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AMAUTA 31 toriador. Pero, eh este caso, como en todos, el hecho económico es mucho más complejo y trascendental de lo que parece.
El guano y el salitre, ante todo, cumplieron la función de crear un activo tráfico con el mundo occidental en un período en que Perú, mal situado geográficamente, no disponía de grandes medios de atraer a su suelo las corrientes colonizadoras y civilizadoras que fecundaban ya otros países de la América indo ibera. Este tráfico colocó nuestra economía bajo el control del capital británico al cual, a consecuencia de las deudas contraidas con la garantia de ambos productos, debíamos entregar más tarde la administración de los ferrocarriles, esto es de los resortes mismos de la explotación de nuestros recursos.
Las utilidades del guano y del salitre crearon en el Perú, donde la propiedad había conservado hasta entonces un carácter aristocrático y feudal, los primeros elementos sólidos de capital comercial y financiero. Los profiteurs.
directos e indirectos de las riquezas del litoral empezaron a constituir una clase capitalista. Se formó en el Perú una burguesía, confundida y enlazada en su origen y su extructura con la aristocracia, formada principalmente por los sucesores de los encomenderos y terratenientes de la colonia, pero obligada por su función a adoptar los principios fundamentales de la economia y la politica liberales.
De la trascendencia política de este fenómeno me he ocupado ya en otra ocasión en que hice las siguientes constataciones: En los primeros tiempos de la independencia, la lucha de facciones y jefes militares aparece, por ejemplo, como una consecuencia de la falta de un burguesía orgánica.
En el Perú, la revolución hallaba menos definidos, más retrasados que en otros pueblos hispanos americanos, los elementos de un orden liberal burgués. Para que este orden funcionase más o menos embrionariamiente tenía que constituírse una clase capitalista vigorosa. Mientras esta clase se organizaba, el poder estaba a merced de los caudillos militares. El gobierno de Castilla marcó la etapa de solidificación de una clase capitalista. Las concesiones del Estado y los beneficios del guano y del salitre crearon un capitalismo y una burguesía. esta clase, que se organizó luego en el civilismo. se movió muy pronto a la conquista total del poder Otra faz de este capítulo de la historia económica de la república es la afirmación de la nueva economía como economía fundamentalmente costeña. La búsqueda del oro y de la plata obligó a los españoles, contra su tendencia a instalarse en la costa. a mantener y ensanchar en la sierra sus puestos avanzados. La minería, actividad fundamental del régimen económico implantado por España en el territorio sobre el cual prosperó antes una sociedad genuina y típicamente agraria exigió que se estableciesen en la sierra las bases de la colonia. El guano y el salitre vinieron a rectificar esta situación. Fortalecieron el poder de la costa.
Estimularon la sedimentación del Perú nuevo en la tierra baja. acentuaron el dualismo y el conflicto que hasta ahora constituye nuestro mayor problemą histórico.
Este capítulo del guano y del salitre no se deja, por consiguiente, aislar del desenvolvimiento posterior de nuestra economía. Están ahì las raíces y los factores del capítulo que ha seguido. La guerra del Pacífico, consecuencia del guano y del salitre, no canceló las otras consecuencias del descubrimiento y la explotación de estos recursos, cuya pérdida nos reveló trágicamente el peligro de una prosperidad económica apoyada o cimentada casi exclusivamente sobre la posesión de una riqueza natural, expuesta a la codicia y al asalto de un imperialismo extranjero o a la decadencia de sus aplicaciones por efecto de las continuas mutaciones producidas en el campo industrial por los inventos de la ciencia. Caillaux nos habla con acierto y videncia de la inestabilidad económica e industrial que engendra el progreso científico. En el período dominado y caracterizado por el comercio lel guano y del salitre, proceso de formación de nuestra economía, de feudal en burguesa, recibió su primera enérgica propulsión. Es, a mi juicio, indiscutible que, și en vez de una inediocre metamorfosis de la antigua clase dominante, se hubiese operado el advenimiento de una clase de savia y elan vuevos ese proceso habría avanzado más orgánica y seguramente. La historia de nuestra postguerra lo demuestra. La derrota que causó, con la pérdida de los territorios del salitre, un largo colapso de las fuerzas productoras. no trajo, como una compensación, siquiera en este orden de cosas, una liquidación del pasado.
IV El último capítulo de la evolución de la economía peruana es el de nuestra post guerra. Este capítulo empieza con un periodo de casi absoluto colapso de las fuerzas productoras.
La derrota no sólo significó para la economía nacional la pérdida de sus principales fuentes: el salitre y el guano.
Significó, además, la paralización de las fuerzas productoras nacientes, la depresiónn general de la producción y del comercio, la depreciación de la moneda nacional, la ruina del crédito exterior. De sangrada, mutilada, la nación sufría una terrible anemia.
El poder volvió a caer, como después de la independencia, en manos de los jefes militares, espiritual y, orgánicamente inadecuados para dirigir un trabajo de reconstrucción económica. Pero, muy pronto, la capa capitalista formada en los tiempos del guano y del salitre, reasumió su función y regresó a su puesto. De suerte que la política de reorganización de la economía del país se acomodó totalmente a sus intereses de clase. La solución que se dió al problema monetario, por ejemplo, correspondió típicamente a un criterio de latifundistas y propietarios, indiferentes no solo al interés del proletario sino también al de la pequeña y media burguesia, únicas capas sociales a las cuales podía damnificar la súbita anulación del billete.
Esta medida y el contrato Grace, fueron, sin duda, los actos más sustantivos y más caracteristicos de una liquidación de las consecuencias económicas de la guerra, inspirada por los intereses y los conceptos de la plutocracia terrateniente.
El contrato Grace, que ratificó el predominio británico en el Perú, entregando los ferrocarriles del Estado a los banqueros ingleses que hasta entonces habían financiado la república y sus derroches, dió al mercado financiero de Londres las prendas y las garantías necesarias para nuevas inversiones en negocios peruanos. En la restauración del crédito del Estado no se obtuvieron los resultados inmediatos. Pero inversiones prudentes y seguras empezaron de nuevo a atraer al capital británico. La economía peruana mediante el reconocimiento práctico de su condición de economía colonial consiguió alguna ayuda para su convalecencia. La terminación del ferrocarril a la Oroya abrió al tráfico y al trabajo industriales el departamento de Junín permitiendo la explotación en vasta escala de su riqueza minera.
La política económica de Piérola se ajustó plenamente a los mismos intereses. El caudillo demócrata, que durante tanto tiempo agitara estruendosamente a las masis contra la plutocracia, se esmero en hacer una administración civilista.
Su método tributario, su sistema fiscal disipan todos los equívocos que pueden crear su fraseario y su metafísica.
Lo que confirma el principio de que en el plano económico se percibe siempre con más claridad que en el plano político el sentido y el contorno de la política, de sus hombres y de sus hechos.
Las faces fundamentales de este capítulo en que nuestra economía, convaleciente de la crisis post bélica, se organiza lentamente sobre bases menos pingiies, pero más sólidas que las del guano y del salitre, pueden ser concretadas esquemáticamente en los siguientes hechos: 10. El desarrollo de la industria. El establecimiento de fábricas, usinas, transportes, etc. que transforman, sobre todo, la vida de la costa. La formación de un proletariado industrial con creciente y natural tendencia a adoptar un ideario clasista, que ciega una de las antiguas fuentes del proselitismo caudillista y cambia los términos de la lucha política.