Individualism

AMAUTA 25 LA NUEVA EDUCACION POR CARLOS VELASQUEZ La educación, después de una larga y veleidosa etapa de elucubraciones simplistas y de vácua retórica, se ha plegado a la visión de Alejandro Bain, y, al amparo del evolucionismo. notable proceso de los nuevos tiemposha ascendido a la alta dignidad de las ciencias.
Por fortuna, ya va cesando la candidez de los pseudo rómánticos de la pedagogía, de todos aquellos que con una fácil adjetivación y con un puñado de ideas cogidas en las casas de préstamos, se creían aptos, capaces de pe netrar en el espíritu de uno de los más difíciles menesteres que le es dable realizar al ser humano: el de preparar hombres, pues la formación del hombre, como ya lo dijo el esteta Guyau y como lo afirman maestros de recia contextura filosófica es la más alta profesión humana. la educación, siempre al servicio de la humanidad, es una de las grandes y pujantes fuerzas que convergen a tan noble fin, el de poner en los brazos de la sociedad hombres que sepan aprovechar las energías de su tiempo, que avancer al compás de los más nobles ideales y que sean capaces de poner su proa visionaria en dirección de ese mundo ideal con que soñaba Zaratustra, el inquieto personaje de Nietzche.
La educación, así ennoblecida y dignificada, sigue el ritmo evolutivo, busca el tema de nuestro tiempo. para usar una frase de Ortega y Gasset, y se hace intérprete en cada hora y en cada época. de los signos de luz que ahuyentan las sombras del conformismo, del escuálido y agónico tradicionalismo, de las vejeces hechas sistema y por eso siempre adheridas a la roca del estatismo y de la pasividad.
La educación así concebida, y ya libre de las pretensiones de sus explotadores, tiene que tener una recia e inconmovible fundamentación, la que, en obsequio a la brevedad, vamos a sintetizar así: 10 Debe tener un fundamento biológico; 20psicológico; 30sociológico; 40económico 50 idealista o ético filosófico.
Toda: educación debe apoyarse necesariamente en la biología. La herencia, por ejemplo, es uno de los máximos problemas encomendados a esta ciencia y uno de los que más interesan al nuevo maestro, afanoso de las verdades biológicas y desconfiado de las disquisiciones metafísicas, de las que hasta ahora no puede desprenderse la educación. Hay que penetrar, pues, en las intimidades somáticas y hay que hacer consideraciones anamnésicas para trazar el perfil biológico del sujeto, en el que está la clase de su psiquismo. El módulo biológico, el carnet fisiológico, la ficha antropométrica son una necesidad en la nueva escuela y para obtenerlos hay que hacer fraternizar a la biología con la educación. Por esto, el maestro celoso de perfección, sediento de saber, el maestro que reniega del pachequismo pedagógico, tiene que familiarizarse con el mismo amor con que lo puede hacer un buen médicocon los estudios e investigaciones de Lamark, Darwin, Weissman, De Vries, Morgan, Von Euxküll, Mendel, Le Dantec, Conklin, Ramón y Cajal, Marañon, etc. etc. y de otros prohombres de la ciencia, cuyas valiosas conquistas experimentales ponen un reguero de luz en nue tras sendas. El individualismo psíquico, la originalidad de cada ser, no pueden explicarse si se desconoce el individualismo biológico. La madre natura, esa gran esquiva, solo se nos entrega una vez. Por esto cada uno de nosotros somos originarios, únicos, poseedores de un yo inconfundible, como si el molde específico en que la naturaleza nos vació se hubiese roto en el instante mismo en que vinimos al mundo, tal como lo dice el gran Ramón y Cajal en una de sus más sabias charlas.
Las maravillas del biologismo, nos llevan a las intimidades subjetivas, al yo espiritual, al vasto mundo de la conciencia, más allá del cual aparecen. así como en un claro obscuro los dilatados panoramas de la subconciencia, tan hábilmente escrutados por Freud, el mago del psicoanálisis. Biologismo y psicologismo son términos fiaternos y ambos se funden y se complementan para formar la unidad espiritual. La naturaleza originaria, la vida instintiva, los fermentos emotivos, el aprendizaje, los sentimientos, las doctrinas psicoanalistas y behavioristas, la psicología de Mc Dougall. etc, etc, necesitan para su comprensión de los auxilios de la biología, base de la nueva psicología dinámica, funcional y diferencial, pues nuestro yo está regido por el principio de las diferencias individuales, hecho ya un dogma desde los tiempos de Salton, el gran propulsor de la antropología, rebustecido con los aportes experimentales traídos por Stern, Binet, Thandike, Terman, Monroe, y demás investigadores de los tests psicológicos o reactivos mentales, ya de notable variedad y eficencia: de inteligencia general (individuales y colectivos. de kindergarten, de deficiencia mental, de habilidad mecánica, de acción o de performance. vocacionales, objetivos o de instrucción, etc.
y otros tipos de tests que vienen proporcionando valiosísimas sugerencias a la ciencia de la educación.
El maestro: el educador, cual si fuera un gran escrutador de almas, un sondeador de conciencias, debe penetrar con los recursos del amor y de la ciencia en la vida interior de los escolares; entrar dentro, muy dentro del yó infantil, con esa amable y risueña intuición a que hace referencia el autor de la Evolución Creadora. Sólo conociendo al niño, sabiendo lo que es y lo que vale mentalmente se le puede educar con eficiencia y con ahorro de energías; sólo amando al niño, observándolo sistemática y pacientemente y conociendo su calibre de inteligencia general, que se obtiene mediante el uso de los tests psicológicos (el cociente intelectual determinado en la Escala de Clasificación Mental de Terman, sirve admirablemente para este fin. averiguando su distinción psíquica, podemos encauzar su naturaleza originaria a fin de edificar sobre ella su naturaleza adquirida, resultante de la educación, del influjo social, de las sugerencias del ambiente.
Todo en la actual escuela gira al rededor del niño y de sus propios intereses. La pedagogía apriorística, dogmática y metafísica está pasando a la categoría de las antigüedades. En su lugar se lucha en pro de la psicologización de la enseñanza y de la humanización de la didártica, nobles labores en las que estamos empeñados y en las que encontramos, por desgracia, la dura resistencia de los rezagados y de los que se afanan en crear en el Perú una disciplina sui generis: la årqueologia pedagógica, ciencia que tiene fervorosos cultivadores entre nosotros.
Ya ese homúnculos misterioso de las épocas fenecidas ha desaparecido. En su lugar existe una individualidad propia y definida que hay que respetar y conducir con amor y con visión científica. Por esto, el estudio del niño es la más bella preocupación de este siglo. la nueva educación, fiel intérprete de estas aspiraciones, hace que todo en ella gire al rededor del niño, en magnífica concepción coperniquiana. Gracias a este afán, toda. la enseñanza se está renovando y mejorando. Parece que asistimos a un nuevo humanismo educacional. Todas las tendencias del presente y toda la obra de las llamadas escuelas activas y escuelas experimentales (De Dewey, Merriam, Causinet, Sary, Montessori, Decroly, Claparede, Lunacharsky, Kerschensteiner, Tagore, etc, etc. constituyen la más elocuente prueba de nuestra afirmación.
Más no basta conocer la personalidad consciente o subconsciente del niño; sus tendencias instintivas; su caudal emoti11. 1)