni tendencias, no distinguió al menos, en el arte moderno, los elementos de revolución de los elementos de decadencia. El autor de la Deshumanización del Arte no nós dió una definición del arte nuevo. Pero fomó como rasgos de una revolución los que corresponden típicamente a una decadencia. Esto lo condujo a pretender, entre otras cosas, que la nueva inspiración es siempre, indejectiblemente, cómica. Su cuadro sintomatológico, en general, es justo; pero su diagnóstico es incompleto y equivocado.
No basta el procedimiento. No basta la técnica. Paul Morand, a pesar de sus imágenes y de su modernidad, es un producto de decadencia. Se respira en su literatura una atmósfera de disolución. Jean Cocteau, despues de haber coqueteado un tiempo con el dadaismo, nos sale ahora con su Rappell a ordre.
Conviene esclarecer la cuestión, hasta desvanecer el último equívoco. La empresa, es difícil. Cuesta trabajo entenderse sobre muchos puntos. Es frecuente la presencia de reflejos de la decadencia en el arte de vanguardia, hasta cuandó, superando el subjetivismo que a veces lo enfermo, se propone metas realmente revolucionarias. Hidalgo, ubican