12 AMAUTA ROMAIN ROLLAND LA AMERICA LATINA (1)
POR VICTOR RAVL HAYA LA TORRES al La América Latina no ha sufrido la guerra en la carne de sus pueblos, pero su juventud ha extraído de esa inmensa tragedia una profunda lección de historia. Mientras que nuestras burguesías nacionales se regocijaban de que los oleajes de oro precio maldito de los oleajes de san gre viniesen a llenar sus cajas, giacias a la marcha mag.
nífica que abría la hecatombe hacia las riquezas naturales de nuestras tierras, un espíritu nuevo agitaba la conciencia de la juventud latino americana. Muy pronto ésta se li berto de la fascinaciòn wilsoniana y reconoció que el que hablaba apostólicamente a Europa de paz y libertad, era el mismo hombre de gobierno en nombre del cual los pueblos indefensos de la América Latina habían sido subyugados a cañonazos y al precio de masacres incalificables en Santo Domingo, en América Central y en México.
Nuestra generación descubrió las causas imperialistas de la Gran Guerra; comprendió, al ver el deslumbramiento de nuestras burguesías gozosas de su botín trágico, que la razón de tantos horrores era el sistema económico del mun do y presintió la abdicación moral de Wilson y con ella la ruina del gran idealismo burguès que ha asegurado desde hace un siglo y medio, a pesar de todos sus errores, el prestigio y la fuerza de la clase dirigente (Romain Rolland. La Revolución de Rusia, libre o liberadora y e tratado de Versalles, infectado de bismarckismo marcaror las dos vías abiertas por la guerra a la conciencia de mundo. la rebelión enérgica y justiciera contra un pa sado de nacionalismo, de imperialismo, de explotación y de mentira, o la continuación de nuestros pasos por las viejas rutas de dolores infinitos. En cada uno de nuestros países, formados en la escuela de la ideología burguesa de Europa, las clases dominantes veían en la guerra una exaltación glo.
riosa del nacionalismo, del militarismo y de los odios pa.
trióticos. La misma fraseología de la gran prensa europea era repetida por nuestros viejos intelectuales, nuestros hombres políticos y nuestros profesores. Los hombres de la vieja generación latinoamericana no vieron en la guerra más que la afirmación de las potencias armadas y proclamaron, con más optimismo que nunca, la victoria de sus sistemas, realzados por el vocabulario de Wilson y que se esforzaron en imponer, por todos los medios, en las veinticuatro pequeñas patrias en que está dividido, gracias a nacionalismos importados, nuestro gran continente latinoamericano.
Pero la juventud sintió la voluntad heroica de salvar a nuestros pueblos del destino de los pueblos europeos.
Desde 1918 resuena el grito de rebelión en nuestra nueva generación latinoamericana en oposición declarada con la OMAINRomain Rolland, madera de Essquerriloff antes citado llama influencia cósmica. para la etapa posterior fué ligamen hereditario. Falta ahora que el espíritu libre modifique ese rezago tradicional.
Un caso revalador de esto que decimos es el hecho de haberse apropiado de la música incaica el ritual católico.
Himnos incaicos, desde los órganos desvencijados de una vieja iglesia parroquial exaltan en las misas la fe de los fieles. En la ida de la imagen de Belén, en el beaterio de las Nazarenas, se entonan las llamadas chaiñas. harawis incaicos de infinita ternura, que despiertan recónditas melancolías en el alma del nuevo indio.
vieja ideología burguesa de las clases dominantes. Viendo en las Universidades el foco de la irradiación y la mejor tribuna de esta ideología, la juventud las ataca revoluciona.
riamente apelando a nuevas normas culturales. En todos los países latinoamericanos ella se agita con el mismo espíritu de rebelión y renovación. Al llamamiento de la juventud, muchos de los maestros ilustres de la vieja generación, tales como Vasconcelos, Ingenieros, Palacios, Varona, vinieron hacia ella y se juntaron a sus banderas. Al mismo tiempo los hombres de ayer, tos militantes del derecho, se unieron contra nosotros y la profunda separación de las dos ideologías fué marcada con sangre: en Chile, en el Perú, en Bolivia, en Cuba, en Panamá, y en muchos países de la América Latina el furor nacionalista de las clases que dominan todavía ha sacrificado numerosas vidas adolescentes bajo el pretexto de orden y patriotismo.
Cada día más vasta, cada día más en contacto con la realidad social de nuestros pueblos, se percibe con claridad la amenaza de conquista que viene de la prepotencia de Estados Unidos, se comprende la urgencia de destruír las fronteras que traicionan nuestro voto de unir la América Latina en una sola federación.
El movimiento de la juventud que desde hace siete años manifiesta su espíritu revolucionario en Argentina, en la universidad de Córdova, muestra ya la fuerza de una nueva conciencia latinoamericana que se precisará cada vez más con un impulso por la justicia social y por la unidad de nuestros pueblos que queremos sustraer del abismo imperialista.
más La sierra sentimental, primitiva, es la melodía incaica. La huanca es ei himno de los atardeceres; el harawi, la canción de la noche; el ino, el entusiasmo entre la quebrada radiante, perdida o disminuida la integridad de su significación religiosa acaso desde las postrimerías del incanato,